Alonso y Montoya, los chavales que enloquecen a Colombia a 300 km/h

“Yo me caigo nada más llegar a la primera curva”. “Que va, que va, es fácil, estos neumáticos agarran mucho”. “Que me caigo, David, que me caigo”. “Yo me caigo nada más llegar a la primera curva”. “Que va, que va, es fácil, estos neumáticos agarran mucho”. “Que me caigo, David, que me caigo”.  

“Yo me caigo nada más llegar a la primera curva”. “Que va, que va, es fácil, estos neumáticos agarran mucho”. “Que me caigo, David, que me caigo”.

¡Ojito! a los chavales que se han encontrado en el taller del equipo CFMOTO, de Jorge Martínez ‘Aspar’. Ojito a ellos, pues se trata, sin duda, de los dos tipos más veloces de Colombia, dos chavales que vuelan sobre dos y cuatro ruedas, dos prodigios del ‘motorsport’, dos chicos que ya están haciendo historia, pero que reconocen, con sencillez y dulces palabras, sin altivez, que “lo mejor está por llegar”.

Sebastián Montoya, de 20 años, hijo del mítico y popular Juan Pablo Montoya, piloto colombiano de F-1, ganador de siete grandes premios y tercero, con BMW Williams, en los Mundiales de 2002 y 2003 ganados por Michael Schumacher (Ferrari), visitó, en Mugello (Toscana, Italia), a David Alonso, de 19 años, flamante campeón del mundo de Moto3, el otro chico veloz que entusiasma a los colombianos.

[Consulta la clasificación de MotoGP]

‘Montoyita’, como le llaman algunos en el ‘circo’ de la F-2, la antesala de la F-1 (“mira, yo estoy también en Moto-2, el paso anterior a MotoGP”, susurra David), ha heredado la velocidad de papá y solo tiene “curiosidad” para que David, “que es un fenómeno”, le explique cómo hace para no caerse en las curvas e ir tan pegado al asfalto. “Yo me caigo nada más llegar a la primera curva”, insiste Montoya. “Que nooooooo, yo te enseñaría”, añade el campeonísimo de Moto3.

«Colombia siempre ha sido un país que ha amado el ‘motorsport’ y, ahora, tanto con David como conmigo están muy ilusionados con nuestras trayectorias y nosotros muy orgullosos de hacerles felices de vez en cuando»

Si les preguntas quién sería más rápido, Sebastián se lanza rápido. “Esa es la respuesta más facilita de todas las que me han hecho: en moto, él, por descontado; en ‘carro’, yo, por supuesto”. Pero ‘Davidillo’ entra al trapo. “Mira que te digo, me gustaría hacer la prueba, pero al revés, yo en tu ‘carro’ y tú, en mi moto”. “Que me caígo, David, que me caigo”.

Lo cierto es que uno y otro tiene loco a su país, aunque David haya nacido y se haya formado en España y Sebastián, en Estados Unidos. Bueno, no tienen problema alguno, los dos poseen la doble nacionalidad, uno es español y el otro, norteamericano, pero se sienten muy colombianos.

“Yo cada vez que voy a Colombia es una locura y, desde hace un año, existe una fiebre por David tremenda”, comenta Montoya. “Mire, Colombia siempre amo la velocidad, el ‘motorsport’, la gasolina, tanto los ‘carros’ como las motos y, ahora, se sienten muy orgullosa de lo que estamos haciendo los dos, aún sabiendo que nuestras carreras están empezando”.

David Alonso le explica a Sebastián Montoya cómo se controla su Moto2.
David Alonso le explica a Sebastián Montoya cómo se controla su Moto2. / EMILIO PÉREZ DE ROZAS

“Es hermoso, muy bonito, que los dos estemos construyendo nuestras carreras de una manera similar y, sobre todo, muy importante que tanto él, en coches, como yo, en moto, vayamos cumpliendo las etapas que deben cumplirse para poder llegar lo mejor preparados posible a la F-1 y a MotoGP”, explica Alonso, que asimila como una esponja todos los consejos de Jorge Martínez ‘Aspar’, Nico Terol y los mensajes que, de vez en cuando, intercambia por los pasillos del ‘paddock’ con su admirado Marc Márquez.

“Me cuesta pensar qué haría si me subiese a la moto de David”, cuenta Montoya, que este fin de semana compite en el Red Bull Ring, de Austria, donde se reanuda el Mundial de F-2, tras quedar segundo en Barcelona y figurar noveno en un campeonato que lidera el irlandés Alexander Dunne. “Cuando repaso lo que hizo David el pasado año hasta ser campeón de Moto3 (14 victorias en 20 grandes premios), pienso, en efecto, que estamos delante de un muchacho que hará historia. No hay duda y me encanta”.

«Es bonito, suena bien, que los dos estemos cumpliendo nuestros sueños, paso a paso. Sebastián, ahora, está en F-2, la antesala de la F-1, y yo, en Moto-2, el paso previo a MotoGP, pero aún nos queda mucho y lo sabemos»

David considera que papá Montoya, al igual que sucede, cómo no, con sus padres, están “muy orgullosos de lo que está haciendo Sebastián, que está inmerso en uno de los mundos más competitivos que existe, los monoplazas”. David, que antes de este encuentro había intercambiado un montón de washaps y videos con ‘Montoyita’, pero no había tenido la posibilidad de conocerlo en persona, piensa que “los dos estamos en un momento muy importante de nuestras carreras, estamos en el escalón inferior a nuestro sueño y, por descontado, es el escalón más difícil de superar”.

[Consulta el calendario de la temporada]

Sebastián, que no se baja de la moto de David ni a tiros, sigue preguntándole cómo se coloca David sobre el depósito en las rectas, cómo frena, cómo se pliega al llegar a las curvas, que hace con ese botón y con aquel otro (“y eso que nosotros apenas tenemos mandos en nuestra moto comparados con la locura de la MotoGP”, bromea Alonso) y, sobre todo, le pide que le explique “el secreto de la última vuelta”, donde siempre se decide el podio de Moto3.

David Alonso y Sebastián Montoya, compartiendo sus experiencia en Moto2 y F-2.
David Alonso y Sebastián Montoya, compartiendo sus experiencia en Moto2 y F-2. / EMILIO PÉREZ DE ROZAS

Davis y Sebastián están patrocinadores por los Chupa Chups colombianos, que se llaman Bon Bon Bum, y siempre, siempre, llevan a Colombia en su corazón. “Es muy lindo, mucho”, comenta Montoya, “que, de pronto, te des cuenta que has despertado un montón de simpatía y cariño en tu país y más gracioso es que David y yo coincidamos en esa fiesta”.

[Siguiente carrera del Mundial de motociclismo]

“Los dos sabemos que nos queda mucho, pero los dos nos sentimos muy orgullosos de llevar, de vez en cuando, un montón de alegría a los colombianos que aman el ‘motorsport’ o el deporte en general”, señala David, que, nada más proclamarse campeón del mundo de Moto3 de forman tan espectacular, visitó Colombia durante una larga semana, en la que recibió el cariño y el homenaje de decenas de miles de aficionados en un interminable paseo por un montón de puntos del país que le ha convertido ya en uno de sus ídolos. El otro, vaya que sí, es ‘Montoyita’.

 Diario de Mallorca – Deportes

Más Noticias