Juventus, el equipo favorito de Trump: la estrecha relación entre la ‘Vecchia Signora’ y el presidente de EEUU

El fútbol, o el ‘soccer’, no le interesa a Donald Trump más allá de la relación de poder que le concede. Al presidente de los EEUU le importa la relación de poder que le concede que su país vaya a ser sede de los grandes eventos deportivos de los próximos años, como el Mundial 2026 de selecciones y los JJOO de Los Ángeles 2028. Todo en el republicano tiene que ver con el provecho que puede sacar de cada acuerdo. La buena relación que mantiene con la FIFA de Gianni Infantino le permite colonizar una modalidad que de otro modo le resultaría muy distante. El fútbol, o el ‘soccer’, no le interesa a Donald Trump más allá de la relación de poder que le concede. Al presidente de los EEUU le importa la relación de poder que le concede que su país vaya a ser sede de los grandes eventos deportivos de los próximos años, como el Mundial 2026 de selecciones y los JJOO de Los Ángeles 2028. Todo en el republicano tiene que ver con el provecho que puede sacar de cada acuerdo. La buena relación que mantiene con la FIFA de Gianni Infantino le permite colonizar una modalidad que de otro modo le resultaría muy distante.  

El fútbol, o el ‘soccer’, no le interesa a Donald Trump más allá de la relación de poder que le concede. Al presidente de los EEUU le importa la relación de poder que le concede que su país vaya a ser sede de los grandes eventos deportivos de los próximos años, como el Mundial 2026 de selecciones y los JJOO de Los Ángeles 2028. Todo en el republicano tiene que ver con el provecho que puede sacar de cada acuerdo. La buena relación que mantiene con la FIFA de Gianni Infantino le permite colonizar una modalidad que de otro modo le resultaría muy distante.

De los Trump, el más interesado en el fútbol no americano es Barron, el hijo más joven, que tiene 19 años y, por tanto, representa uno de los ‘targets’ que el ‘soccer’ europeo quiere conquistar. En 2017, siendo un adolescente, se habló de su afición por el Arsenal, que es propiedad de Stan Kroenke, un magnate estadounidense que controla los ‘gunners’ a través de su empresa Kroenke Sports & Entertainment. Es también el dueño de Los Angeles Rams (NFL), Denver Nuggets (NBA) o Colorado Rapids (MLS).

El interés real del pequeño de los Trump se ha demostrado públicamente. En su momento trascendió que estaba en la cantera del DC United, donde actuó como mediocampista. Su padre siempre ha sacado a relucir esta conexión cuando se ha tratado de afianzar la conexión de la Casa Blanca con un deporte que para él es poder y que de otro modo no podría controlar. «Mi hijo ama el fútbol, aunque no es muy bueno»; bromeó en el sorteo del Mundial de Clubes, cuando apareció como invitado especial de Infantino, uno de sus grandes amigos.

Eso sí, Trump ha preferido siempre el fútbol masculino, después de las tensiones que ha mantenido con las representantes del equipo nacional femenino, el más laureado de la historia, con cuatro entorchados mundiales. «No voy a ir a la maldita Casa Blanca mientras él siga ahí, aunque dudo mucho que seamos invitadas», capitana de la selección y Balón de Oro en 2019. El presidente, que nunca se calla, respondió: “Megan debería ganar primero antes de hablar. ¡Terminen el trabajo! No se debería faltar el respeto así. Deberían estar orgullosas de la bandera que llevan».

Trump tenía razón, porque aquella afirmación se produjo en el contexto del Mundial 2023 de Australia y Nueva Zelanda, que acabaría llevándose España y donde EEUU cayó en octavos. El presidente aprovechó el varapalo para criticar a Rapinoe, conocida por su activismo LGTB, debido a la negativa a cantar el himno nacional junto a sus compañeras. Si el presidente tiene que elegir un equipo para que le visite en su despacho, ese es la Juventus, rival del Real Madrid en octavos. Así ha sucedido en el Mundial de Clubes en un acto tan incómodo como surrealista.

El 18 de junio de 2025, una expedición de la ‘vecchia signora’, acompañada por Infantino como maestro de ceremonias, acudió a la Casa Blanca apenas unas horas antes de jugar el primer partido del Mundial de Clubes ante Al-Ain. Entre ellos, varios jugadores estadounidenses como Weston McKennie, Y Timothy Weah, baluartes del equipo. El primero, capitán del equipo italiano, se había manifestado más de una vez en contra del reelegido presidente. “No creo que Trump sea la persona adecuada para el cargo de presidente. Creo que es un ignorante. No lo apoyo en absoluto. En mi opinión, se le puede llamar racista”, aseguraba en una entrevista con el Bild en 2020, cuando militaba en el Schalke 04.

Por su parte, Timothy Weah, capitán de la selección de EEUU, es hijo de George Weah, el único Balón de Oro de África y expresidente de Liberia, el país creado en África para albergar a la población negra de territorio estadounidense. Ambos mantuvieron una relación diplomática cordial. Más cómoda que el intercambio entre los futbolistas de la Juve y Trump, quien primero los usó de ‘atrezzo’ para informar a la Fox sobre las operaciones bélicas con Irán y después les lanzó varias preguntas incómodas.

“¿Podría una mujer entrar en su equipo, chicos?”, lanzó directamente a los jugadores un Trumo opuesto frontalmente a que la participación de atletas trans en competiciones femeninas, algo que considera parte del ‘wokismo’ a combatir, como el feminismo, de ahí sus conflictos con la selección que lideraba Rapinoe. Ante el silencio, el presidente se dirigió a Comolli, director general de la Juventus, quien intentó esquivar la mirada. Trump, a lo suyo: “Pero deberían jugar con mujeres”, hasta que el francés no tuvo más remedio que intermediar: “Son muy diplomáticos, nosotros tenemos un buen equipo femenino». Esa respuesta sirvió para proseguir y liquidar un acto incómodo.

“Para mí fue toda una sorpresa, honestamente. Nos dijeron que teníamos que ir y no tuve opción de decir que no”, explicó Weah tras la victoria por 5-0 de la Juventus. “Me pilló por sorpresa. Fue un poco raro. Cuando empezó a hablar de política, de Irán y todo eso, fue como: solo quiero jugar al fútbol, tío”, añadió un futbolista que no tuvo la oportunidad de salirse de un acto que tiene una explicación muy fácil de entender. Empieza por una frase pronunciada por el propio Trump en el extraño encuentro: «El presidente de la Juventus me cae muy bien».

Para entender esta afirmación hay que bucear en la propiedad del equipo italiano. John Elkann, nacido en Nueva York, es director ejecutivo de Exor, el holding de la familia Agnelli, propietaria del club italiano, pero, sobre todo, de Fiat Chrysler Automobiles (FCA), una de las empresas automotrices más importantes con actividad en EEUU. Por ejemplo, fabricante de las innumerables ‘pick-up’ Ram, el coche nacional del país junto a los Ford F-150. Elkann también es presidente de Stellantis, nacido de la fusión con PSA (Peugeot – Citroën) en 2021. Exor también controla medios italianos como La Repubblica y La Stampa.

La industria automovilística ha sido una prioridad desde siempre para Trump y uno de los sectores en los que ha aplicado un mayor proteccionista. Algunas de las marcas de FCA como Chrysler, Dodge, Jeep y la citada Ram son emblemas nacionales de un país que ha visto cómo parte de su producción se ha deslocalizado a mercados más competitivos como México o China. Esto ha terminado en una espiral de aranceles que obligan a extremar las relaciones entre las marcas y Trump, para conseguir exenciones que apliquen sobre las numerosas piezas de exportación que se necesitan.

Aunque la relación de los Agnelli, sobre todo de Gianni, con diferentes gobiernos como el de Henry Kissinger, afín a las ideas republicanas, siempre fue estrecha. El magnate fundador de Fiat y el expresidente se consideraron «amigos por excelencia». La buena relación se ha mantenido hasta el presidente, con Trump calificando a Elkann como “un empresario fantástico, un hombre que ha hecho un trabajo fenomenal en la industria del automóvil, y que proviene de una familia de ganadores”. De ahí el carácter ineludible de la visita de Trump a la Juventus, su equipo favorito en este Mundial de Clubes. Hasta que el capital o el comercio digan lo contrario.

 Diario de Mallorca – Deportes

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