Paramount+ se deshace de “Happy Face”, esta es la razón

Hay historias que nacen para inquietar, y otras que simplemente no encuentran quién quiera oírlas. “Happy Face” parecía tenerlo todo para despuntar en la jungla del true crime televisivo: una base real estremecedora, un reparto con peso específico y una narrativa que apostaba más por la cicatriz que por la sangre. Sin embargo, tras una única temporada, Paramount+ ha decidido apagar el caso y no renovarla. No habrá segunda entrega, y lo que prometía ser una serie de largo aliento se convierte en otra víctima más del algoritmo y la atención fragmentada.

Protagonizada por Annaleigh Ashford, en uno de los papeles más serios de su carrera reciente, y por Dennis Quaid, en modo perturbador y contenido, la serie contaba la historia de Melissa Moore, hija del asesino en serie Keith Jesperson, apodado “Happy Face”. El relato, basado en hechos reales, en un pódcast y en un libro escrito por la propia Moore, se alejaba del enfoque gore para explorar lo que significa vivir bajo la sombra de un crimen que no cometiste, pero que no puedes borrar de tu apellido. Esa tensión, más emocional que procesal, era uno de sus grandes aciertos.

Y sin embargo, no bastó. La serie pasó sin pena ni trending topic por el catálogo de Paramount+, sin llegar al codiciado Top 10 de Nielsen y sin el impulso de formar parte de una franquicia reconocible. En una plataforma que vive —y respira— IPs como “Star Trek”, “Yellowstone” o “NCIS”, ser una rara avis puede jugar en tu contra. En el caso de “Happy Face”, su independencia narrativa no fue sinónimo de éxito.

A nivel de producción, el proyecto tenía mimbres sólidos. Los siempre fiables Robert y Michelle King ejercían como productores ejecutivos junto a Jennifer Cacicio, y se notaba la mano en la estructura de guion y en ese tono a medio camino entre la introspección y la inquietud. Pero más allá de una realización sobria, sin fuegos de artificio ni planos que gritan su importancia, lo que destacaba era el pulso de la interpretación. Ashford entregaba una Melissa contenida, llena de contradicciones y sin ganas de redención fácil. Quaid, por su parte, componía un monstruo sin necesidad de subrayar nada, lo que lo hacía más incómodo aún.

¿Era una serie perfecta? No. Le costaba avanzar a veces, y su apuesta por lo silencioso la alejaba del público que busca giros de guion cada quince minutos. Pero justo ahí residía también su singularidad: en construir un thriller desde el trauma, no desde la sorpresa. “Happy Face” sabía que lo más difícil no es atrapar al asesino, sino convivir con su sombra. Y eso, en un mercado que exige inmediatez, puede ser su mayor virtud y su sentencia de muerte al mismo tiempo.

La cancelación deja una línea argumental abierta, sí, pero el caso principal se cerró con dignidad. Para quienes la vieron, no queda la sensación de serie incompleta, sino de una historia que optó por decir lo que necesitaba sin esperar eternamente el permiso del público. Ahora “Happy Face” se puede ver al completo en SkyShowtime en España. Puede que no haya más episodios, pero lo que dijo, lo dijo sin temblar.

 El drama criminal con Annaleigh Ashford y Dennis Quaid no regresa. Paramount+ cierra su historia sobre una hija marcada por la violencia LGTBIQ+  

Hay historias que nacen para inquietar, y otras que simplemente no encuentran quién quiera oírlas. “Happy Face” parecía tenerlo todo para despuntar en la jungla del true crime televisivo: una base real estremecedora, un reparto con peso específico y una narrativa que apostaba más por la cicatriz que por la sangre. Sin embargo, tras una única temporada, Paramount+ ha decidido apagar el caso y no renovarla. No habrá segunda entrega, y lo que prometía ser una serie de largo aliento se convierte en otra víctima más del algoritmo y la atención fragmentada.

Protagonizada por Annaleigh Ashford, en uno de los papeles más serios de su carrera reciente, y por Dennis Quaid, en modo perturbador y contenido, la serie contaba la historia de Melissa Moore, hija del asesino en serie Keith Jesperson, apodado “Happy Face”. El relato, basado en hechos reales, en un pódcast y en un libro escrito por la propia Moore, se alejaba del enfoque gore para explorar lo que significa vivir bajo la sombra de un crimen que no cometiste, pero que no puedes borrar de tu apellido. Esa tensión, más emocional que procesal, era uno de sus grandes aciertos.

Y sin embargo, no bastó. La serie pasó sin pena ni trending topic por el catálogo de Paramount+, sin llegar al codiciado Top 10 de Nielsen y sin el impulso de formar parte de una franquicia reconocible. En una plataforma que vive —y respira— IPs como “Star Trek”, “Yellowstone” o “NCIS”, ser una rara avis puede jugar en tu contra. En el caso de “Happy Face”, su independencia narrativa no fue sinónimo de éxito.

A nivel de producción, el proyecto tenía mimbres sólidos. Los siempre fiables Robert y Michelle King ejercían como productores ejecutivos junto a Jennifer Cacicio, y se notaba la mano en la estructura de guion y en ese tono a medio camino entre la introspección y la inquietud. Pero más allá de una realización sobria, sin fuegos de artificio ni planos que gritan su importancia, lo que destacaba era el pulso de la interpretación. Ashford entregaba una Melissa contenida, llena de contradicciones y sin ganas de redención fácil. Quaid, por su parte, componía un monstruo sin necesidad de subrayar nada, lo que lo hacía más incómodo aún.

¿Era una serie perfecta? No. Le costaba avanzar a veces, y su apuesta por lo silencioso la alejaba del público que busca giros de guion cada quince minutos. Pero justo ahí residía también su singularidad: en construir un thriller desde el trauma, no desde la sorpresa. “Happy Face” sabía que lo más difícil no es atrapar al asesino, sino convivir con su sombra. Y eso, en un mercado que exige inmediatez, puede ser su mayor virtud y su sentencia de muerte al mismo tiempo.

La cancelación deja una línea argumental abierta, sí, pero el caso principal se cerró con dignidad. Para quienes la vieron, no queda la sensación de serie incompleta, sino de una historia que optó por decir lo que necesitaba sin esperar eternamente el permiso del público. Ahora “Happy Face” se puede ver al completo en SkyShowtime en España. Puede que no haya más episodios, pero lo que dijo, lo dijo sin temblar.

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