Un infame Munuera Montero destroza al Mallorca ante el Barcelona

El Real Mallorca empezó con muy mal pie la Liga 2025/26, con una derrota ante el Barcelona (0-3) que podía entrar en los planes, pero no en cómo sucedió. Con un Munuera Montero terrible en todos las acciones, los bermellones terminaron la primera mitad con la sensación de haber sido vapuleados por el colegiado andaluz, que expulsó a Morlanes y a Muriqi, salvó de la roja a Raphinha y se olvidó de parar el juego con Raíllo en el suelo antes del segundo gol, obra de Ferran. Antes, el brasileño había abierto el marcador tras una empanada defensiva. Lamine, en el último minuto, cerró el marcador. El Real Mallorca empezó con muy mal pie la Liga 2025/26, con una derrota ante el Barcelona (0-3) que podía entrar en los planes, pero no en cómo sucedió. Con un Munuera Montero terrible en todos las acciones, los bermellones terminaron la primera mitad con la sensación de haber sido vapuleados por el colegiado andaluz, que expulsó a Morlanes y a Muriqi, salvó de la roja a Raphinha y se olvidó de parar el juego con Raíllo en el suelo antes del segundo gol, obra de Ferran. Antes, el brasileño había abierto el marcador tras una empanada defensiva. Lamine, en el último minuto, cerró el marcador.  

El Real Mallorca empezó con muy mal pie la Liga 2025/26, con una derrota ante el Barcelona (0-3) que podía entrar en los planes, pero no en cómo sucedió. Con un Munuera Montero terrible en todos las acciones, los bermellones terminaron la primera mitad con la sensación de haber sido vapuleados por el colegiado andaluz, que expulsó a Morlanes y a Muriqi, salvó de la roja a Raphinha y se olvidó de parar el juego con Raíllo en el suelo antes del segundo gol, obra de Ferran. Antes, el brasileño había abierto el marcador tras una empanada defensiva. Lamine, en el último minuto, cerró el marcador.

Si algo podía salir al mal, al Mallorca le salió todo horrible en la primera mitad ante el Barcelona. Es cierto que no estuvo bien ni en ataque ni en defensa, pero no necesitaba que José Luis Munuera Montero, colegiado del comité andaluz, le masacrara como lo hizo.

En un arbitraje terrible, de los que se recuerdan con el paso de los años, castigó y machacó a los bermellones con un recital de acciones que destrozaron cualquier tipo de plan que hubiese preparado Jagoba Arrasate.

Dos expulsados y un gol concedido con un jugador del Mallorca en el suelo fueron suficientes para que Son Moix, que vivió la mejor entrada de su historia con 23.318 aficionados, estallara ante lo que consideraron un robo.

La historia ya no empezó bien para el Mallorca. El Barcelona, muy superior, salió dispuesto a adelantarse rápidamente en el marcador, confiando todo su fútbol a un Lamine Yamal especialmente inspirado ante un Johan Mojica especialmente errático.

Y en el minuto 7 llegó el primer tanto de los de Hansi Flick. El extremo catalán, con todo el tiempo del mundo, puso un centro que botó dentro del área y que Raphinha, solo y sin marca con un Mateu Jaume dormido, la picó de cabeza para marcar el primero.

Con el tanto, el ritmo del partido bajó y el Mallorca se desperezó, pero ejecutando de manera terrible cualquier amago de contraataque a pesar de ser superiores en número en varias ocasiones. El único que parecía entender lo que demandaba el choque era Pablo Torre, aportando calma y cabeza.

Muriqi, que firmó una tarde para olvidar, tuvo hasta dos ocasiones delante de Joan García, pero primero decidió dejarle atrás donde no había nadie, mientras que en la siguiente disparó raso y a las manos del catalán.

Y pasado el minuto 20, empezó el show de Munuera Montero. Un intento de despeje de Raíllo de cabeza dejó a Raíllo tendido en el suelo. Hasta ocho segundos pasaron, con el colegiado con el silbato en la boca, y Ferran marcó el segundo.

El protocolo de cuidado a los futbolistas, muy rígido en cuanto a golpes en la cabeza, desapareció de Son Moix y nadie entendió lo que había pasado. Ni los propios futbolistas culés celebraron el gol. Pero Munuera Montero dio validez al tanto y Son Moix estalló como hacía mucho tiempo que no pasaba. Arrasate, fuera de sí, fue amonestado por sus protestas.

Incluso llegó a haber altercados en la grada, teniendo que expulsar la Policía a aficionados del Barcelona que se burlaron de seguidores bermellones. Morlanes vio tarjeta amarilla por protestar, una amonestación que le salió muy cara poco después.

Apenas diez minutos después, el maño cortó una arrancada de Lamine y vio la segunda tarjeta amarilla. Cada acción del Mallorca era castigada con amarilla, mientras que en el Barça salían indemnes de la cacería, algo que empezó a calentar más y más el ambiente. Y pocas jugadas después, Muriqi fue temerario en una salida con Joan García y, en su intento de remate, elevó la pierna hasta la altura de la cara de Joan García. Figueroa Vázquez, un viejo amigo del mallorquinismo, llamó a revisar la acción y el kosovar fue expulsado. Un partido que se marchaba a la basura en menos de cuarenta minutos y del que nada bueno podía salir ya.

Eso sí, en el añadido una fuertísima entrada de Raphinha sobre Mateu Morey provocó que el Barcelona viera la primera tarjeta, que pudo haber sido roja, celebrada con sorna en la grada.

A la vuelta de vestuarios, Arrasate quiso reducir al máximo posible los daños. Quitó del campo a Morey, Asano y Pablo Torre, ambos con tarjeta, y metió en el campo a Mateo Joseph, que debutaba, Dani y Mascarell.

La segunda parte tenía poco de interesante ya. El Mallorca, con nueve jugadores, solo podía defenderse e intentar que el marcador no fue más amplio, intentando sorprender en alguna contra con un más que combativo Mateo Joseph. Y la verdad es e los bermellones plantearon una segunda mitad más que digna que debe servir para el futuro.

El Barça, al tran tran, tenía ocasiones, como un palo de Olmo que no entró de milagro. Los minutos se fueron consumiendo en un Son Moix que reconocía el esfuerzo de los suyos. Con un resultado imposible de remontar y un calor sofocante, muchos fueron los aficionados que empezaron a marcharse del estadio. Lamine, en el último minuto, marcó el tercer gol y definitivo.

El Mallorca empieza la Liga de manera torcida y con doble castigo por las expulsiones. Tiene ahora una semana para resetaear, seguir dando forma al equipo en forma de fichajes y centrarse en el choque frente al Celta de dentro de una semana en Son Moix.

 Diario de Mallorca – Deportes

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