En dos años se acaba el millonario plan plurianual de financiación de Erasmus+ (2021-2027, que duplicó el anterior) y, aunque en Bruselas saben que nada ha cohesionado y vertebrado más Europa que este programa de movilidad entre universidades y centros educativos, está por verse si sube o no la partida ahora que la UE parece tener una prioridad muy diferente: rearmarse. Pero, al menos, en este 2025 se va a alcanzar en España el récord histórico en inversión en los 38 años de andadura del proyecto: se prevé invertir 377 millones de euros para becas a universitarios, estudiantes de FP, escolares o docentes. En total se va a financiar 4.538 proyectos de movilidad que beneficiarán a 153.717 personas.
Bruselas aporta 306,5 millones de euros al proyecto de movilidad y España 70,5 (un 59% más que en 2019). Se beneficiarán 153.700 estudiantes y profesores
En dos años se acaba el millonario plan plurianual de financiación de Erasmus+ (2021-2027, que duplicó el anterior) y, aunque en Bruselas saben que nada ha cohesionado y vertebrado más Europa que este programa de movilidad entre universidades y centros educativos, está por verse si sube o no la partida ahora que la UE parece tener una prioridad muy diferente: rearmarse. Pero, al menos, en este 2025 se va a alcanzar en España el récord histórico en inversión en los 38 años de andadura del proyecto: se prevé invertir 377 millones de euros para becas a universitarios, estudiantes de FP, escolares o docentes. En total se va a financiar 4.538 proyectos de movilidad que beneficiarán a 153.717 personas.
La inversión total sube un 17% respecto a 2024 ―el porcentaje no se refiere al curso académico sino al año natural, porque muchas movilidades son a caballo entre dos de ellos―, sobre todo debido a la gran apuesta de la Comisión Europea, que aporta 306,5 millones para becas personales y partidas para que los centros educativos organicen intercambios con los de otros países. Aparte, se van a dedicar 31,8 millones a proyectos de cooperación entre organizaciones de educación y formación.
El Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades destinará, por su parte, 70,5 millones a becas de educación superior (para 72.513 estudiantes y personal de la universidad y la FP superior), frente a los 66,9 millones de 2024. En 2011, siendo ministro Ángel Gabilondo (PSOE), se alcanzó un máximo de 61,1 millones pero, coincidiendo con la crisis económica, el Gobierno de Mariano Rajoy bajó la cuantía primero a 16,3 millones y luego se mantuvo estable en 29 millones. Hasta el año pasado no se superó la cantidad de Gabilondo, llegándose hasta los 65,7 millones.
Toda la partida española se concentra en la educación superior, como empezó el programa, no deriva fondos para otras modalidades de Erasmus. Con la dotación estrictamente de Bruselas viajarán, asimismo, 27.819 estudiantes de FP Básica, FP de Grado Medio, conservatorios de música y de danza y sus profesores.

Los proyectos de 1.946 colegios e institutos han sido seleccionados para celebrar un intercambio con otros centros en el que van a participar 46.805 alumnos y sus profesores. A este fin la UE destina 60 millones de euros. Existe, además, un grupo de participantes minoritario y apenas conocido: el de 6.580 alumnos de educación para adultos y sus profesores.

España crece en presupuesto y también las solicitudes de universidades y centros educativos del país para acoger erasmus: un total de 6.388 recibidas, un 9,1% más que en 2024.

Erasmus, un “paso decisivo para la creación de un verdadero espacio educativo europeo”, en palabras del exministro de Educación socialista José María Maravall, nació en 1987 con un presupuesto de 85 millones de ecus (72 millones de euros ahora) para tres años. Italia y España siempre defendieron una fuerte financiación, pero hubo muchas reticencias, hasta el extremo de que el comisario europeo para Asuntos Sociales, el español Manuel Marín, retiró momentáneamente el proyecto de la agenda de la Comisión, ante la escasa dotación económica que la Comunidad pensaba dedicarle entonces. España contó con 2.000 becas para esos tres años, frente a los 153.717 beneficiarios solo en 2025.
En 2012 Bruselas reconvino a España que hubiese bajado el presupuesto, pero la verdadera crisis diplomática se desató en 2013, cuando el Ministerio de Educación de José Ignacio Wert aseguró que la partida comunitaria había menguado y que los becados, muchos ya en el país de destino, no recibirían la cuantía que contaban con recibir. El escándalo fue tan grande ―los damnificados se movilizaron y la UE reaccionó de forma airada— que el Ejecutivo se vio obligado a rectificar sus palabras. Un portavoz de la Comisión llegó a afirmar: “No sé cómo decirlo más diplomáticamente. Es basura”.
En 2014, la UE decidió ampliar el espectro de los beneficiarios de movilidad y unificó distintos programas ya existentes con otros nuevos para que desde la edad escolar hasta los adultos pudieran desplazarse a otro punto de Europa a formarse, hacer prácticas profesionales o realizar un voluntariado. Es decir, los universitarios dejaron de ser los únicos protagonistas y el presupuesto comunitario se disparó a los 14.700 millones para el periodo 2014-2020.
La gran brecha autonómica
La cuantía que reciben los estudiantes de Bruselas y el Estado va de los 250 euros a los 350 al mes, dependiendo de la carestía de la vida en destino (los 33 países se dividen en tres grupos según el nivel de vida). Y luego el beneficiario puede optar a otras becas complementarias de las comunidades autónomas ―con unas diferencias enormes entre regiones y solo una parte tiene en cuenta la renta familiar― y de sus universidades, otros organismos públicos o fundaciones.
La comunidad más generosa es Andalucía, que destinará en el curso 2025/2026 más de 12 millones, un 5% más que el que ha terminado. “Somos líderes absolutos en apoyar a los jóvenes andaluces para que se internacionalicen, para que aprendan idiomas, para que se formen y para que vuelvan a Andalucía con esa preparación para producir en nuestra tierra”, explicaron en un comunicado reciente, en el que remarcaban que entre Madrid ―este septiembre otorgará sus primeras becas en 38 años, la única autonomía que no ofertaba ayudas― y Cataluña no alcanzan los cinco millones.
El Observatorio de cofinanciación de becas Erasmus+ publicó este marzo un informe que pone de manifiesto estas grandes diferencias entre regiones. “El presupuesto destinado a Murcia ha caído drásticamente de 418.400 euros en 2024 a 219.150 euros en 2025, lo que representa un recorte alarmante del 50%. Esto ha resultado en una asignación de solo 25 euros al mes por estudiante, una cifra insuficiente para cubrir siquiera los gastos básicos de movilidad”, denunció Erasmus Student Network Spain (ESNS) en su documento. Les preocupa que Erasmus+ no deje a nadie atrás por su situación económica. Después de las críticas, el Gobierno murciano ha presupuestado 419.000 euros para el curso que viene.
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