Nadal y su relación con el cuarto poder

«No me quiero olvidar de los medios de comunicación. Habéis estado conmigo acompañándome y viajando a muchos lugares del mundo. Me habré equivocado en cosas o jugado mal algunos partidos, pero lo más importante es que siento que ha habido siempre con vosotros una relación de respeto. Aunque cada uno hacemos nuestro trabajo, aprecio mucho de la manera como le habéis contado al mundo mi historia que, para mí, es preciosa. Aunque ha habido momentos malos, la gran mayoría han sido inolvidables. Gracias por haber sido parte de mi historia, también». «No me quiero olvidar de los medios de comunicación. Habéis estado conmigo acompañándome y viajando a muchos lugares del mundo. Me habré equivocado en cosas o jugado mal algunos partidos, pero lo más importante es que siento que ha habido siempre con vosotros una relación de respeto. Aunque cada uno hacemos nuestro trabajo, aprecio mucho de la manera como le habéis contado al mundo mi historia que, para mí, es preciosa. Aunque ha habido momentos malos, la gran mayoría han sido inolvidables. Gracias por haber sido parte de mi historia, también».  

«No me quiero olvidar de los medios de comunicación. Habéis estado conmigo acompañándome y viajando a muchos lugares del mundo. Me habré equivocado en cosas o jugado mal algunos partidos, pero lo más importante es que siento que ha habido siempre con vosotros una relación de respeto. Aunque cada uno hacemos nuestro trabajo, aprecio mucho de la manera como le habéis contado al mundo mi historia que, para mí, es preciosa. Aunque ha habido momentos malos, la gran mayoría han sido inolvidables. Gracias por haber sido parte de mi historia, también».

Esas fueron las palabras que Rafa Nadal pronunció en su discurso de despedida en Málaga en referencia a la importancia que han tenido los enviados especiales que han seguido el día a día de su carrera durante más de dos décadas.

En la sala de prensa, el trato de los tenistas del Big 3 con los periodistas también les ha diferenciado del resto de raquetas del circuito

Con la retirada del mallorquín, sin duda, también se va una parte de todos nosotros. El Big 3 del tenis no solamente se ha destacado por sus hazañas dentro de una pista de tenis. En la sala de prensa, el trato con los periodistas también les ha diferenciado del resto de raquetas del circuito.

De Roger Federer quedarán para el recuerdo sus largas intervenciones en las que, después de responder a las preguntas en inglés, atendía de forma individual a sus compatriotas suizos en francés, alemán e incluso chapurreando italiano por la condición plurilingüe del país helvético.

El de Basilea también tenía la sana costumbre de, en su última conferencia de medios de un torneo, despedirse de cada periodista con un apretón de manos.

Novak Djokovic también brindaba gestos como el que pude presenciar en su último título en París en 2023. Tras vaciarse la sala de prensa de Roland Garros de medios internacionales, el serbio atendió a la decena de balcánicos sin limitación de tiempo y, después, pidió a Nicola Arzani – jefe de prensa de la ATP – que le tomara una foto de grupo compartiendo con todos ellos el preciado trofeo de la Copa de los Mosqueteros.

Nadal no ha sido menos. Después de conquistar un título importante, como los Grand Slam, tenía siempre un detalle de gratitud con los medios especializados que le habían acompañado durante las dos semanas de competición.

En plena celebración, el manacorí tenía tiempo de atender a las radios que tenían programación nocturna en directo de una manera más desenfadada

Era una tradición en la capital francesa que alguno de sus patrocinadores organizara una cena como campeón en restaurantes cerca del Arco del Triunfo, la Ópera o algún otro emblemático enclave.

Allí, además de contar con la compañía de sus familiares y allegados, éramos invitados los enviados especiales mallorquines y del resto de medios nacionales. En plena celebración, el manacorí tenía tiempo de atender a las radios que tenían programación nocturna en directo de una manera más desenfadada.

Esa tendencia cambió a la mañana del día después de las finales, en la intimidad de su hotel, antes de emprender el vuelo de regreso. Entre la azotea de Nueva York y el skyline de Melbourne, me quedo con el imponente salón decimonónico del Intercontinental de París. Allí, más reflexivo y en confianza, reconoció en 2022 que su lesión en el pie le tenía al borde de la retirada.

 Diario de Mallorca – Deportes

Más Noticias