La opinión de Toni Ruiz del Mallorca-Barcelona: Un estreno sin sorpresas ni valor

El estreno liguero del Mallorca no podía ser una prueba más difícil. Recibir al actual campeón de Liga, que además llegó a Palma con hambre de fútbol, era un reto superlativo. Había poco margen para la sorpresa, especialmente porque los de Flick salieron desde el minuto uno con la misión de apoderarse del balón, la mejor manera que hay para marcar goles y ganar los partidos. El inicio fue un monólogo de los azulgrana que apenas tardaron 7 minutos en abrir el marcador gracias a una genialidad de Lamal que lanzó un pase letal, que Mateu no supo ver, y que Raphinha envió al fondo de la red. Poco quedaba por hacer, y menos si Muriqi falla una clara oportunidad para empatar.  El estreno liguero del Mallorca no podía ser una prueba más difícil. Recibir al actual campeón de Liga, que además llegó a Palma con hambre de fútbol, era un reto superlativo. Había poco margen para la sorpresa, especialmente porque los de Flick salieron desde el minuto uno con la misión de apoderarse del balón, la mejor manera que hay para marcar goles y ganar los partidos. El inicio fue un monólogo de los azulgrana que apenas tardaron 7 minutos en abrir el marcador gracias a una genialidad de Lamal que lanzó un pase letal, que Mateu no supo ver, y que Raphinha envió al fondo de la red. Poco quedaba por hacer, y menos si Muriqi falla una clara oportunidad para empatar.   

El estreno liguero del Mallorca no podía ser una prueba más difícil. Recibir al actual campeón de Liga, que además llegó a Palma con hambre de fútbol, era un reto superlativo. Había poco margen para la sorpresa, especialmente porque los de Flick salieron desde el minuto uno con la misión de apoderarse del balón, la mejor manera que hay para marcar goles y ganar los partidos. El inicio fue un monólogo de los azulgrana que apenas tardaron 7 minutos en abrir el marcador gracias a una genialidad de Lamal que lanzó un pase letal, que Mateu no supo ver, y que Raphinha envió al fondo de la red. Poco quedaba por hacer, y menos si Muriqi falla una clara oportunidad para empatar. 

Al aluvión de argumentos se sumó, sin ser necesario, el colegiado que ignoró el pelotazo en la cabeza que dejó grogui a Raillo y que fue aprovechado por Ferran para enviar segundos después el balón a la red una vez más. La sibilina colaboración arbitral fue más allá con un reparto desigual de tarjetas que dejó sin efectivos al Mallorca, pues aunque la roja a Muriqi entra dentro de lo plausible, no lo era que Morlanes hubiera recibido una amarilla por protestar antes de ver la segunda, cuando Araujo se había cansado de hacer faltas a Muriqi con anterioridad.

Con estas premisas, y nueve contra once, poco se puede evaluar del segundo proyecto de Arrasate, en el que habrá que dejar para otro partido para ver cómo encajan los cuatro fichajes realizados, Bergström, Kumbulla, Pablo Torre y Joseph, y si los otro tantos traspasos, de Greif, Copete, Van der Heyden y posiblemente antes de que se cierre el mercado, Maffeo y Samu Costa, dejan a equipo con mejores argumentos para salvar la categoría que es, y no otro, el objetivo a alcanzar.

 Diario de Mallorca – Deportes

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