Lamine Yamal dirige una goleada con doblete de Gavi y estreno de Rashford

Acaba el Barça la gira asiática de tres partidos con un inmejorable sabor de boca. Con el mejor resultado (0-5) y la actuación más convincente. Una goleada que ha dirigido Lamine Yamal en el primer tiempo. Sin necesidad de marcar ningún tanto, solo con la cantidad de juego que generó para los demás, el 10 azulgrana fue el motor que propulsó al equipo a instalarse en la mitad de la parcela del Daegu y a coleccionar ocasiones de gol. Acaba el Barça la gira asiática de tres partidos con un inmejorable sabor de boca. Con el mejor resultado (0-5) y la actuación más convincente. Una goleada que ha dirigido Lamine Yamal en el primer tiempo. Sin necesidad de marcar ningún tanto, solo con la cantidad de juego que generó para los demás, el 10 azulgrana fue el motor que propulsó al equipo a instalarse en la mitad de la parcela del Daegu y a coleccionar ocasiones de gol.  

Acaba el Barça la gira asiática de tres partidos con un inmejorable sabor de boca. Con el mejor resultado (0-5) y la actuación más convincente. Una goleada que ha dirigido Lamine Yamal en el primer tiempo. Sin necesidad de marcar ningún tanto, solo con la cantidad de juego que generó para los demás, el 10 azulgrana fue el motor que propulsó al equipo a instalarse en la mitad de la parcela del Daegu y a coleccionar ocasiones de gol.

Gavi marcó un doblete con sus magníficas llegadas, y Marcus Rashford estrenó su cuenta en la segunda mitad, después de que lo hiciera Toni Fernández, otro menor de edad (17 años). No faltó ni falló, por supuesto, Robert Lewandowski en el festín que se preparó el Barça para despedirse de Corea del Sur y tomar un avión de regreso a Barcelona.

Flick incrustaba al jovencísimo Dro entre los titulares para comprobar su grado de integración rodeado de futbolistas ya consagrados y su capacidad para mantener el ritmo de juego. De sus cualidades y su aptitud el técnico no alberga demasiadas dudas.

Lamine Yamal intentya elevar el balón sobre el meta Seung-hun Oh.
Lamine Yamal intentya elevar el balón sobre el meta Seung-hun Oh. / JEON HEON-KYUN / EFE

Por segunda vez, Flick colocaba a Gerard Martín de central para ocupar el vacío de Iñigo en el central izquierdo, quien sabe si buscando un futuro recambio para sustituir al vasco, ausente por fatiga muscular, por un zurdo. No hay otro (Araujo, Cubarsí Christensen, Koundé) cuya pierna natural sea la izquierda.

Colándose como lateral, suplantando las funciones de Balde, con quien coincidió en el equipo -hasta ahora parecían incompatibles por ocupar la misma posición-, se internó Martín rompiendo la frágil defensa coreana para servir un caramelo a Lewandowski.

Lewandowski bate al portero Seung-hun Oh en la jugada del 0-2.
Lewandowski bate al portero Seung-hun Oh en la jugada del 0-2. / Valentí Enrich / SPO

Dro jugó los últimos 11 minutos del amistoso ante el Vissel Kobe (marcó un gol) y no participó en el segundo, así que este era el examen de verdad. Ante el Daegu ejerció de interior derecho, cerca de Lamine Yamal y Lewandowski y protegido por Koundé y De Jong.

A los 15 minutos dispuso Dro, Pedro Fernández, hijo de gallego y filipina, de un disparo similar al que le permitió estrenarse en el debut, pero un defensa coreano interrumpió el trayecto hacia la portería. Nadie le entorpecía cuando falló a puerta vacía un centro de Balde que le pilló algo adelantado para ejecutar coordinadamente el remate (m. 39).

Se marchó a la ducha Dro mascullando el error que tanto le habría recompensado y que se quedó en anécdota ante el alud de ocasiones que confeccionó el Barça. Gavi, con el aplomo de los años, si acertó en sus incursiones al área para apuntarse un doblete.

Fue oportunísimo el primer tanto de Gavi porque llegó segundos después de que el Daegu hubiera desperdiciado una ocasión de oro a portería vacía. Después de provocar cinco fueras de juego en diez minutos, el cuadro local rompió la línea una vez. Salió Joan Garcia al borde del área a atrapar el balón y se apuntó la primera muesca: ni lo tocó, dejando la portería libre para el rematador coreano, que chutó a las nubes.

Raphinha se lamenta de una ocasión fallada en el primer tiempo.
Raphinha se lamenta de una ocasión fallada en el primer tiempo. / JEON HEON-KYUN / EFE

Más que resuelto el duelo con el colista de la liga coreana, la segunda fase del partido decayó mientras arreciaba la lluvia en un estadio que ni de lejos se llenó. Con un once renovado por completo, el guion despuntaría con las acciones individuales. Sobre todo, de aquellos que tratan de despertar la atención de Flick, mientras que los ya conocidos juegan con la soltura y la serenidad del que cree que no tiene que arriesgar en un amistoso y bajo el diluvio.

Un panorama que quedó perfectamente descrito en la factura de los goles de la segunda mitad, cuando Olmo ponía en ventaja a Toni Fernández, otro menor como Dro, para marcar el 0-4. Toni, como su compañero, solo había disputado 12 minutos, y Rashford remataba plácidamente un centro raso de Eric Garcia.

La satisfacción de Flick se observó al dar entrada a Diego Kochen, el quinto portero de la plantilla, para que pudiera debutar en el último cuarto de hora, antes de que Pau Cubarsí ensombreciera el rostro del entrenador. El central pidió el cambio al notar una molestia en el gemelo de la pierna izquierda.

 Diario de Mallorca – Deportes

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