El andamio de Luis Enrique contra los drones de Xabi Alonso

La última semana de junio de 2023, Nasser Al-Khelaifi tenía sobre la mesa de su despacho en Poissy, a 25 kilómetros de París, una carpeta con el nombre de Xabi Alonso. En su primer año en el Leverkusen dejó al Bayer sexto en la Bundesliga y en semifinales de la Europa League. El París Saint-Germain peinaba el mercado tratando de dar estabilidad a un banquillo por el que habían pasado entrenadores en cinco años: Unai Emery, Thomas Tuchel, Mauricio Pochettino y Christophe Galtier. Y el perfil sofisticado del técnico de Tolosa llamaba la atención del dirigente catarí. Finalmente, el elegido fue Luis Enrique Martínez, que llegó avalado por Luis Campos, el director deportivo del club. El primer año del asturiano en el PSG fue el de la explosión de Xabi, que ganó Liga y Copa en Alemania y jugó la final de la Europa League. Lucho ganó los títulos en Francia, pero se quedó en semifinales de la Champions. La última semana de junio de 2023, Nasser Al-Khelaifi tenía sobre la mesa de su despacho en Poissy, a 25 kilómetros de París, una carpeta con el nombre de Xabi Alonso. En su primer año en el Leverkusen dejó al Bayer sexto en la Bundesliga y en semifinales de la Europa League. El París Saint-Germain peinaba el mercado tratando de dar estabilidad a un banquillo por el que habían pasado entrenadores en cinco años: Unai Emery, Thomas Tuchel, Mauricio Pochettino y Christophe Galtier. Y el perfil sofisticado del técnico de Tolosa llamaba la atención del dirigente catarí. Finalmente, el elegido fue Luis Enrique Martínez, que llegó avalado por Luis Campos, el director deportivo del club. El primer año del asturiano en el PSG fue el de la explosión de Xabi, que ganó Liga y Copa en Alemania y jugó la final de la Europa League. Lucho ganó los títulos en Francia, pero se quedó en semifinales de la Champions.  

La última semana de junio de 2023, Nasser Al-Khelaifi tenía sobre la mesa de su despacho en Poissy, a 25 kilómetros de París, una carpeta con el nombre de Xabi Alonso. En su primer año en el Leverkusen dejó al Bayer sexto en la Bundesliga y en semifinales de la Europa League. El París Saint-Germain peinaba el mercado tratando de dar estabilidad a un banquillo por el que habían pasado entrenadores en cinco años: Unai Emery, Thomas Tuchel, Mauricio Pochettino y Christophe Galtier. Y el perfil sofisticado del técnico de Tolosa llamaba la atención del dirigente catarí. Finalmente, el elegido fue Luis Enrique Martínez, que llegó avalado por Luis Campos, el director deportivo del club. El primer año del asturiano en el PSG fue el de la explosión de Xabi, que ganó Liga y Copa en Alemania y jugó la final de la Europa League. Lucho ganó los títulos en Francia, pero se quedó en semifinales de la Champions.

Hoy Al-Khleaifi presume públicamente de tener “el mejor entrenador de Europa” y en privado de “tener un gran olfato futbolístico” por haberse interesado en su momento por Alonso entonces. Lucho y Xabi se miden por primera vez como técnicos en el que debe ser el primero de muchos partidos. El asturiano, de 55 años, respeta profundamente al vasco, de 43. Son dos perfiles diferentes de entrenador, aunque compartan muchas cosas. Luis Enrique, discípulo de “Van Gaal, el entrenador que más me ha enseñado tácticamente”, se define como “un estoico”. Tiene un estilo de juego definido y su éxito pasar por someter al rival con él. No hay plan B, su presión alta tras pérdida es innegociable y la defensa en el mediocampo es otro de sus rasgos identitarios.

Xabi, por su parte, es un ecléctico que ha jugado a las órdenes de Guardiola, Mourinho, Del Bosque, Luis Aragonés, Carlo Ancelotti, JB Toshack o Rafa Benítez. Eso le ha permitido forjar una idea propia de juego que destaca por una alta intensidad, un ritmo vertiginoso, dinamismo y adaptabilidad en cada momento a lo que pide el juego. Es más pragmático que Luis Enrique y no tiene problema a replegarse y defender sin balón su posición para salir al ataque buscando los espacios con su gente de segunda línea.

Los dos han innovado táctica, logística y tecnológicamente. Si Luis Enrique sorprendía en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas encaramado a un andamio para seguir los entrenamientos mientras ordenaba el flujo de juego, en Estados Unidos Xabi se ha ayudado de drones para analizar desde una óptica cenital la distancia en los movimientos colectivos de presión de los jugadores del Real Madrid. Esto le permitía, además de grabar la sesión, disfrutar de un análisis en tiempo real gracias al cual podía corregir al instante las incorrecciones. Al ser su primer contacto con los futbolistas blancos, al de Tolosa le interesaba mucho ajustar ese trabajo táctico para cambiar la cara al equipo e imprimirle su sello. Un rol el de los drones, que en Valdebebas se realiza con las cámaras fijas de la Ciudad Deportiva, mientras que ‘Lucho’ ha cambiado el andamio de Las Rozas por una pantalla gigante en el césped en el campo de entrenamiento de la Ciudad Deportiva del PSG.

Ambos técnicos son obsesivos. Luis Enrique habla individualizadamente con cada jugador ayudado por la pantalla gigante en el césped para repasar los aspectos tácticos y la información individualizada de sus encuentros también con vídeos. Y se han dado casos en los que el asturiano se ha ido a cenar con alguno de sus futbolistas como Vitinha o William Pacho para fortalecer su vínculo con ellos y tratar de implementar mejor su idea de juego en futbolistas claves en el despliegue del equipo.

Futbolísticamente, Xabi Alonso y Luis Enrique se han enfrentado dos veces como jugadores. La primera, el 25 de enero de 2001, el Barça goleó 3-0 a la Real Sociedad en el Camp Nou con Luis Enrique titular y Xabi, en su sexto partido en Primera, saltando al campo a falta de 20 minutos por Tayfun. La segunda, el 2 de noviembre de 2003, en un empate a tres entre la Real y el Barça donde Xabi fue titular y el asturiano entró a falta de un cuarto de hora por Quaresma.

Cuando acaban los entrenamientos, Luis Enrique se evade paseando descalzo disfrutando del ‘earthing’, también llamado ‘grounding’, práctica que defiende que el uso de los zapatos desconecta de la tierra y que el contacto directo con la superficie de la Tierra produce efectos positivos en la fisiología y la salud, en base a la liberación de cargas electromagnéticas con el suelo.

A Xabi Alonso también le gusta pasear pero más que en contacto con el suelo, con el asfalto. “Siempre me han gustado las motos. Me encanta la libertad que consigues en ellas y antes no podía disfrutarla”. Ahora lo hace subido a su BMW R100 de 1979 que mandó customizar durante seis semanas en un taller premium en el que le modificaron la suspensión, el manillar, los espejos, los frenos, las ruedas, y el asiento, hecho a medida por una empresa especializada de Ubrique, en Cádiz. Xabi se la autorregaló al colgar las botas y ahora la disfruta siempre que puede desconectando del fútbol, de los drones y de partidos como el que este miércoles le enfrentará a Luis Enrique. Su primera gran reválida como técnico del Real Madrid.  

 Diario de Mallorca – Deportes

Más Noticias