El problema de Larin y del Mallorca

Cyle Larin se ha convertido en todo un dolor de muelas para la dirección deportiva del Real Mallorca. El delantero quiere marcharse, pero Pablo Ortells no encuentra la manera de que su salida no repercuta negativamente en la economía del club. La situación se ha enquistado en las últimas semanas, porque los equipos que se han interesado no han cumplido con las expectativas. Todo un problema también para el canadiense, que no quiere dejar España. Cyle Larin se ha convertido en todo un dolor de muelas para la dirección deportiva del Real Mallorca. El delantero quiere marcharse, pero Pablo Ortells no encuentra la manera de que su salida no repercuta negativamente en la economía del club. La situación se ha enquistado en las últimas semanas, porque los equipos que se han interesado no han cumplido con las expectativas. Todo un problema también para el canadiense, que no quiere dejar España.  

Cyle Larin se ha convertido en todo un dolor de muelas para la dirección deportiva del Real Mallorca. El delantero quiere marcharse, pero Pablo Ortells no encuentra la manera de que su salida no repercuta negativamente en la economía del club. La situación se ha enquistado en las últimas semanas, porque los equipos que se han interesado no han cumplido con las expectativas. Todo un problema también para el canadiense, que no quiere dejar España.

Ambas partes tienen que ceder para llegar a un entendimiento y tratar de minimizar una situación complicada y que se ha agravado por la esperada y sonora pitada del sábado en Son Moix en el Trofeu Ciutat de Palma. Las cartas están claras: Cyle Larin quiere dejar el Mallorca y el club desea encontrarle un equipo, pero el problema es su sueldo. Percibe una cantidad que supera los cuatro millones de euros brutos –está entre los tres mejores pagados de la entidad bermellona– y es un escollo muy importante para los equipos interesados.

Las condiciones propuestas por Ortells enfriaron el interés del Valencia por Larin. Además del salario, la entidad bermellona también quería una cantidad fija de un millón además de un bonus por objetivos para cubrir el coste de amortización anual del canadiense. Una petición que ha provocado que el club valenciano se aleje de Larin y ya se haya reforzado con Danjuma, que firmó por tres campañas procedente del Villarreal. El canadiense también sonó para el Celta, pero los vigueses han decidido fichar a Borja Iglesias por dos millones de euros, un precio más asequible.

Las cantidades exigidas por un jugador que ha marcado diez goles en Liga están disuadiendo a los equipos interesados. El precio no está al alcance de todos los equipos de LaLiga y, poco a poco, se le están acabando las opciones. Y en este escenario, pese a que nadie quiere perder dinero, alguna parte tendrá que ceder para que se resuelva un asunto que lleva enquistado desde que acabó la temporada pasada.

Solo faltan cuatro días para que arranque la nueva Liga y parece que la situación no se resolverá pronto. Faltan novias, sobre todo en España, y una alternativa es buscar acomodo en otro país en el que haya clubes que puedan pagar lo que quiere el club y el salario del jugador.

Por el momento es un jugador más de la plantilla. Fue al stage de Austria, pero todavía no ha jugado ningún minuto en la pretemporada en un año que debería ser muy importante para Larin porque en 2026 se juega el Mundial en su país y tiene el reto de recuperar la titularidad en su selección.

 Diario de Mallorca – Deportes

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