El Liverpool consumó la conquista de la Premier del mismo modo dominante con que la empezó. Atropelló sin compasión al Tottenham (5-1) y oficializó un éxito que se daba por descontado desde hacía muchísimas semanas. La ciudad de Mersey se tintó de rojo, como no podía ser de otra forma, y celebró que el principal equipo de la ciudad es campeón de nuevo después de cinco temporadas. El Liverpool consumó la conquista de la Premier del mismo modo dominante con que la empezó. Atropelló sin compasión al Tottenham (5-1) y oficializó un éxito que se daba por descontado desde hacía muchísimas semanas. La ciudad de Mersey se tintó de rojo, como no podía ser de otra forma, y celebró que el principal equipo de la ciudad es campeón de nuevo después de cinco temporadas.
El Liverpool consumó la conquista de la Premier del mismo modo dominante con que la empezó. Atropelló sin compasión al Tottenham (5-1) y oficializó un éxito que se daba por descontado desde hacía muchísimas semanas. La ciudad de Mersey se tintó de rojo, como no podía ser de otra forma, y celebró que el principal equipo de la ciudad es campeón de nuevo después de cinco temporadas.
El fin de la dictadura del Manchester City de Pep Guardiola ya es una realidad a falta de cuatro jornadas para la conclusión del campeonato. Arne Slot, en su primer curso en el banquillo red en el lugar del carismático Jürgen Klopp, ha cambiado el rumbo del fútbol inglés de los últimos años. Con un fútbol tan trepidante como métodico en la construcción ha exhibido músculo desde el comienzo de temporada y ha doblegado a todos sus contrincantes. Ni el Arsenal de Mikel Arteta, tan demoledor ante el Madrid en la Champions, pudo seguirle el ritmo.
El Liverpool celebró un título que compensa de sobras la amargura de la eliminación temprana de la máxima competición continental. Salvo en la eliminatoria ante el PSG, Slot ha sabido construir una formidable química de juego entre sus jugadores. Solo ha sufrido dos derrotas en la temporada inglesa.
Ha contado con las prestaciones inmejorables de Mo Salah, que ha jugado su mejor campaña realizadora de su larga carrera. Ante el pobre Tottenham marcó su gol número 28 del curso. Se ha ganado una renovación que se hizo esperar. Ha sido sin duda el futbolista de esta Premier.
También se ha ganado la renovación el defensa Van Dijk, otro que seguirá un tiempo más en Anfield, que se encendió en la celebración este domingo, coreando a coro con todos los jugadores en el césped el inevitable ‘Never walk alone’.
Contó Slot también con la resurrección de Gravenberg en el centro del campo, la eficacia de McAllister, las diabluras de Díaz por la banda izquierda, la solidez de Konaté o la resistencia del portero Allison, un mar de lágrimas en la celebración. Un equipo sumamente compacto.
Díaz, McAllister, Gakpo, Salah y un tanto en propia puerta de Udogie sellaron el triunfo sobre el Tottenham y el título número 20 de la historia del club, con el que iguala el récord del Manchester United. Ambos suman la misma cantidad a estas alturas. El Liverpool parece más cerca que el United de tomar la delantera en el palmarés. Un Liverpool que, al igual que el Barça, no participará en el Mundial de Clubs.
Más descanso para encarar la próxima campaña, pues, para Slot, que perderá a Alexander-Arnold. Es de suponer que hará algún fichaje más que el verano anterior. Solo contrató a Chiesa, un jugador con el que apenas ha contado y aun así, el rendimiento global ha sido más que satisfactorio.
Hasta la eliminación de la Champions, parecía el equipo perfecto. Nadie esperaba tanto de un entrenador sin el carisma de Klopp pero un maniático de los detalles y una alta capacidad para intervenir en los partidos con eficacia. No pueden estar más contentos con él en Anfield.
Diario de Mallorca – Deportes
