Messi le quita el síndrome del impostor a Inter Miami: «Veníamos a aprender, pero se ha puesto de cara»

Messi es el hilo conductor del Mundial de Clubes. No hay una figura que concentre de tal manera todas las fases actuales del fútbol. La nueva, que representa Inter Miami; y la clásica, de la que él es hijo predilecto. Por eso es tan importante para el torneo, que empieza a tomar forma e identidad, una buena actuación del ‘10’, cuyo gol de falta directa contra el Oporto, que prácticamente clasifica a los estadounidenses para cuartos, fue celebrado. No solo en el estadio, también en la sede de la FIFA. Messi es el hilo conductor del Mundial de Clubes. No hay una figura que concentre de tal manera todas las fases actuales del fútbol. La nueva, que representa Inter Miami; y la clásica, de la que él es hijo predilecto. Por eso es tan importante para el torneo, que empieza a tomar forma e identidad, una buena actuación del ‘10’, cuyo gol de falta directa contra el Oporto, que prácticamente clasifica a los estadounidenses para cuartos, fue celebrado. No solo en el estadio, también en la sede de la FIFA.  

Messi es el hilo conductor del Mundial de Clubes. No hay una figura que concentre de tal manera todas las fases actuales del fútbol. La nueva, que representa Inter Miami; y la clásica, de la que él es hijo predilecto. Por eso es tan importante para el torneo, que empieza a tomar forma e identidad, una buena actuación del ‘10’, cuyo gol de falta directa contra el Oporto, que prácticamente clasifica a los estadounidenses para cuartos, fue celebrado. No solo en el estadio, también en la sede de la FIFA.

La apuesta de EEUU por el ‘soccer’ no existe como tal. En realidad, es el mundo del fútbol intentando colarse en la industria del entretenimiento más lucrativa. Es decir, la simbiosis perfecta entre el deporte popular y un modelo de negocio que, a costa de desnaturalizar parte de la esencia futbolística, logra su máximo rendimiento. Por eso Messi es el encuentro más natural en los dos mundos, con Inter Miami como paradigma.

Es el club que mejor ha entendido la MLS y su potencialidad, con Jorge Mas y José Mas, dos ejecutivos de alto nivel, junto a David Beckham, el primero que avanzó el negocio del fútbol en EEUU. Un país que ya se posiciona para acoger también el Mundial de Clubes de 2029 cuando ni siquiera ha avanzado el presente. “Son los que más infraestructuras de primer nivel tienen y los que más pujan”, expresa una fuente familiarizada con la adjudicación de un torneo que quiere imponer su propio relato.

La narrativa alrededor de Messi es fundamental. Aparece en todos los reclamos publicitarios y sus camisetas son las únicas que se cuelan en las tiendas de deporte al lado de las de los flamantes Florida Panthers, que acaban de proclamarse campeones, por segundo año consecutivo, de la Stanley Cup de hockey sobre hielo. El argentino ha traspasado incluso las expectativas de los más optimistas con un proyecto efervescente.

“Había confianza y optimismo, pero clasificarse superaría todas las estadísticas. Estar aquí ya era histórico para el club. Ganarle a un europeo como Oporto… Es un auténtico hito. Clasificarse en un grupo donde estaba el equipo portugués y el Palmeiras es romper cualquier techo”, comenta una fuente que está en el día a día de un club al que el disparo de Messi por toda la escuadra le quitó el síndrome de impostor. 

Su clasificación fue muy polémica, incluso en EEUU. Inter Miami está en el Mundial de Clubes tras ocupar una plaza reservada para el país anfitrión que logró a través del Supporters’ Shield que premia al equipo más regular de la MLS. Un icono de la selección de EEUU como Alexi Lalas criticó lo que consideró como un gesto arbitrario. Después del triunfo de Inter Miami no tuvo más remedio que rendirse a la evidencia en la cobertura especial que se está llevando a cabo por la Copa Oro, que se disputa simultáneamente, y donde la selección que dirige Pochettino tiene la obligación de ganar.

A pesar de México y cualquier otro equipo que pueda plantarle cara a EEUU, donde Messi e Inter Miami han puesto el listón lo más alto posible. “Se venía al Mundial de Clubes a disfrutar, aprender y competir, pero se ha puesto muy de cara”, aseguran desde una franquicia que, precisamente, se ha convertido en franquicia del fútbol moderno con el mayor emblema en activo del fútbol de siempre. Un Messi que después de ganar el Mundial de Qatar ya había alcanzado la eternidad, pero que ha regresado para un último baile.

 Diario de Mallorca – Deportes

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