A pesar de que el ministro de Agricultura, Luis Planas, sigue de vacaciones (la semana pasada fue visto en los chiringuitos de Nerja) mientras la lengua azul diezma los rebaños de ovejas y corderos, especialmente en Castilla-La Mancha y en Andalucía. Pero, vayamos por partes. Los asuntos relacionados con la sanidad de la producción agraria, tanto de los vegetales como de los animales, han vuelto a situarse en los últimos días en el primer plano de la actualidad. De entrada, se ha producido un cambio al frente de la dirección general que se ocupa de estas competencias, tras el cese-dimisión de Valentín Almansa después de más de una década en el puesto; estaba muy cuestionado desde principios de año por una gran parte de sus compañeros veterinarios, tras la entrada en vigor de la nueva normativa sobre aplicación de medicamentos y antibióticos en los animales de compañía. Desde enero ha sido constantes las manifestaciones, también ante la sede del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Los participantes en las protestas acusaban a Almansa y a Luis Planas de falta de dialogo y de ir más allá de lo que obligaba la normativa de la Unión Europea en esta materia.
El segundo punto a tener en cuenta se refiere a la sanidad animal con los casos de lengua azul, que afectan de momento sobre todo al ovino, disparados, especialmente en las Comunidades Autónomas de Castilla la Mancha y Andalucía. Es verdad que la gestión en materia de sanidad animal es competencia de las autoridades regionales, pero también es cierto que los responsables del Ministerio de Agricultura, con Luis Planas a la cabeza, tienen encomendada la tarea de coordinación cuando una enfermedad afecta a varias comunidades autónomas, como es el caso que nos ocupa. En las últimas semanas se han disparado los focos de diversos serotipos de lengua azul en zonas como el Valle de Alcudia (Ciudad Real) y del Valle de los Pedroches (Córdoba) por citar dos de las áreas afectadas. Según cuentan ganaderos y organizaciones agrarias, como Asaja de esas dos provincias, es necesario que las autoridades se pongan manos a la obra y desarrollen actuaciones urgentes para frenar la propagación de la enfermedad. A ello ha contribuido que la vacunación haya dejado de ser obligatoria y también la gran variedad de serotipos que circulan, lo que hace que la vacunas pierden efectividad, porque se puede haber vacunado contra uno o varios serotipos con el coste que eso supone, pero que luego entre en la explotación otro diferente.
A finales de julio desde Asaja de Córdoba exigieron un plan de choque y ayudas ante los focos de lengua azul, a la vez que pedían una profunda reflexión sobre la gestión de la sanidad animal, porque las enfermedades de los animales y las plagas que afectan a los vegetales no conocen, ni de ámbitos territoriales, ni de fronteras, ni tampoco de épocas del año. A finales de la semana pasada, desde Asaja Ciudad Real se sumaron a estas demandas y exigieron «a las Administraciones Públicas medidas urgentes para paliar los graves daños de la lengua azul». También alertaron de los graves perjuicios que está provocando en las explotaciones ganaderas. Están en una situación límite con los animales que se mueren y las ovejas que abortan. Reclaman asimismo una intervención urgente y coordinada «que incluya la distribución inmediata de vacunas en las zonas afectadas. Se necesitan medicamentos y medidas de choque a la máxima brevedad posible», afirma Pedro Barato, presidente nacional.
También hay problemas en el ámbito de la sanidad vegetal. Desde la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) han mostrado su preocupación por la aparición de plagas en el cultivo de la chufa. Asimismo, han alertado del «elevado e intolerable riesgo fitosanitario» que entrañan las importaciones de cítricos procedentes de los países miembros de Mercosur. El pasado mes, Argentina, Brasil y Uruguay acumulan 26 interceptaciones de cargamentos de cítricos con destino a la UE infestados de plagas y enfermedades de cuarentena, como la mancha negra, el cancro bacteriano y el hongo Elsinoë, que causa la roña o sarna. El país más problemático es Argentina con 21 casos. También destacan las importaciones de África del Sur y Suazilandia contaminadas de mancha negra, con el consiguiente riesgo para el sector europeo de los cítricos. Mientras tanto, Luis Planas y los suyos siguen de vacaciones.
Se multiplican los problemas de sanidad animal en la cabaña ganadera española, especialmente en los rebaños de ovejas. Las organizaciones agrarias exigen a las Administraciones medidas urgentes y eficaces
A pesar de que el ministro de Agricultura, Luis Planas, sigue de vacaciones (la semana pasada fue visto en los chiringuitos de Nerja) mientras la lengua azul diezma los rebaños de ovejas y corderos, especialmente en Castilla-La Mancha y en Andalucía. Pero, vayamos por partes. Los asuntos relacionados con la sanidad de la producción agraria, tanto de los vegetales como de los animales, han vuelto a situarse en los últimos días en el primer plano de la actualidad. De entrada, se ha producido un cambio al frente de la dirección general que se ocupa de estas competencias, tras el cese-dimisión de Valentín Almansa después de más de una década en el puesto; estaba muy cuestionado desde principios de año por una gran parte de sus compañeros veterinarios, tras la entrada en vigor de la nueva normativa sobre aplicación de medicamentos y antibióticos en los animales de compañía. Desde enero ha sido constantes las manifestaciones, también ante la sede del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Los participantes en las protestas acusaban a Almansa y a Luis Planas de falta de dialogo y de ir más allá de lo que obligaba la normativa de la Unión Europea en esta materia.
El segundo punto a tener en cuenta se refiere a la sanidad animal con los casos de lengua azul, que afectan de momento sobre todo al ovino, disparados, especialmente en las Comunidades Autónomas de Castilla la Mancha y Andalucía. Es verdad que la gestión en materia de sanidad animal es competencia de las autoridades regionales, pero también es cierto que los responsables del Ministerio de Agricultura, con Luis Planas a la cabeza, tienen encomendada la tarea de coordinación cuando una enfermedad afecta a varias comunidades autónomas, como es el caso que nos ocupa. En las últimas semanas se han disparado los focos de diversos serotipos de lengua azul en zonas como el Valle de Alcudia (Ciudad Real) y del Valle de los Pedroches (Córdoba) por citar dos de las áreas afectadas. Según cuentan ganaderos y organizaciones agrarias, como Asaja de esas dos provincias, es necesario que las autoridades se pongan manos a la obra y desarrollen actuaciones urgentes para frenar la propagación de la enfermedad. A ello ha contribuido que la vacunación haya dejado de ser obligatoria y también la gran variedad de serotipos que circulan, lo que hace que la vacunas pierden efectividad, porque se puede haber vacunado contra uno o varios serotipos con el coste que eso supone, pero que luego entre en la explotación otro diferente.
A finales de julio desde Asaja de Córdoba exigieron un plan de choque y ayudas ante los focos de lengua azul, a la vez que pedían una profunda reflexión sobre la gestión de la sanidad animal, porque las enfermedades de los animales y las plagas que afectan a los vegetales no conocen, ni de ámbitos territoriales, ni de fronteras, ni tampoco de épocas del año. A finales de la semana pasada, desde Asaja Ciudad Real se sumaron a estas demandas y exigieron «a las Administraciones Públicas medidas urgentes para paliar los graves daños de la lengua azul». También alertaron de los graves perjuicios que está provocando en las explotaciones ganaderas. Están en una situación límite con los animales que se mueren y las ovejas que abortan. Reclaman asimismo una intervención urgente y coordinada «que incluya la distribución inmediata de vacunas en las zonas afectadas. Se necesitan medicamentos y medidas de choque a la máxima brevedad posible», afirma Pedro Barato, presidente nacional.
También hay problemas en el ámbito de la sanidad vegetal. Desde la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) han mostrado su preocupación por la aparición de plagas en el cultivo de la chufa. Asimismo, han alertado del «elevado e intolerable riesgo fitosanitario» que entrañan las importaciones de cítricos procedentes de los países miembros de Mercosur. El pasado mes, Argentina, Brasil y Uruguay acumulan 26 interceptaciones de cargamentos de cítricos con destino a la UE infestados de plagas y enfermedades de cuarentena, como la mancha negra, el cancro bacteriano y el hongo Elsinoë, que causa la roña o sarna. El país más problemático es Argentina con 21 casos. También destacan las importaciones de África del Sur y Suazilandia contaminadas de mancha negra, con el consiguiente riesgo para el sector europeo de los cítricos. Mientras tanto, Luis Planas y los suyos siguen de vacaciones.
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