Condenado un cura de Ibiza a tres años de cárcel por abusos sexuales a menores

El juzgado de lo penal número uno de Ibiza ha condenado a un total de tres años y tres meses de prisión a Juan Manuel de Souza, párroco de la iglesia de San Pablo de Ibiza, por dos delitos de abusos sexuales a menores.

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 Otras tres denuncias presentadas contra el religioso, expulsado de la Iglesia por estos hechos, fueron archivadas por la prescripción de los delitos  

Un vehículo de la Policía Nacional, en una imagen de archivo.

El juzgado de lo penal número uno de Ibiza ha condenado a un total de tres años y tres meses de prisión a Juan Manuel de Souza, párroco de la iglesia de San Pablo de Ibiza, por dos delitos de abusos sexuales a menores.

La sentencia considera probado que De Souza abusó sexualmente de un niño de 12 años en verano de 2005 y de otro de 13 años entre 2009 y 2010 aprovechando la relación de confianza que le unía con las familias de ambas víctimas, pertenecientes a la comunidad religiosa católica del Camino Neocatecumenal, conocida popularmente como Los Kikos. De Souza no entrará en prisión ya que la jueza ha acordado la suspensión de la ejecución de la pena con la condición de que el exsacerdote no cometa ningún delito durante dos años.

La sentencia señala que De Souza, párroco de la iglesia de San Pablo de Ibiza, atendía en sus labores a varias familias pertenecientes a la comunidad religiosa de Los Kikos, que acudían a sus servicios religiosos y realizaban diversas actividades en la casa parroquial y en la iglesia. Aprovechando la relación de confianza que le unía con la familia de una de las víctimas, que acudía con regularidad a la iglesia, el condenado propuso a los padres del menor de 12 años que éste se quedara a dormir en la casa parroquial una noche del verano de 2005.

“Aprovechando la situación de superioridad, respeto y confianza que tenía el menor en él, le tocó el pene por debajo de la ropa interior al tiempo que el acusado se masturbaba a sí mismo” relata la sentencia en los hechos probados. La víctima, al regresar al día siguiente a casa, manifestó a sus padres su negativa a volver a quedarse con el sacerdote o a realizar cualquier tipo de actividad con él. La sentencia sostiene que, como consecuencia de este episodio, el menor sufrió daños morales y psicológicos que le han afectado a su desarrollo personal y evolutivo como menor en el ámbito de su sexualidad. Otro de los hijos de esta familia también denunció unos hechos similares, que se encuentran prescritos.

El siguiente episodio de abusos relatado en la sentencia se produjo sobre un niño de 13 años, hijo de una mujer viuda que tenía otros seis hijos y que también pertenecía a Los Kikos. En el año 2009, el sacerdote le propuso a la madre de este menor, que tenía intención de ordenarse sacerdote, que se quedara a dormir en la casa parroquial dos veces al mes. “En esos momentos, el acusado, con el ánimo de satisfacer su apetito sexual y aprovechando la autoridad moral que tenía sobre el menor, le tocaba el pene a éste y a su vez colocaba la mano del menor en su pene para que le masturbara a él” señala la jueza. Los hechos se extendieron también a lo largo del año 2010 y el acusado, además, exhibió al menor fotografías de mujeres desnudas, unos hechos que se encuentran prescritos. La sentencia también apunta que el menor ha sufrido daños morales y psicológicos por estos hechos.

Durante el juicio celebrado el pasado 11 de julio, De Souza admitió el relato de los hechos y aceptó una condena de un año y tres meses de cárcel por un delito de abusos sexuales por la primera víctima y otra de dos años de prisión por un delito continuado de abusos sexuales por el segundo episodio y ha indemnizado a ambos con 20.000 euros. La sentencia prohíbe al excura acercarse a menos de cien metros de los denunciantes y de comunicarse con ambos por cualquier motivo durante cinco años. Sin embargo, no entrará en prisión tras suspender la jueza la ejecución de la pena a condición de que De Souza no cometa ningún delito en los próximos dos años.

Estos dos casos prosperaron en los tribunales, pero no son las únicas denuncias que se presentaron contra este sacerdote. Otras tres personas denunciaron a De Souza en los últimos años, pero las demandas fueron archivadas por la prescripción de los delitos, entre ellas, la de Sergio Lleó, que hizo público su caso en redes sociales en marzo de 2021. El joven relató que el cura abusó sexualmente de él en 1996 en la casa parroquial y que, en un primer momento, su familia no le creyó porque el sacerdote era una de las personas con más poder en la diócesis de Ibiza. A la denuncia de Lleó se sumó la de otra víctima que relató abusos sufridos en 1994, cuando De Souza era párroco de la iglesia de San Pablo y la de un tercer hombre, que relató otro abuso sexual de este sacerdote durante su etapa como tutor y profesor de religión en el Instituto ibicenco Blanca Dona en 1990.

Las denuncias contra De Souza y la campaña de Lleó llevaron el caso al Obispado de Ibiza y empujaron al Vaticano a abrir una investigación. El sacerdote fue apartado del ministerio y expulsado de la Iglesia tras una investigación interna. “No es que se le haya trasladado, es que ha dejado el ministerio”, explicó sobre el sacerdote el obispo de Ibiza, Vicent Ribas, cuando fue nombrado en el cargo a finales de 2021. De Souza era, cuando se hicieron públicas las denuncias, arcipreste de Ibiza con cinco parroquias y siete sacerdotes a su cargo. Se ordenó en 1981 y desde entonces pasó por la iglesia del Rosario, la parroquia de San Pablo y de la iglesia de Santa Cruz, además de desempeñar las labores de docente de religión en el Instituto Blanca Dona de Ibiza. Cuando estalló el escándalo y fue apartado de sus funciones, el sacerdote regresó a su Galicia natal.

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