La coalición gobernante de Japón pierde en las urnas su mayoría en la Cámara alta

El duro revés electoral que se daba casi por hecho para el conservador Partido Liberal Demócrata (PLD), del primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, se ha confirmado este lunes por la mañana al conocerse los resultados de las elecciones parciales de la víspera. Como se esperaba, los votantes han castigado a la coalición gobernante con la pérdida de la mayoría en la Cámara alta del Parlamento del país, en unos comicios protagonizados por el elevado coste de la vida, las cuestiones migratorias y la forma de afrontar la negociación de aranceles estadounidenses. Ishiba, a pesar del mensaje de las urnas, ha asegurado que seguirá al frente del país.

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 El primer ministro, Shigeru Ishiba, anuncia que permanecerá en su cargo a pesar del duro revés en las elecciones parciales del domingo  

El duro revés electoral que se daba casi por hecho para el conservador Partido Liberal Demócrata (PLD), del primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, se ha confirmado este lunes por la mañana al conocerse los resultados de las elecciones parciales de la víspera. Como se esperaba, los votantes han castigado a la coalición gobernante con la pérdida de la mayoría en la Cámara alta del Parlamento del país, en unos comicios protagonizados por el elevado coste de la vida, las cuestiones migratorias y la forma de afrontar la negociación de aranceles estadounidenses. Ishiba, a pesar del mensaje de las urnas, ha asegurado que seguirá al frente del país.

“Permaneceré en el cargo y haré todo lo que esté en mi mano para encontrar un camino hacia la resolución de los desafíos [que afronta Japón]”, ha declarado este lunes el jefe del Gobierno japonés. Su intención es evitar el “estancamiento político”, ha añadido, a pesar de la fragilidad parlamentaria a la que se enfrenta. Su formación y su aliado tradicional en el Gobierno, el partido Komeito, ya no cuentan con mayoría en ninguna de las dos cámaras de la Dieta (el Parlamento nipón). Su intención es profundizar las discusiones con otros partidos, ha subrayado, según recoge la agencia Kyodo.

Ishiba ha reiterado la necesidad de seguir al frente en un momento de “crisis nacional”, en el que los hogares se resienten de los altos precios y mientras continúa negociando con Washington antes de que entre en vigor el 1 de agosto el último cañonazo tarifario del presidente estadounidense, Donald Trump. Su intención es mantener conversaciones directas con el republicano lo antes posible para lograr resultados “visibles”, ha zanjado, sin dar más detalles.

La coalición formada por su partido y Komeito ha logrado solo 47 escaños de los 125 que estaban en disputa en la Cámara alta. El número de asientos de ambos partidos, al sumar los que no estaban en juego en estos comicios parciales, se queda en 122, por debajo de la mayoría en una institución que cuenta con 248 miembros, y se renueva cada tres años por mitades.

Las malas noticias se suman a las del pasado octubre, cuando logró ser investido primer ministro, pero solo después de que su partido obtuviera el peor resultado en 15 años, y se dejase también por el camino la mayoría en la Cámara baja, más poderosa. Aun así, logró mantenerse de forma hábil al frente.

Ahora, sin mayoría de la coalición gobernante en ninguna de las cámaras del Parlamento, se abre un potencial período de inestabilidad política. Aunque estas elecciones no determinaban el futuro de Ishiba, sus resultados lo asoman al abismo, y sus días como primer ministro podrían estar contados.

Ihiko Noda, líder de la principal formación de la oposición, el Partido Democrático Constitucional, de centroizquierda, declaró el domingo que está considerando la posibilidad de presentar un voto de confianza para tumbar al Gobierno. En su opinión, los resultados demuestran que la coalición ha perdido la confianza de los votantes. Su formación obtuvo 22 escaños en el escrutinio y quedó en segundo lugar.

Para superar esa inestabilidad, y sacar adelante sus políticas, Ishiba deberá buscar el apoyo de terceros partidos opositores en ambas cámaras. El mal resultado del PLD, además, podría dar aliento a las facciones críticas entre sus compañeros de filas, los cuales podrían tratar de forzar su caída, y buscar un líder alternativo. Su salida no sería ninguna sorpresa. Los últimos tres primeros ministros del PLD que perdieron la mayoría en la Cámara alta dimitieron en dos meses.

Las idas y venidas de jefes de Gobierno tampoco supondrán un giro de guion drástico, teniendo en cuenta que el PLD, la formación de Ishiba y también la del asesinado primer ministro Shinzo Abe, ha gobernado Japón casi sin interrupciones desde 1955, aunque con frecuentes cambios de líder.

“La situación es grave y debemos aceptarla con humildad y sinceridad”, había reconocido ya el primer ministro en declaraciones a NHK dos horas después del cierre de las urnas. Aunque dio a entender su decisión de continuar en el cargo, no detalló qué tipo de apoyos o pactos buscará para sacar adelante las políticas de su Gobierno.

Los resultados electorales no han sido una sorpresa. Han confirmado los pronósticos de las encuestas de intención de voto en una campaña que despertó un elevado interés. El revés en las urnas de este domingo subraya la frustración de un electorado descontento con la inflación, particularmente la que atañe al precio del arroz, y una serie de escándalos políticos que han asediado al PLD.

Al primer ministro no parecen haberle funcionado sus promesas de recortar impuestos y endurecer las políticas de inmigración, acercándose al discurso del partido populista de extrema derecha Sanseito, que bebe de las fuentes polarizadoras de Donald Trump, cuyo lema es “Los japoneses primero” y que ha advertido de una supuesta “invasión silenciosa” de extranjeros.

Sanseito ha logrado canalizar buena parte del descontento ciudadano tras semanas de debates electorales marcados por el alto coste de la vida, que asfixia a las clases medias y supone un tapón para los jóvenes en una sociedad envejecida, y por la negociación contra reloj de los aranceles con Estados Unidos, determinantes para un país con vocación exportadora. La cuarta economía del planeta recibió hace un par de semanas la famosa carta de Trump en la que este avisaba de que, de no lograr un acuerdo, le impondría a partir del 1 de agosto gravámenes del 25% a la importación de sus productos.

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