Lauren James se plantó con los brazos cruzados y la vista clavada en la grada. El gesto serio, imperturbable, para nada dejaba entrever la felicidad que la envolvía. Acababa de marcar el primer tanto para Inglaterra ante Países Bajos (4-0). Un gol que le daba la tranquilidad y empezaba (aunque ella aún no lo sabía) una goleada que espantaría las malas sensaciones tras un debut nefasto ante Francia. Y es que James es de esas futbolistas con un carisma único y especial, que tiene una aura atrayente y aunque también muchos fantasmas. Lauren James se plantó con los brazos cruzados y la vista clavada en la grada. El gesto serio, imperturbable, para nada dejaba entrever la felicidad que la envolvía. Acababa de marcar el primer tanto para Inglaterra ante Países Bajos (4-0). Un gol que le daba la tranquilidad y empezaba (aunque ella aún no lo sabía) una goleada que espantaría las malas sensaciones tras un debut nefasto ante Francia. Y es que James es de esas futbolistas con un carisma único y especial, que tiene una aura atrayente y aunque también muchos fantasmas.
Lauren James se plantó con los brazos cruzados y la vista clavada en la grada. El gesto serio, imperturbable, para nada dejaba entrever la felicidad que la envolvía. Acababa de marcar el primer tanto para Inglaterra ante Países Bajos (4-0). Un gol que le daba la tranquilidad y empezaba (aunque ella aún no lo sabía) una goleada que espantaría las malas sensaciones tras un debut nefasto ante Francia. Y es que James es de esas futbolistas con un carisma único y especial, que tiene una aura atrayente y aunque también muchos fantasmas.
Inglaterra necesitaba recobrar la compostura. Tras un inicio de Eurocopa malo contra Francia, las vigentes campeonas sabían que o respondían con creces ante las neerlandesas o quedarían fuera del torneo. Y puede que fuera la presión o la necesidad, pero la selección inglesa fue otra. Recuperó ese juego letal, esas combinaciones eléctricas y encaminó sin apenas obstáculos la victoria. El primer tanto lo firmó la delantera del Chelsea, con una obra de arte. Alessia Russo le filtró un balón en la frontal del área, encaró y conectó un disparo imposible directo a la escuadra.
La selección inglesa fue hundiendo a Países Bajos a base de golazos. El segundo fue de Georgia Stanway, que empalmó el balón a medio bote y la reventó al fondo de la red antes del descanso. En el segundo tiempo, siguió el baile. Volvió a ser Lauren James. Volvió a aparecer en medio del área para empujar el esférico. Hay pocas futbolistas como ella. Con ese porte y una mirada que intimida. Es imponente, lo sabe y lo aprovecha. Contra Países Bajos se hizo aún más grande ante la necesidad de su selección.
Ella Toone le puso el sello al partido que le devolvió la sonrisa a Inglaterra. Recogió el balón dentro del área, dribló a su par y con la zurda envió el esférico al fondo de la red. Sin duda, no había mejor manera de mantener sus opciones para conseguir un billete a cuartos de final que con tal actuación.
Inglaterra se gustó, se lo pasó bien y se creció. Sacó los galones de campeón y aprovechó el partido para darle la vuelta a una situación que parecía ya condenarlas. Siguen vivas las vigentes campeonas y todo se decidirá en una última jornada agónica.
Diario de Mallorca – Deportes
