Tras el lanzamiento de ‘Mario Kart World’ para Switch 2, Nintendo vuelve a demostrar que puedes esperar títulos sobresalientes en su nueva consola. Puede sonar a tópico, pero la compañía japonesa tiene un talento innegable para renovar sus franquicias como nadie y con ‘Bananza’, el equipo de desarrollo ha puesto un extra de atención tanto en la calidad como en lo que querían ofrecer. Tras el lanzamiento de ‘Mario Kart World’ para Switch 2, Nintendo vuelve a demostrar que puedes esperar títulos sobresalientes en su nueva consola. Puede sonar a tópico, pero la compañía japonesa tiene un talento innegable para renovar sus franquicias como nadie y con ‘Bananza’, el equipo de desarrollo ha puesto un extra de atención tanto en la calidad como en lo que querían ofrecer.
Tras el lanzamiento de ‘Mario Kart World’ para Switch 2, Nintendo vuelve a demostrar que puedes esperar títulos sobresalientes en su nueva consola. Puede sonar a tópico, pero la compañía japonesa tiene un talento innegable para renovar sus franquicias como nadie y con ‘Bananza’, el equipo de desarrollo ha puesto un extra de atención tanto en la calidad como en lo que querían ofrecer.
Conviene recordar que han pasado más de once años desde el último juego nuevo de la franquicia, aquel excelente ‘Donkey Kong Country: Tropical Freeze’ para Wii U. Es cierto que Switch recibió algunos títulos de la serie, aunque todos eran reediciones de juegos ya existentes. Ahora, por fin tenemos una aventura completamente nueva, en tres dimensiones, con pequeños mundos abiertos y entornos altamente destructibles.

Para no llevarnos a equivocación, ‘Donkey Kong Bananza’ es un juego sobresaliente, capaz de rivalizar con los mejores lanzamientos históricos de Nintendo. Pero, sobre todo (y este debería ser siempre el propósito de cualquier videojuego), garantiza diversión a raudales y una atracción que crece a medida que avanza la aventura.
La historia arranca de forma diferente a lo habitual con DK lejos de las Islas Tropicales. Concretamente en Isla Lingote, un paraje famoso por su oro y sus plátanos dorados. Como era de esperar, el animoso gorila no tarda en investigar sobre el terreno en busca de todos los plátanos posibles. Entre cosechas y oro recolectado. Todo iba bien para DK, hasta que un tornado trastoca sus simiescos planes y absorbe el depósito de plátanos justo cuando el gorila está cerca. Desesperado por recuperar la mayor cantidad posible, acaba arrastrado por el tornado, que termina hundiendo la isla bajo tierra.
Ya en el subsuelo, conoceremos a Pauline, que inicialmente aparece como una pequeña roca morada con boca y ojos. A medida que se desarrolla la trama, Pauline consigue liberarse de esta forma tan peculiar y recupera su aspecto de joven cantante, tímida y con ciertas dificultades para mostrar su talento ante el público. Una vez liberada, será una aliada fundamental durante toda la aventura. Gracias a la ayuda de un Anciano (del que hablaremos más adelante), es ella quien descubre que la única forma de regresar a la superficie es llegar al núcleo del planeta y pedir un deseo.
Pero aun contando con Pauline, el camino no será sencillo. Un grupo de villanos, conocido como la Compañía del Vacío, también busca el núcleo del planeta y siembra el caos en la Isla Lingote. Su líder, Void Kong, y sus secuaces pondrán a prueba a nuestros protagonistas. Sin revelar más aspectos sobre la historia, hay que decir que, pese a su sencillez, el juego consigue crear un mundo absorbente, con muchos momentos que avivan el interés por seguir jugando.

En ‘Bananza’ el patio de recreo se divide en diferentes escenarios, cada uno determinado por su propio estilo visual. Como es habitual en Nintendo, abundan los paisajes con sol y mares, colinas, bosques, áreas nevadas y otros entornos reconocibles.
Históricamente, en cada juego DK siempre ha ido ampliando sus habilidades y la forma de interactuar con el entorno, pero aquí la destrucción se convierte en su eje principal, permitiendo arrasar prácticamente todo lo que se ve en pantalla (salvo ciertos materiales más duros como el acero o los elementos indispensables para los puzles). Este sistema se traduce en nuevas formas de descubrir el entorno, ya que es posible golpear en varias direcciones, abrir pasadizos o acceder a lugares que, de otro modo, serían inaccesibles.
Además, DK puede lanzar rocas y otros objetos, utilizarlos como herramientas para resolver puzles o escalar superficies. No todas se pueden subir, pero la sensación de libertad para avanzar y moverse en vertical es completamente palpable. También puede colgarse de barandillas y cornisas, surfear con tablas tanto en el agua como en tierra, e impulsarse para moverse más rápido. Por cierto, esta forma de desplazarse resulta divertida, muy útil para atravesar zonas complejas y avanzar con agilidad.
Durante nuestro viaje subterráneo, te encontrarás con los Ancianos, personajes que enseñan a Donkey Kong y Pauline las Transformaciones Bananza, una importante novedad en la serie. Cada una desbloquea nuevas posibilidades y poderes para superar los retos del juego. Por ejemplo, Bananza Kong multiplica la fuerza del personaje y permite destruir terrenos que antes eran inalcanzables, abriendo atajos y secretos. Otras transformaciones, como Bananza Cebra o Bananza Avestruz, permiten correr a gran velocidad, cruzar superficies inestables o volar brevemente y atacar desde el aire. Cada transformación tiene una duración limitada, y para utilizarlas es necesario recargar una barra llamada Bananergia.

El desarrollo se apoya en objetivos principales, numerosos puzles y retos secundarios que añaden horas de experiencia al conjunto. Muchas de estas misiones surgen por la intervención de la Compañía del Vacío, que deja a los habitantes en situaciones difíciles.
En general, las pruebas son muy variadas y proponen secciones donde debes derrotar enemigos contrarreloj, alcanzar lugares difíciles, recorrer zonas de desplazamiento lateral o niveles de barril y vagoneta (con homenaje a los clásicos de la saga incluido).
‘Donkey Kong Bananza’ incluye un sistema completo de personalización, tanto para DK como para Pauline. A lo largo del juego, diferentes personajes secundarios ofrecen atuendos a cambio de fósiles, que funcionan como moneda especial y motivan a explorar cada zona. Estos trajes no son solo cosméticos, sino que aportan bonificaciones que afectan directamente al desarrollo de la partida. Por ejemplo, las corbatas de DK pueden aumentar la aparición de cofres, la velocidad de generación de energía o la obtención de recursos tras vencer enemigos. Los pantalones, ayudan a desplazarse mejor en nieve, barro o agua, o reducen el daño en ciertos terrenos.
Pauline también puede cambiar de atuendo, y sus bonificaciones afectan a DK, en ocasiones vinculadas a las Transformaciones Bananza, como prolongar su duración o aumentar la eficacia del sonar. Además, todas estas mejoras pueden potenciarse usando plátanos dorados, que se obtienen recogiendo estos coleccionables y permiten mejorar la fuerza de los ataques, aprender nuevos movimientos o potenciar transformaciones.

A lo largo de la partida encontrarás objetos útiles, como los globos rojos para evitar caídas, manzanas y zumos para recuperar salud, latas que permiten activar transformaciones, discos de música para personalizar la banda sonora y mapas para localizar coleccionables.
Con relación a la variedad de enemigos parece que es suficiente, ya que se adaptan a cada entorno, con rivales que atacan directamente, emboscan bajo tierra o vuelan y ponen a prueba la puntería. El nivel de dificultad aumenta de manera progresiva y el juego siempre deja margen para adaptarse antes de plantear las situaciones más complicadas. Como es costumbre, los jefes cuentan con sus propios patrones de ataque y puntos débiles, pero el sistema de transformaciones permite diferentes maneras de afrontarlos, animan a variar la forma de resolver cada encuentro.
¿Te apetece jugar acompañado? ‘Donkey Kong Bananza’ cuenta con un modo cooperativo donde el primer jugador controla a DK y el segundo a Pauline. Ambos personajes tienen habilidades importantes. Pauline puede atacar con gritos potentes usando el Joy-Con o el stick analógico, algo que resulta especialmente útil en los momentos más tensos. También incluye un modo foto muy cuidado, con opciones de ángulo, filtros y zoom para guardar los momentos más divertidos o espectaculares de la aventura.
Si nos detenemos en el público infantil, el juego es perfecto para los peques, gracias a su intuitivo control, gráficos atractivos y la inclusión de un modo fácil que ofrece ayudas visuales constantes. Por su parte la traducción al español permite seguir la historia y los diálogos sin problemas desde el primer minuto. Además, el modo DK Artist sirve para pintar y modelar figuras, usando texturas y diferentes colores, fomentando la creatividad y el descanso entre partidas.

‘Bananza’ ofrece gráficos llamativos y escenarios muy bien diseñados. Los personajes en 3D tienen un nivel de detalle alto, con colores vivos y animaciones muy expresivas que reflejan la personalidad de DK, Pauline y los villanos. La iluminación aporta profundidad y vida a los entornos, mientras que las sombras y los efectos de luz resaltan cada zona del juego.
En el apartado sonoro, la banda sonora anima y acompaña cada fase, adaptándose al ritmo del juego tanto en momentos de exploración tranquila como en plena acción. Los efectos aportan dinamismo, desde el estrépito de los escenarios al romperse, hasta los sonidos de los movimientos de Donkey Kong. Todo en la misma línea de cuidado extremo que el resto de la producción.
‘Donkey Kong Bananza’ es de esos juegos que se recuerdan mucho tiempo después de haberlo terminado. Es la segunda gran exclusiva para Switch 2 y cumple con creces en todo lo que podías imaginar. Es grande, divertido, absorbente y absolutamente memorable. Uno de esos títulos que permanecen en la memoria colectiva mucho tiempo después de jugar.
El Periódico de Aragón – Tecnología