El Porreres juega este domingo el partido de su vida ante el Atlético Monzón. El conjunto mallorquín necesita remontar el 0-1 de la ida para conseguir el ascenso a la Segunda RFEF en un duelo que se iniciará a las 12 horas. Unos 70 aficionados acompañarán a los de Miguel Soler con la ilusión de vivir una cita histórica en el Isidro Calderón, que se llenará con unos tres mil aficionados. El Porreres juega este domingo el partido de su vida ante el Atlético Monzón. El conjunto mallorquín necesita remontar el 0-1 de la ida para conseguir el ascenso a la Segunda RFEF en un duelo que se iniciará a las 12 horas. Unos 70 aficionados acompañarán a los de Miguel Soler con la ilusión de vivir una cita histórica en el Isidro Calderón, que se llenará con unos tres mil aficionados.
El Porreres juega este domingo el partido de su vida ante el Atlético Monzón. El conjunto mallorquín necesita remontar el 0-1 de la ida para conseguir el ascenso a la Segunda RFEF en un duelo que se iniciará a las 12 horas. Unos 70 aficionados acompañarán a los de Miguel Soler con la ilusión de vivir una cita histórica en el Isidro Calderón, que se llenará con unos tres mil aficionados.
El técnico del Porreres, que fue cuarto en Tercera RFEF y se ganó el derecho a jugar esta eliminatoria decisiva tras apear al Formentera y a la Penya Independent, tiene claro que van a salir con el cuchillo entre los dientes para no dejarse sorprender. «Nadie daba un duro por nosotros. Vamos a morir matando y a buscar, al menos, irnos con buenas sensaciones si no ganamos», señaló Soler. «Vamos con mucha ilusión, no tenemos nada que perder», agregó en declaraciones a este diario.
La clave será mostrar solidez defensiva y jugar con la personalidad y descaro que han evidenciado durante todo el curso. «Tenemos que hacer muchas cosas bien y que no nos vuelvan a sorprender», destacó Soler, consciente de la dificultad del reto.
Diario de Mallorca – Deportes