Haber pasado una infección por citomegalovirus se asocia con mejores resultados en el tratamiento con inmunoterapia del cáncer de piel más agresivo, según una investigación con apoyo de la Fundación CRIS contra el cáncer Leer Haber pasado una infección por citomegalovirus se asocia con mejores resultados en el tratamiento con inmunoterapia del cáncer de piel más agresivo, según una investigación con apoyo de la Fundación CRIS contra el cáncer Leer
El citomegalovirus es un virus común, de la familia de los herpes, que no suele causar problemas en personas sanas. De hecho, la mayoría no nota la infección porque a menudo es asintomática o cursa de forma leve.
Una de las peculiaridades del patógeno es que, una vez que infecta a una persona, permanece de forma latente en su organismodurante el resto de su vida; una cualidad que podría ser importante para la lucha contra algunos tumores, tal y como sugiere una investigación liderada por la Universidad de Oxford (Reino Unido).
Según sus datos, publicados recientemente en la revista Nature Medicine, haber sufrido una infección por citomegalovirus se relaciona con una mejor respuesta al tratamiento con inmunoterapia de pacientes con melanoma, el tipo más agresivo de cáncer de piel.
«Hemos visto que las personas que han pasado la infección y, por tanto, tienen anticuerpos frente al virus en su sangre, obtienen mejores resultados con el tratamiento», explica Robert Watson, uno de los investigadores principales de este trabajo internacional que ha liderado Benjamin Fairfax.
Los pacientes que han pasado una infección por citomegalovirus, continúa el investigador, no solo viven más, sino que también presentan menos efectos secundarios y tienen menos probabilidades de recurrencia.
Según los análisis llevados a cabo por este grupo de estudio, que analizó el caso de alrededor de 400 personas con melanoma, la clave de esta relación parece radicar en la activación que el virus provoca en las células T, una guarnición del sistema inmunitario con capacidad para luchar contra los tumores.
«Estudiamos con detalle las células T de las personas que habían pasado una infección por citomegalovirus y las comparamos con las de los individuos que no la habían sufrido. Y vimos que tenían perfiles de expresión genética muy diferentes. Tienen diferentes genes activados y producen proteínas distintas. Creemos que estas células T de personas que han pasado una infección por citomegalovirus están más activadas y que cuando se ven estimuladas por la inmunoterapia en el contexto del cáncer se vuelven más capaces de cumplir con su tarea y atacar a las células del cáncer», señala Watson, galardonado con el Programa CRIS Oxford Cancer Academic Postdoctoral Research Programme de CRIS Contra el Cáncer, que concede 400.000 libras durante tres años a científicos desde su doctorado hasta que se convierten en investigadores independientes.
«Nuestra investigación cambia un poco la visión que hasta ahora se tenía de las infecciones virales a largo plazo y su papel en a salud y la enfermedad», señala el científico.
En los últimos años se han puesto en marcha distintos estudios para entender por qué en algunas personas la inmunoterapia es un tratamiento realmente efectivo que incluso puede suponer la curación del cáncer mientras que en otros -la mitad de los pacientes en algunos contextos- el abordaje no funciona, explica Watson. Todavía no tenemos las respuestas a esa incógnita, aunque estudios como este allanan un poco más el camino para encontrarlas, indica.
Los datos obtenidos abren numerosas posibilidades tanto para seguir investigando como para afinar las terapias, subraya el científico. En primer lugar, la información sobre la exposición previa al virus «puede ser útil para predecir quién va a responder mejor a los distintos tipos de inmunoterapia que existen y ayudar a tomar decisiones en ese sentido», señala. También puede servir para guiar los tratamientos actuales, de forma que se combinen con estrategias que potencien la respuesta inmune. Pero, además, también pone sobre la mesa una vía para explorar abordajes que imiten los efectos beneficiosos de la infección por citomegalovirus.
La infección por citomegalovirus es muy común, señala Watson. Se estima que aproximadamente la mitad de la población adulta ha estado en contacto con el patógeno. El objetivo es tratar de emular los efectos que esta infección ha demostrado tener para mejorar los resultados de la inmunoterapia en casos de melanoma.
«Si podemos encontrar maneras de lograr ese estímulo para el sistema inmunitario, esa forma de modular su comportamiento ya sea a través de vacunas u otras estrategias se podría lograr replicar esas buenas respuestas del tratamiento frente al melanoma», señala el investigador.
Además de este campo, los investigadores también quieren estudiar a corto plazo si ese mismo efecto de la infección por citomegalovirus que han observado en casos de melanoma se da también en otros tipos de cáncer, como los tumores gastrointestinales.
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