Lo que funciona no se toca y ‘Outlander: sangre de mi sangre’ sabe que su fuerza seductora radica en un elemento universal como es el amor, cuya pasión sobrevive a cualquier época, y en las famosas piedras «Craig Na Dun», que permiten sumergir a sus personajes en el épico mundo de los saltos temporales.
El doble capítulo, que se estrena hoy en Movistar Plus+, actúa como una introducción para descubrir cómo se conocieron los padres de Jamie Fraser y los de Claire Randall/Fraser.
La acción se sitúa primeramente en la Escocia de 1714, con Jamie Roy en la piel de un Brian Fraser que es como una gota de agua al Jamie de Sam Heughan, muestra de que se ha realizado un trabajo de casting excepcional. Por esos mismos lares reside una joven Ellen MacKenzie (Harriet Slater) que se ha criado en el clan rival, lo que pondrá de manifiesto el duro camino que ambos deberán emprender para estar juntos y que tantas veces se ha contado desde ‘Romeo y Julieta’.
La nota positiva, que acelera la trama y añade una intriga indispensable en un drama romántico, tiene lugar con el cambio de plano temporal hasta las trincheras del frente occidental, en la batalla de Passchendaele, durante la Primera Guerra Mundial, en 1917.
Allí, Henry Beauchamp (Jeremy Irvine) escribe cartas a la desesperada sin remitente alguno, que intercepta Julia Moriston (Hermione Corfield) y enciende la mecha pasional de un amor inquebrantable a prueba de la distancia y el tiempo.
Durante los dos primeros episodios se dibuja un cuadro nítido de unos personajes con fuertes personalidades, que destellan en la figura de la mujer: con una Julia progresista e independiente en el siglo XX y una Ellen astuta, perspicaz y testaruda en cuya mentalidad no cabe la rendición.
Y entre medias de estas dos historias paralelas con vistas a cruzarse tarde o temprano, se abren paso los hermanos de Ellen. Colum lidera con razón, lógica, estrategia e intelecto, mientras que Dougal es todo lo opuesto: testarudo, impulsivo y arrogante, destaca por actuar primero y pensar después. Tan diferentes, pero con una misma intención: ser los herederos al trono.
Matthew B. Roberts, guionista de la serie, juega admirablemente con los pequeños detalles, que enriquecen considerablemente la narración. Objetos insignificantes como un pequeño reloj que se detiene o un pájaro enjaulado al que le abren la puerta de su prisión, actúan como metáfora de la muerte, presente en el primer capítulo, y la necesidad de las mujeres de buscar su propia libertad en cualquier línea temporal.
Todo ello adornado por paisajes escoceses y sin escatimar en el uso de la sangre, que le otorga credibilidad a las escenas de la contienda bélica o la fuerza bruta de los enfrentamientos entre clanes.
La precuela, que ha sido renovada por una segunda temporada antes de su estreno, llega como un regalo para los seguidores de la saga de ‘Outlander’, cuya octava entrega está al caer. A su vez, promete entusiasmar a los más fieles, con nuevos actores dando vida a sus protagonistas para sacar a relucir su pasado durante 10 episodios. Además, juega la baza de sorprender a quien se acerca por primera vez y que, como han hecho sus protagonistas a lo largo de siete temporadas, viajarán hasta las extensas Tierras Altas de la Escocia del siglo XVIII, descubriendo el círculo megalítico que conforman las piedras escocesas y que abre las puertas a un recorrido a través de los siglos que nunca deja de asombrar.
Movistar Plus+ estrena ‘Outlander: sangre de mi sangre’, la precuela de la cautivadora saga, con más pasión y deseo
Lo que funciona no se toca y ‘Outlander: sangre de mi sangre’ sabe que su fuerza seductora radica en un elemento universal como es el amor, cuya pasión sobrevive a cualquier época, y en las famosas piedras «Craig Na Dun», que permiten sumergir a sus personajes en el épico mundo de los saltos temporales.
El doble capítulo, que se estrena hoy en Movistar Plus+, actúa como una introducción para descubrir cómo se conocieron los padres de Jamie Fraser y los de Claire Randall/Fraser.
La acción se sitúa primeramente en la Escocia de 1714, con Jamie Roy en la piel de un Brian Fraser que es como una gota de agua al Jamie de Sam Heughan, muestra de que se ha realizado un trabajo de casting excepcional. Por esos mismos lares reside una joven Ellen MacKenzie (Harriet Slater) que se ha criado en el clan rival, lo que pondrá de manifiesto el duro camino que ambos deberán emprender para estar juntos y que tantas veces se ha contado desde ‘Romeo y Julieta’.
La nota positiva, que acelera la trama y añade una intriga indispensable en un drama romántico, tiene lugar con el cambio de plano temporal hasta las trincheras del frente occidental, en la batalla de Passchendaele, durante la Primera Guerra Mundial, en 1917.
Allí, Henry Beauchamp (Jeremy Irvine) escribe cartas a la desesperada sin remitente alguno, que intercepta Julia Moriston (Hermione Corfield) y enciende la mecha pasional de un amor inquebrantable a prueba de la distancia y el tiempo.
Durante los dos primeros episodios se dibuja un cuadro nítido de unos personajes con fuertes personalidades, que destellan en la figura de la mujer: con una Julia progresista e independiente en el siglo XX y una Ellen astuta, perspicaz y testaruda en cuya mentalidad no cabe la rendición.
Y entre medias de estas dos historias paralelas con vistas a cruzarse tarde o temprano, se abren paso los hermanos de Ellen. Colum lidera con razón, lógica, estrategia e intelecto, mientras que Dougal es todo lo opuesto: testarudo, impulsivo y arrogante, destaca por actuar primero y pensar después. Tan diferentes, pero con una misma intención: ser los herederos al trono.
Matthew B. Roberts, guionista de la serie, juega admirablemente con los pequeños detalles, que enriquecen considerablemente la narración. Objetos insignificantes como un pequeño reloj que se detiene o un pájaro enjaulado al que le abren la puerta de su prisión, actúan como metáfora de la muerte, presente en el primer capítulo, y la necesidad de las mujeres de buscar su propia libertad en cualquier línea temporal.
Todo ello adornado por paisajes escoceses y sin escatimar en el uso de la sangre, que le otorga credibilidad a las escenas de la contienda bélica o la fuerza bruta de los enfrentamientos entre clanes.
La precuela, que ha sido renovada por una segunda temporada antes de su estreno, llega como un regalo para los seguidores de la saga de ‘Outlander’, cuya octava entrega está al caer. A su vez, promete entusiasmar a los más fieles, con nuevos actores dando vida a sus protagonistas para sacar a relucir su pasado durante 10 episodios. Además, juega la baza de sorprender a quien se acerca por primera vez y que, como han hecho sus protagonistas a lo largo de siete temporadas, viajarán hasta las extensas Tierras Altas de la Escocia del siglo XVIII, descubriendo el círculo megalítico que conforman las piedras escocesas y que abre las puertas a un recorrido a través de los siglos que nunca deja de asombrar.
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