09
Oct
<p>El temor a que las inteligencias artificiales desarrollen lenguajes propios, incomprensibles para el ser humano, ya no es argumento de ciencia ficción. Lo ha verbalizado uno de sus padres fundadores, Geoffrey Hinton, quien manifiesta su inquietud ante la posibilidad de que estas tecnologías se comuniquen al margen de nuestra supervisión. No es la única voz de alarma que emerge desde el corazón de Silicon Valley. Sam Altman, el consejero delegado de OpenAI, augura efectos negativos para la salud mental de la sociedad, dibujando <strong>un futuro fuera de control humano</strong>.</p> <p>De hecho, este debate ético ya ha saltado de los despachos…