Hay partidos y planes bastante mejores que un Ulsan Hyundai – Mamelodi Sundowns en un Mundial de Clubes, pero pocos duelos con más incidentes que un enfrentamiento que se llevó el equipo sudrafricano, el más rico de su continente, y que le posiciona para estar en octavos. Un drama para el equipo coreano, que se quedó en la cuneta por un gol de Iqraan Rayners a los 36 minutos. Que en realidad fueron mucho más, porque una tormenta eléctrica obligó a la suspensión del encuentro del grupo F. Hay partidos y planes bastante mejores que un Ulsan Hyundai – Mamelodi Sundowns en un Mundial de Clubes, pero pocos duelos con más incidentes que un enfrentamiento que se llevó el equipo sudrafricano, el más rico de su continente, y que le posiciona para estar en octavos. Un drama para el equipo coreano, que se quedó en la cuneta por un gol de Iqraan Rayners a los 36 minutos. Que en realidad fueron mucho más, porque una tormenta eléctrica obligó a la suspensión del encuentro del grupo F.
Hay partidos y planes bastante mejores que un Ulsan Hyundai – Mamelodi Sundowns en un Mundial de Clubes, pero pocos duelos con más incidentes que un enfrentamiento que se llevó el equipo sudrafricano, el más rico de su continente, y que le posiciona para estar en octavos. Un drama para el equipo coreano, que se quedó en la cuneta por un gol de Iqraan Rayners a los 36 minutos. Que en realidad fueron mucho más, porque una tormenta eléctrica obligó a la suspensión del encuentro del grupo F.
Apenas 1.000 aficionados se dieron cita en el Exploria Stadium de Orlando, por lo que la entrada sería inferior a la mayoría de encuentros de Primera RFEF, la tercera categoría del fútbol español. Eso sí, el millar de seguidores, mayoritariamente de Mamelodi, se lo tomaron muy en serio, con una danza previa que acompañó a sus jugadores hasta que la meteorología provocó el caos.
En lo puramente deportivo, el equipo sudrafricano consiguió plasmar en gol su amplio dominio de la posesión. Pero Ulsan rozó el empate a los 70 minutos por medio del extremo venezolano Matías Lacava, que remató solo ante Ronwen Williams. Pero África, esta vez, se impuso a los elementos y logró su primer triunfo en un encuentro que nunca se habría dado de no ser por el Mundial de Clubes. Como tantos otros que se producirán en una fase de grupos inmensa, llena de cruces paradójicos.
Al Ulsan le partió un rayo, pero, por lo menos, no uno real. El protocolo que se activó es el mismo que se utiliza en ligas profesionales como la NFL, MLS o MLB, que consiste en un monitoreo en tiempo real a través de sistemas de detención de rayos. Este dispositivo se arma en el radio de hasta 15 kilómetros alrededor del estadio. Si se detecta un incidente en este rango, se activa el retraso obligatorio del partido y se evacúan las gradas.
Como mínimo, han de guardarse 30 minutos de suspensión desde el último rayo observado dentro del radio de peligro. A partir de ahí, evacuación de jugadores y público del terreno de juego, junto a los aficionados, como ha pasado en un Ulsan Hyundai – Mamelodi Sundowns para el que es difícil encontrar hasta testimonios profesionales de lo allí sucedido.
Ya se vivieron situaciones parecidas en el Mundial sub-20 de 2023 disputado en EEUU, así como en partidos de las grandes ligas. De hecho, Orlando es una de las ciudades que más actividad de este tipo registra. Como curiosidad, el Hard Rock Stadium de Miami, donde debuta el Real Madrid ante Al Hilal, cuenta con un sistema de alertas automáticas para la evacuación progresiva y refugios designados en pasillos interiores.
Pero de todo esto se olvidarán Ulsan y Mamelodi, que hizo buena su fama como el equipo más rico de África. El equipo sudafricano tiene un estilo similar al de Guardiola, denominado «Shoe Shine & Piano”, basado en pases cortos y combinaciones rápidos. Es un juego lírico que le permitió atenazar al rival surcoreano hasta el punto de reducir su posesión al campo testimonial. Para ellos, fue la tormenta perfecta.
Diario de Mallorca – Deportes