El ministro sanchista de Agricultura está «de los nervios» debido a que ha resultado «salpicado» por el escándalo que para unos se llama «Jessica» y para otros «Ábalos o Koldo».
De hecho, Luis Planas tendrá que volver a comparecer en el Senado el próximo 3 de abril, mientras que su colega de gabinete, Óscar Puente, titular de Transporte y Movilidad Sostenible, deberá acudir el 24 de abril. Así lo ha establecido la mesa de la comisión en una reunión el pasado 14 de marzo.
Además, también están citados Juan Pablo González Montes, el máximo responsable de Tragsatec, empresa que contrató a Jessica R. durante unos meses, y Jesús Casas, el presidente de Tragsa, la matriz de la anterior. Ambas empresas están bajo la tutela del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
De ahí que Planas haya resultado «salpicado». No es la primera vez que este último ha abordado el asunto en el Senado, ya que fue objeto de una pregunta parlamentaria a finales de octubre del año pasado, a poco de saltar las primeras noticias del escándalo.
En respuesta a la cuestión formulada por el senador Jorge Martínez, respondió en los siguientes términos, con la soberbia que le caracteriza: «Estén tranquilos, el problema sobre los bulos y las mentiras y la polarización es que la verdad siempre se impone». Cinco meses después el escándalo se ha agravado y Planas está cada vez más salpicado.
Mientras tanto, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha caído en las más absoluta irrelevancia, según coinciden en destacar fuentes del sector agrario.
No hay prácticamente interlocución de verdad, las reuniones son a nivel muy técnico, para cubrir el expediente y poder «vender» de cara al exterior que se mantienen contactos.
Por otro lado, Planas mantiene una guerra sin cuartel contra la teórica «número dos» de su departamento, Begoña García Bernal, que es la secretaria de Estado de Agricultura y Alimentación y que «curiosamente» no tiene competencias ni en agricultura ni en alimentación, tan solo en desarrollo rural y regadíos.
Planas logró que se crease la Secretaría de Estado, pero Moncloa y Ferraz impusieron a la ex consejera de Agricultura de Extremadura, que no era la candidata del ministro.
Desde entonces, Planas y su entorno más inmediato formado por su jefe de Gabinete, Miguel Ruiz, y Victoria Fernández (Vicky), la que manda en la sombra, se han ocupado de tener muy controlada a Begoña García, tanto en las competencias como en los medios que ponen a su disposición para desempeñarlas (desde los coches hasta los conductores).
Al final, debido a este «cerco», la secretaria de Estado de «Coros y Danzas» se limita a viajar y a participar en actos de firmas de convenios.
Del resto de altos cargos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, poco se puede decir, salvo que el subsecretario, Ernesto Abati García-Manso, no ha atendido las peticiones de las organizaciones agrarias para poner orden en el sistema de seguros agrarios.
Por otro lado, Valentín Almansa, un veterinario que es el director general que se ocupa de la sanidad de las plantas y de los animales, y que ya estaba muy cuestionado por los ganaderos por la gestión de las diversas epizootias y la falta de coordinación con las regiones, ahora lo está también por sus propios compañeros de profesión, que han protagonizado movilizaciones las ultimas semanas.
Además, las asociaciones de veterinarios han decidido formar un llamado «comité de crisis» para defender conjuntamente sus reivindicaciones en relación con la normativa sobre medicamentos veterinarios y el sistema Presvet, que obliga a registrar la prescripción de antibióticos.
El próximo miércoles anunciarán un calendario de acciones de protesta, entre ellas una concentración el 26 de marzo frente a las delegaciones y subdelegaciones del Gobierno de España.
Finalmente, y en el marco del desbarajuste ministerial destaca la reciente salida de Gema Hernández, la responsable de la Agencia de Información y Control Alimentario (AICA), que es la pieza clave para el funcionamiento de la Ley de la Cadena Alimentaria. Una de sus competencias es la imposición de sanciones a los que la incumplan y firmen contratos por escrito con los productores, por ejemplo.
Para rematar, la última del sanchista Planas: «No nos va a temblar el pulso en la defensa de nuestros productores», ha dicho sobre las amenazas arancelarias de Trump. ¡Pobres agricultores y ganaderos!
El todavía ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación tendrá que volver al Senado el 3 de abril para rendir cuentas
El ministro sanchista de Agricultura está «de los nervios» debido a que ha resultado «salpicado» por el escándalo que para unos se llama «Jessica» y para otros «Ábalos o Koldo».
De hecho, Luis Planas tendrá que volver a comparecer en el Senado el próximo 3 de abril, mientras que su colega de gabinete, Óscar Puente, titular de Transporte y Movilidad Sostenible, deberá acudir el 24 de abril. Así lo ha establecido la mesa de la comisión en una reunión el pasado 14 de marzo.
Además, también están citados Juan Pablo González Montes, el máximo responsable de Tragsatec, empresa que contrató a Jessica R. durante unos meses, y Jesús Casas, el presidente de Tragsa, la matriz de la anterior. Ambas empresas están bajo la tutela del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
De ahí que Planas haya resultado «salpicado». No es la primera vez que este último ha abordado el asunto en el Senado, ya que fue objeto de una pregunta parlamentaria a finales de octubre del año pasado, a poco de saltar las primeras noticias del escándalo.
En respuesta a la cuestión formulada por el senador Jorge Martínez, respondió en los siguientes términos, con la soberbia que le caracteriza: «Estén tranquilos, el problema sobre los bulos y las mentiras y la polarización es que la verdad siempre se impone». Cinco meses después el escándalo se ha agravado y Planas está cada vez más salpicado.
Mientras tanto, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha caído en las más absoluta irrelevancia, según coinciden en destacar fuentes del sector agrario.
No hay prácticamente interlocución de verdad, las reuniones son a nivel muy técnico, para cubrir el expediente y poder «vender» de cara al exterior que se mantienen contactos.
Por otro lado, Planas mantiene una guerra sin cuartel contra la teórica «número dos» de su departamento, Begoña García Bernal, que es la secretaria de Estado de Agricultura y Alimentación y que «curiosamente» no tiene competencias ni en agricultura ni en alimentación, tan solo en desarrollo rural y regadíos.
Planas logró que se crease la Secretaría de Estado, pero Moncloa y Ferraz impusieron a la ex consejera de Agricultura de Extremadura, que no era la candidata del ministro.
Desde entonces, Planas y su entorno más inmediato formado por su jefe de Gabinete, Miguel Ruiz, y Victoria Fernández (Vicky), la que manda en la sombra, se han ocupado de tener muy controlada a Begoña García, tanto en las competencias como en los medios que ponen a su disposición para desempeñarlas (desde los coches hasta los conductores).
Al final, debido a este «cerco», la secretaria de Estado de «Coros y Danzas» se limita a viajar y a participar en actos de firmas de convenios.
Del resto de altos cargos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, poco se puede decir, salvo que el subsecretario, Ernesto Abati García-Manso, no ha atendido las peticiones de las organizaciones agrarias para poner orden en el sistema de seguros agrarios.
Por otro lado, Valentín Almansa, un veterinario que es el director general que se ocupa de la sanidad de las plantas y de los animales, y que ya estaba muy cuestionado por los ganaderos por la gestión de las diversas epizootias y la falta de coordinación con las regiones, ahora lo está también por sus propios compañeros de profesión, que han protagonizado movilizaciones las ultimas semanas.
Además, las asociaciones de veterinarios han decidido formar un llamado «comité de crisis» para defender conjuntamente sus reivindicaciones en relación con la normativa sobre medicamentos veterinarios y el sistema Presvet, que obliga a registrar la prescripción de antibióticos.
El próximo miércoles anunciarán un calendario de acciones de protesta, entre ellas una concentración el 26 de marzo frente a las delegaciones y subdelegaciones del Gobierno de España.
Finalmente, y en el marco del desbarajuste ministerial destaca la reciente salida de Gema Hernández, la responsable de la Agencia de Información y Control Alimentario (AICA), que es la pieza clave para el funcionamiento de la Ley de la Cadena Alimentaria. Una de sus competencias es la imposición de sanciones a los que la incumplan y firmen contratos por escrito con los productores, por ejemplo.
Para rematar, la última del sanchista Planas: «No nos va a temblar el pulso en la defensa de nuestros productores», ha dicho sobre las amenazas arancelarias de Trump. ¡Pobres agricultores y ganaderos!
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