Al contrario de lo que ha ocurrido con otros deportistas de impacto global, no puede decirse que Rafa Nadal haya vivido solo el momento durante su 23 años de exitosa carrera tenística, sin horizontes, sin pensar en el día de mañana. Al contrario de lo que ha ocurrido con otros deportistas de impacto global, no puede decirse que Rafa Nadal haya vivido solo el momento durante su 23 años de exitosa carrera tenística, sin horizontes, sin pensar en el día de mañana.
Al contrario de lo que ha ocurrido con otros deportistas de impacto global, no puede decirse que Rafa Nadal haya vivido solo el momento durante su 23 años de exitosa carrera tenística, sin horizontes, sin pensar en el día de mañana.
Los 22 torneos de Grand Slam y los 92 títulos ATP conquistados le han proporcionado al mallorquín unas ganancias deportivas de 125 millones de euros a lo largo de su carrera, sin contar con las inversiones deportivas, las inmobiliarias, las turísticas y sobre todo con propia marca de Rafa Nadal, un intangible de elevadísimo valor económico que sigue creciendo más allá del resultado deportivo inmediato y se centra en los valores que transmite el personaje: talento, integridad, humildad y esfuerzo.
A esta empresa han querido unirse a lo largo de los años con sus patrocinios compañías tan variadas como Telefónica, Banco Sabadell, Nike, Babolat, Kia, Mapfre, Richard Mille, Mueller o Tommy Hilfiger. Y hacerlo además con una fidelidad sin parangón, difícilmente comparable con otro deportista que no sea Michael Jordan.
Sin embargo, el futuro de Rafa Nadal y su gran proyecto vital está construido sobre la piedra angular de la Rafa Nadal Academy de Manacor.
Así lo ha querido el tenista. El centro, con el apoyo de Telefónica, que abrió sus puertas en 2016, ha experimentado un crecimiento exponencial tanto en instalaciones como en público, con más de 500 empleados y más de 100.000 visitantes anuales en sus 80.000 metros cuadrados de instalaciones educativas y deportivas, siendo a la vez un centro de alto rendimiento tenístico, un colegio internacional y un museo, con una variada oferta de restauración.
Tras la etapa de consolidación, Nadal dio entrada el pasado noviembre en el accionariado de la Academia al fondo GPF, con el objetivo de seguir creciendo y acelerar la expansión internacional de la Academia, que ya está presente en México, Grecia, Kuwait, Hong Kong y Egipto.
En este contexto, el de la expansión internacional de la Academia, hay que entender que Rafa Nadal se convirtiera en enero en embajador de la Federación de Arabia Saudí de Tenis, porque el compromiso le permitirá impulsar una delegación de su Academia en el país árabe.
El papel de Rafa Nadal como inversionista está unido principalmente a dos empresarios. Por una parte, Gabriel Escarrer, consejero delegado de Meliá Hotels Internacional, con quien ha creado la marca hotelera Zel Hotels, con establecimientos en Mallorca, Costa Brava, Madrid, Punta Cana y un plan de expansión que incluye la apertura de 20 establecimientos.
Y en segundo lugar con el empresario ibicenco Abel Matutes Prats, hijo del ex ministro de Asuntos Exteriores, que ya había participado en la inversión de la primera delegación de la Academia en México.
Abel Matutes, Rafa Nadal y Manuel Campos crearon en 2013 la sociedad Mabel Capital, con la que gestionaban, entre otros negocios, los restaurantes Tatel, Totó o el complejo residencial Mabel Villa París de Madrid.
Sin embargo, Matutes y Nadal dividieron la sociedad el pasado mes de febrero, quedándose con el negocio inmobiliario y y otras participaciones, como la productora Komodo (que está detrás del festival de música Mad Cool o las series Soy Georgina y Tamara Falcó: La Marquesa, ambas emitidas en Netflix), mientras Campos se quedaba con la parte de restauración.
Ahora, según publicó el periódico Cinco Días, Abel Matutes y Rafa Nadal han creado una nueva sociedad inmobiliaria, denominada Palya Invest, con la que prevén invertir más de 200 millones de euros en la construcción de viviendas de lujo en la Costa del Sol, siguiendo el modelo de las denominadas branded residences, edificios de diseño sofisticado en zonas residenciales muy codiciadas, con servicios exclusivos como conserjería, servicio de habitaciones, restaurantes de lujo, gimnasios, piscinas y spa, todo ello gestionado por la marca que respalda la residencia.
Como inversionista, Rafa Nadal también participa en las inversiones de su familia, muchas de ellas anteriores al inicio de su carrera profesional y centradas principalmente en la actividad inmobiliaria y otras asociadas. E igualmente financia e impulsa proyectos relacionados con el deporte y la educación, la innovación social, la salud y bienestar, la cooperación al desarrollo y el medio ambiente a través de la Fundación Rafa Nadal, que dirige su esposa, Mery Perelló, y también patrocina Telefónica, al igual que la Academia.
Diario de Mallorca – Deportes
