Carlos Alcaraz ya está en la gran final del US Open. Tres años después de su primera gran gloria en el mundo del tenis, el murciano regresa al partido más deseado en Nueva York después de superar a Novak Djokovic (6-4, 7-6 (4) y 6-2) en un duelo de semifinales en el que demostró una madurez que nada tiene que ver con la de principios de año. Carlos Alcaraz ya está en la gran final del US Open. Tres años después de su primera gran gloria en el mundo del tenis, el murciano regresa al partido más deseado en Nueva York después de superar a Novak Djokovic (6-4, 7-6 (4) y 6-2) en un duelo de semifinales en el que demostró una madurez que nada tiene que ver con la de principios de año.
Carlos Alcaraz ya está en la gran final del US Open. Tres años después de su primera gran gloria en el mundo del tenis, el murciano regresa al partido más deseado en Nueva York después de superar a Novak Djokovic (6-4, 7-6 (4) y 6-2) en un duelo de semifinales en el que demostró una madurez que nada tiene que ver con la de principios de año.
Sabedor de lo que sucedió en Australia el pasado mes de enero, el murciano completó el partido que requería la presencia de Djokovic en el otro lado de la pista. Supo escapar de la ‘trampa’ que le hizo perder también el oro olímpico y evidenció que para Djokovic este Alcaraz es ya una prueba insostenible a sus 38 años.
Sin perder un solo set en el torneo, algo que no sucedía en el US Open desde que lo hiciera Federer en el 2015, el tenista de El Palmar jugará este próximo domingo su séptima final de Grand Slam en busca de su sexta corona. Solo Borg y Nadal han sido capaces a lo largo de la historia de alcanzar más finales que el murciano antes de los 23 años.
Una final como la opción más perfecta para redimirse de lo sucedido dos meses atrás en Wimbledon, donde dejó escapar su primera final de Grand Slam, y también para redondear un 2025 en el que ya suma 60 victorias.
Decidido a marcar el ritmo salió Alcaraz al partido, dando la primera estocada a Djokovic en el primer juego. Rotura inicial y ventaja en el marcador que ya no dejaría ir en todo el set. El ritmo en los intercambios desde el fondo de pista los dominaba el español a la perfección, que además se ayudaba con sus primeros servicios.
Por contra, el serbio se desesperaba al no encontrar la manera de meter mano al partido. Ni los intentos de romper el ritmo le surgían efecto para acercarse desde el resto para conseguir una igualdad que no iba a llegar en ningún momento.

Tuvo el temple necesario Alcaraz para cerrar el set y poner muy a favor su pase a la final.
Pero por mucho que pesen los años, Djokovic sigue siendo Djokovic y pese a lo vivido en el primer set, encontró la reacción que buscaba en el inicio del segundo. Se hizo con el servicio de Alcaraz que lo dejaba escapar por segunda vez en todo el torneo y ponía el set muy a su favor con un 3-0.
Era el momento en el que peor se le vio pasar a Alcaraz en todo su camino, viéndose superado por ‘Nole‘. Sobrevolaba el fantasma de lo sucedido en las veces anteriores (Juegos Olímpicos y Australia), pero esta vez Carlitos no lo iba a dejar completar.
De inmediato y sabiendo aprovechar algunos fallos de Djokovic, igualó el marcador que ya no se volvería a decantar por ninguno de los dos hasta el ‘tie break’. Allí, Alcaraz volvió a demostrar capacidad de saber jugar en cada momento y de responder cuando el serbio trató de echar el resto.
Subió el ritmo de la bola y en ello encontró el final de Djokovic. El desempate cayó del lado de un Alcaraz que abrió la puerta de la final de par en par.
Con el segundo set perdido, Djokovic sacó la bandera blanca faltó de energía. El ritmo de Alcaraz le pasó por encima en un tercer set sin historia. Rotura tempranera y solvencia desde el servicio sabiendo mover la pelota para acabar de agotar a un ‘Nole‘ que volvió a requerir del fisio para tratarse las cervicales.
Con una nueva rotura cerró el partido el tenista español, que tras abrazar a Djokovic volvió a sacar a pasear su tradicional swing para poner rumbo a una nueva final.
Tercera consecutiva de Grand Slam a la espera de saber si será nuevamente ante Jannik Sinner con el número uno mundial en juego también, o si, por el contrario, lo será ante Auger-Aliassime ya sabedor de que el trono mundial vuelve a ser suyo.
Pese a «no jugar mi mejor nivel en el torneo» como aseguró tras la victoria, a Carlitos le sobran argumentos para volver a reinar en Nueva York.
Diario de Mallorca – Deportes