Cada 13 de junio, en plena Romería de San Antonio en Ceuta, cientos de personas hacen cola durante horas para hacerse con uno de los panes bendecidos que se reparten en la ermita del monte Hacho.
No se trata de un simple recuerdo religioso, sino de un símbolo de protección, suerte y tradición que se guarda con esmero durante todo el año para cumplir con un ritual muy especial: lanzarlo al mar en la noche de San Juan.
Este bollito, conocido popularmente como el ‘pan de los pobres’, remite a la obra solidaria de San Antonio, patrón de los objetos perdidos, del amor verdadero y de los más necesitados. Quienes logran hacerse con uno, lo conservan en casa —algunos en la cocina, otros cerca de las despensas— como un talismán bendecido. Pero su verdadero destino se cumple en una fecha clave del calendario: en la noche del 23 al 24 de junio, cuando debe ser arrojado al agua para alimentar a los peces y cerrar así el ciclo anual.
El pan bendito, una tradición ceutí
Aunque en Ceuta el 24 de junio no es día festivo, como sí ocurre en Cataluña o en municipios como Albacete, la noche del 23 se vive de forma especial para quienes siguen esta tradición. Muchos ceutíes se acercan esa noche a la playa —principalmente a la Ribera o el Chorrillo— para despedir su pan bendito lanzándolo al mar, en un gesto íntimo que mezcla creencias populares, legado cristiano y conexión con el entorno natural.
Más allá de su simbología religiosa, este gesto es también una forma de agradecer los favores recibidos durante el año y renovar los deseos para el nuevo ciclo.
San Juan: una noche mágica para los rituales
La noche de San Juan, que este 2025 se celebra en la madrugada del lunes 23 al martes 24 de junio, es una de las fechas más cargadas de simbolismo del año. Aunque oficialmente el día de San Juan Bautista es el 24, las celebraciones más intensas se concentran la noche anterior, con hogueras, verbenas, fuegos artificiales y numerosos rituales que se repiten en buena parte del país.
A nivel espiritual, la tradición señala que en esta noche ‘todo arde para renacer’: se queman papeles con deseos frustrados, objetos del pasado, o incluso se saltan las brasas para dejar atrás lo negativo. En la costa, es habitual que las personas entren al mar a medianoche para realizar un baño purificador. En el interior peninsular, otros recogen plantas mágicas como la hierba de San Juan (hipérico), que después se seca y se guarda como amuleto protector.
En el caso de Ceuta, esta espiritualidad adopta un matiz muy especial gracias al pan bendito de San Antonio. Su lanzamiento al agua se suma a los baños nocturnos y a los deseos escritos que arden junto al fuego, en una mezcla única de costumbre cristiana, devoción popular y herencia mediterránea.
Un santo para el amor… y para encontrar lo perdido
San Antonio no solo es protagonista en junio por su romería y por el pan que bendice. También es conocido como el ‘santo casamentero’, al que muchas jóvenes ceutíes –y no tan jóvenes– rezan para encontrar pareja. Además, se le invoca para recuperar objetos perdidos o solucionar problemas materiales, reforzando su papel como intercesor cercano y protector.
Sea por devoción, costumbre o simple tradición, lo cierto es que este pan bendecido por San Antonio en cada junio se ha convertido en uno de los símbolos más queridos de la ciudad autónoma. Y su final, cada noche de San Juan, es un gesto que habla de fe, de continuidad y de respeto por las raíces.
La entrada El ritual que debes hacer con el pan bendito en la noche de San Juan aparece primero en El Faro de Ceuta.
Cada 13 de junio, en plena Romería de San Antonio en Ceuta, cientos de personas hacen cola durante horas para hacerse con uno de los panes bendecidos que se reparten en la ermita del monte Hacho. No se trata de un simple recuerdo religioso, sino de un símbolo de protección, suerte y tradición que se
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Cada 13 de junio, en plena Romería de San Antonio en Ceuta, cientos de personas hacen cola durante horas para hacerse con uno de los panes bendecidos que se reparten en la ermita del monte Hacho.
No se trata de un simple recuerdo religioso, sino de un símbolo de protección, suerte y tradición que se guarda con esmero durante todo el año para cumplir con un ritual muy especial: lanzarlo al mar en la noche de San Juan.
Este bollito, conocido popularmente como el ‘pan de los pobres’, remite a la obra solidaria de San Antonio, patrón de los objetos perdidos, del amor verdadero y de los más necesitados. Quienes logran hacerse con uno, lo conservan en casa —algunos en la cocina, otros cerca de las despensas— como un talismán bendecido. Pero su verdadero destino se cumple en una fecha clave del calendario: en la noche del 23 al 24 de junio, cuando debe ser arrojado al agua para alimentar a los peces y cerrar así el ciclo anual.
El pan bendito, una tradición ceutí
Aunque en Ceuta el 24 de junio no es día festivo, como sí ocurre en Cataluña o en municipios como Albacete, la noche del 23 se vive de forma especial para quienes siguen esta tradición. Muchos ceutíes se acercan esa noche a la playa —principalmente a la Ribera o el Chorrillo— para despedir su pan bendito lanzándolo al mar, en un gesto íntimo que mezcla creencias populares, legado cristiano y conexión con el entorno natural.
Más allá de su simbología religiosa, este gesto es también una forma de agradecer los favores recibidos durante el año y renovar los deseos para el nuevo ciclo.
San Juan: una noche mágica para los rituales
La noche de San Juan, que este 2025 se celebra en la madrugada del lunes 23 al martes 24 de junio, es una de las fechas más cargadas de simbolismo del año. Aunque oficialmente el día de San Juan Bautista es el 24, las celebraciones más intensas se concentran la noche anterior, con hogueras, verbenas, fuegos artificiales y numerosos rituales que se repiten en buena parte del país.
A nivel espiritual, la tradición señala que en esta noche ‘todo arde para renacer’: se queman papeles con deseos frustrados, objetos del pasado, o incluso se saltan las brasas para dejar atrás lo negativo. En la costa, es habitual que las personas entren al mar a medianoche para realizar un baño purificador. En el interior peninsular, otros recogen plantas mágicas como la hierba de San Juan (hipérico), que después se seca y se guarda como amuleto protector.
En el caso de Ceuta, esta espiritualidad adopta un matiz muy especial gracias al pan bendito de San Antonio. Su lanzamiento al agua se suma a los baños nocturnos y a los deseos escritos que arden junto al fuego, en una mezcla única de costumbre cristiana, devoción popular y herencia mediterránea.
Un santo para el amor… y para encontrar lo perdido
San Antonio no solo es protagonista en junio por su romería y por el pan que bendice. También es conocido como el ‘santo casamentero’, al que muchas jóvenes ceutíes –y no tan jóvenes– rezan para encontrar pareja. Además, se le invoca para recuperar objetos perdidos o solucionar problemas materiales, reforzando su papel como intercesor cercano y protector.
Sea por devoción, costumbre o simple tradición, lo cierto es que este pan bendecido por San Antonio en cada junio se ha convertido en uno de los símbolos más queridos de la ciudad autónoma. Y su final, cada noche de San Juan, es un gesto que habla de fe, de continuidad y de respeto por las raíces.
Cultura y Tradiciones – El Faro de Ceuta