Conseguir una vivienda en propiedad o incluso alquilar un simple piso en el centro de una ciudad como Madrid o Barcelona se ha convertido en una misión practicamente imposible para la mayoría. Ya no se trata solo de jóvenes que comienzan su vida laboral; incluso profesionales con salarios estables ven cómo su sueldo no alcanza para cubrir el coste de un alquiler digno, a menos que compartan gastos con pareja, compañeros o familiares.
La presión del mercado inmobiliario y el estancamiento salarial han generado una situación insostenible en Eruopa. Y España no es una excepción. Un informe reciente publicado por Euronews Business revela que las principales ciudades europeas están experimentando una brecha cada vez más amplia entre los salarios netos y el precio de los alquileres.
Salario vs. alquiler: así se reparte el sueldo en Europa
La vivienda representa una de las partidas más importantes del presupuesto familiar. Según Eurostat, esta proporción no solo se mantiene elevada, sino que va en aumento en prácticamente todos los países europeos, especialmente en los entornos urbanos más demandados.
El informe, elaborado a partir de datos de Deutsche Bank Research Institute y Mapping the World’s Prices, compara los salarios netos mensuales con los alquileres medios de apartamentos de una habitación en 69 ciudades del mundo, con especial atención a Europa.
Ginebra y Zúrich lideran en salarios, pero no en accesibilidad
En el ranking de salarios netos, Suiza encabeza con holgura. En Ginebra, el salario mensual alcanza los 7.307 €, mientras que en Zúrich es de 7.127 €. Estas cifras, aunque elevadas, no implican que el coste de vida sea bajo, pero sí permiten una mejor relación entre ingresos y vivienda.
En cambio, las ciudades del sur de Europa se sitúan en los últimos puestos en cuanto a poder adquisitivo real. En Estambul, el salario medio es de apenas 855 €, mientras que en Atenas asciende a 1.044 €. Lisboa y Madrid tampoco ofrecen mucho margen: en la capital portuguesa el ingreso medio es de 1.278 €, y en la española, 2.193 €.
Madrid y Barcelona: alquileres que se llevan el 74 % del salario
La situación en España es especialmente preocupante. Según el estudio, las personas solteras destinan el 74 % de su salario al alquiler en Madrid y Barcelona, una proporción prácticamente idéntica a la de Londres (75 %), una de las ciudades tradicionalmente más caras de Europa.
En términos absolutos, alquilar un piso en el centro de Madrid cuesta 1.491 € mensuales, mientras que en Barcelona la cifra es similar. Esto deja a quienes viven solos con apenas 500 euros para el resto del mes tras pagar el alquiler, una cantidad claramente insuficiente en ciudades con un elevado coste de vida.
Lisboa y Estambul: salario insuficiente para cubrir el alquiler
La peor relación ingreso-alquiler en Europa se da actualmente en Lisboa, donde el alquiler supone el 116 % del salario neto medio. En otras palabras, el sueldo no cubre ni siquiera el alquiler mensual. Le sigue Estambul, con un ratio del 101 %, lo que obliga a muchas personas a buscar ingresos adicionales, compartir vivienda o incluso endeudarse.
En ambas ciudades, vivir solo se ha vuelto directamente inviable para la mayoría de los trabajadores.
¿Dónde se vive mejor? Las ciudades con mayor margen tras pagar el alquiler
Frente a este panorama, algunas ciudades del centro y norte de Europa presentan una relación mucho más equilibrada entre ingresos y coste de vivienda. Ginebra, por ejemplo, es la única ciudad europea donde la proporción entre salario y alquiler se sitúa por debajo del 30 %. Allí, los trabajadores conservan más de 5.100 € al mes tras pagar el alquiler.
También destacan Fráncfort, Luxemburgo, Zúrich, Helsinki y Viena, donde el gasto en alquiler supone menos del 40 % del salario mensual, gracias a niveles salariales más altos y/o políticas de vivienda más accesibles.
En Roma, Dublín, Atenas y otras capitales, el alquiler también supera el 50 %
España no es un caso aislado. Roma (65 %), Dublín (62 %), Atenas (57 %), Varsovia (56 %), Praga (54 %) y Budapest (52 %) también presentan cifras alarmantes. En estas ciudades, más de la mitad del sueldo se destina solo al alquiler, sin contar otros gastos básicos como alimentación, transporte o suministros.
Una generación desplazada del centro urbano
En este contexto, la posibilidad de independizarse o formar una familia en el centro de las grandes ciudades se vuelve cada vez más remota. Muchos jóvenes optan por permanecer más tiempo en casa de sus padres, mientras que otros recurren a compartir piso o mudarse a la periferia, donde los precios son algo más asequibles.
La brecha entre lo que se gana y lo que cuesta vivir en una ciudad no solo afecta al bolsillo: también tiene consecuencias sociales y económicas a largo plazo. Desde el retraso en la emancipación hasta la reducción del consumo y la dificultad para atraer talento joven, el acceso a la vivienda se ha convertido en uno de los principales desafíos urbanos de Europa.
¿La solución? Subida salarial, vivienda pública y control de precios
Expertos en vivienda y economía coinciden en que la solución pasa por una combinación de medidas estructurales. Entre ellas: un aumento real de los salarios, una mayor oferta de vivienda pública y políticas de regulación del alquiler.
Sin una intervención coordinada, el sueño de vivir en el centro de una ciudad europea será cada vez más exclusivo. Y para la mayoría, seguirá siendo solo eso: un sueño.
Un informe reciente publicado por Euronews Business revela que las principales ciudades europeas están experimentando una brecha cada vez más amplia entre los salarios netos y el precio de los alquileres
Conseguir una vivienda en propiedad o incluso alquilar un simple piso en el centro de una ciudad como Madrid o Barcelona se ha convertido en una misión practicamente imposible para la mayoría. Ya no se trata solo de jóvenes que comienzan su vida laboral; incluso profesionales con salarios estables ven cómo su sueldo no alcanza para cubrir el coste de un alquiler digno, a menos que compartan gastos con pareja, compañeros o familiares.
La presión del mercado inmobiliario y el estancamiento salarial han generado una situación insostenible en Eruopa. Y España no es una excepción. Un informe reciente publicado por Euronews Business revela que las principales ciudades europeas están experimentando una brecha cada vez más amplia entre los salarios netos y el precio de los alquileres.
Salario vs. alquiler: así se reparte el sueldo en Europa
La vivienda representa una de las partidas más importantes del presupuesto familiar. Según Eurostat, esta proporción no solo se mantiene elevada, sino que va en aumento en prácticamente todos los países europeos, especialmente en los entornos urbanos más demandados.
El informe, elaborado a partir de datos de Deutsche Bank Research Institute y Mapping the World’s Prices, compara los salarios netos mensuales con los alquileres medios de apartamentos de una habitación en 69 ciudades del mundo, con especial atención a Europa.
Ginebra y Zúrich lideran en salarios, pero no en accesibilidad
En el ranking de salarios netos, Suiza encabeza con holgura. En Ginebra, el salario mensual alcanza los 7.307 €, mientras que en Zúrich es de 7.127 €. Estas cifras, aunque elevadas, no implican que el coste de vida sea bajo, pero sí permiten una mejor relación entre ingresos y vivienda.
En cambio, las ciudades del sur de Europa se sitúan en los últimos puestos en cuanto a poder adquisitivo real. En Estambul, el salario medio es de apenas 855 €, mientras que en Atenas asciende a 1.044 €. Lisboa y Madrid tampoco ofrecen mucho margen: en la capital portuguesa el ingreso medio es de 1.278 €, y en la española, 2.193 €.
Madrid y Barcelona: alquileres que se llevan el 74 % del salario
La situación en España es especialmente preocupante. Según el estudio, las personas solteras destinan el 74 % de su salario al alquiler en Madrid y Barcelona, una proporción prácticamente idéntica a la de Londres (75 %), una de las ciudades tradicionalmente más caras de Europa.
En términos absolutos, alquilar un piso en el centro de Madrid cuesta 1.491 € mensuales, mientras que en Barcelona la cifra es similar. Esto deja a quienes viven solos con apenas 500 euros para el resto del mes tras pagar el alquiler, una cantidad claramente insuficiente en ciudades con un elevado coste de vida.

Lisboa y Estambul: salario insuficiente para cubrir el alquiler
La peor relación ingreso-alquiler en Europa se da actualmente en Lisboa, donde el alquiler supone el 116 % del salario neto medio. En otras palabras, el sueldo no cubre ni siquiera el alquiler mensual. Le sigue Estambul, con un ratio del 101 %, lo que obliga a muchas personas a buscar ingresos adicionales, compartir vivienda o incluso endeudarse.
En ambas ciudades, vivir solo se ha vuelto directamente inviable para la mayoría de los trabajadores.
¿Dónde se vive mejor? Las ciudades con mayor margen tras pagar el alquiler
Frente a este panorama, algunas ciudades del centro y norte de Europa presentan una relación mucho más equilibrada entre ingresos y coste de vivienda. Ginebra, por ejemplo, es la única ciudad europea donde la proporción entre salario y alquiler se sitúa por debajo del 30 %. Allí, los trabajadores conservan más de 5.100 € al mes tras pagar el alquiler.
También destacan Fráncfort, Luxemburgo, Zúrich, Helsinki y Viena, donde el gasto en alquiler supone menos del 40 % del salario mensual, gracias a niveles salariales más altos y/o políticas de vivienda más accesibles.
En Roma, Dublín, Atenas y otras capitales, el alquiler también supera el 50 %
España no es un caso aislado. Roma (65 %), Dublín (62 %), Atenas (57 %), Varsovia (56 %), Praga (54 %) y Budapest (52 %) también presentan cifras alarmantes. En estas ciudades, más de la mitad del sueldo se destina solo al alquiler, sin contar otros gastos básicos como alimentación, transporte o suministros.
Una generación desplazada del centro urbano
En este contexto, la posibilidad de independizarse o formar una familia en el centro de las grandes ciudades se vuelve cada vez más remota. Muchos jóvenes optan por permanecer más tiempo en casa de sus padres, mientras que otros recurren a compartir piso o mudarse a la periferia, donde los precios son algo más asequibles.
La brecha entre lo que se gana y lo que cuesta vivir en una ciudad no solo afecta al bolsillo: también tiene consecuencias sociales y económicas a largo plazo. Desde el retraso en la emancipación hasta la reducción del consumo y la dificultad para atraer talento joven, el acceso a la vivienda se ha convertido en uno de los principales desafíos urbanos de Europa.
¿La solución? Subida salarial, vivienda pública y control de precios
Expertos en vivienda y economía coinciden en que la solución pasa por una combinación de medidas estructurales. Entre ellas: un aumento real de los salarios, una mayor oferta de vivienda pública y políticas de regulación del alquiler.
Sin una intervención coordinada, el sueño de vivir en el centro de una ciudad europea será cada vez más exclusivo. Y para la mayoría, seguirá siendo solo eso: un sueño.
Noticias de Economía Nacional e Internacional en La Razón