En “Antonia 1 en 25.000. La historia sobre mi hija que nació con acondroplasia”, la autora chilena ofrece un testimonio íntimo y esclarecedor que acompaña a otras familias.
Katerina Abarca Muñoz debuta con un libro conmovedor y preciso que relata el camino de su familia desde el deseo de ser padres hasta el nacimiento de Antonia en 2015, cuando una ecografía de rutina —realizada a los ocho meses de embarazo— reveló indicios de acondroplasia. Con prosa clara y una sensibilidad exquisita, la autora transforma la experiencia en un relato de aprendizaje, amor y aceptación, capaz de orientar a lectores que buscan información confiable sin renunciar a la emoción de una historia de vida real.
El punto de partida de la narración se sitúa en 2014, tras superar la infertilidad. Katerina explica con rigor y cercanía cómo la noticia del diagnóstico se incorporó a la dinámica familiar y al seguimiento médico. La obra detalla, con lenguaje accesible, las implicancias clínicas de una condición que se presenta aproximadamente una vez por cada 25.000 nacimientos y que afecta sobre todo al crecimiento de los huesos largos. Lejos del dramatismo, el libro ofrece contexto, describe protocolos y muestra las decisiones que la familia tomó para garantizar el bienestar de su hija.
Desde el parto, el relato acompaña los primeros años de Antonia: consultas con especialistas, terapias de apoyo y una vigilancia permanente de su salud. En 2021, la esperanza tomó forma en un medicamento de alto costo que hoy solo utilizan pocos niños en Chile y en el mundo. La autora expone con transparencia el proceso de acceso, los criterios clínicos y los desafíos logísticos, sin ocultar contratiempos ni sobredimensionar resultados. El balance que presenta es honesto: avances significativos, aprendizajes constantes y una resiliencia familiar que inspira.
Más allá de la dimensión sanitaria, el libro construye un mapa afectivo. Katerina Abarca Muñoz aborda cómo hablar del tema con los hermanos, cómo enfrentar miradas ajenas y cómo crear, día a día, una cultura de respeto por la diferencia. Antonia —hoy con 10 años— se revela como una protagonista luminosa: alegre, inteligente, desenvuelta, luchadora y valiente. La autora le rinde homenaje sin perder la objetividad, y al mismo tiempo reivindica la fuerza de las redes familiares y comunitarias para sostener los momentos difíciles.
El volumen es también una guía de acompañamiento. Desde su experiencia, la autora comparte información útil y un vocabulario claro para familias que buscan referencias fiables. Su mirada resulta especialmente valiosa para quienes, inspirados por historias transformadoras, se interesan por procesos de publicar un libro o se preguntan cómo publicar un libro para visibilizar testimonios que puedan ayudar a otros. Sin convertirse en manual, el texto subraya la importancia de documentar, de trabajar codo a codo con los equipos de salud y de participar en comunidades donde la escucha atenta sea el primer paso.
Letrame Grupo Editorial: edición, confianza y alcance
La publicación llega de la mano de Letrame Grupo Editorial, una editorial que destaca por impulsar voces nuevas con procesos profesionales de edición, corrección y diseño. En este proyecto, su acompañamiento afinó la estructura, reforzó el enfoque pedagógico y preservó la cercanía del relato. Además, aportó proyección de mercado y canales de difusión adecuados para que el libro encuentre a su público natural: familias, profesionales de la salud, docentes y lectores interesados en historias de vida que combinan rigor y sensibilidad.
Con estilo sobrio y emotivo, Katerina Abarca Muñoz evita el sensacionalismo y apuesta por la claridad. Escribe para comprender y para tender puentes: entre la consulta médica y la sala de estar, entre las estadísticas y los rostros, entre el miedo y la esperanza. Esa combinación explica el impacto de la obra y sustenta las opiniones favorables que ya recibe en su entorno cercano, donde se valora su utilidad práctica y su capacidad de emocionar sin edulcorar la realidad.
Las primeras lecturas —protagonizadas por personas que acompañaron el proceso familiar— destacan la honestidad con la que se abordan episodios difíciles y la vocación del libro por derribar estigmas. Son opiniones que subrayan la claridad del lenguaje, la coherencia de la estructura y la potencia de un testimonio que, desde lo íntimo, ilumina debates públicos sobre discapacidad, maternidad y derechos.
Como primera publicación, “Antonia 1 en 25.000. La historia sobre mi hija que nació con acondroplasia” confirma la madurez de una narradora que confía en la fuerza de los gestos cotidianos. En el ecosistema digital, su enfoque transversal —familiar, social y sanitario— dialoga con búsquedas de calidad y con lectores que valoran relatos veraces. La autora expresa su deseo de que el libro llegue a hogares que necesitan información y compañía, y que contribuya a promover el respeto por la diversidad. Que estas opiniones sigan creciendo será, sin duda, la mejor prueba del alcance humano y literario de esta obra.