José Antonio Rueda, campeón del mundo por ‘culpa’ de la abuela Joaquina

Cuando Àlex Crivillé, el primer español que ganó el título mundial de 500cc/MotoGP, se iba a las carreras, su último beso, su último abrazo, era para Isabel, su madre. “Venga, mamá, me voy a correr, nos vemos el lunes”. “Àlex, por favor, no corras”, le decía la señora de la casa. “Mamá, si no puedo correr, mejor que no vaya ¿no te parece?”, mascullaba Àlex mientras enfilaba la salida de la casa materna. Cuando Àlex Crivillé, el primer español que ganó el título mundial de 500cc/MotoGP, se iba a las carreras, su último beso, su último abrazo, era para Isabel, su madre. “Venga, mamá, me voy a correr, nos vemos el lunes”. “Àlex, por favor, no corras”, le decía la señora de la casa. “Mamá, si no puedo correr, mejor que no vaya ¿no te parece?”, mascullaba Àlex mientras enfilaba la salida de la casa materna.  

Cuando Àlex Crivillé, el primer español que ganó el título mundial de 500cc/MotoGP, se iba a las carreras, su último beso, su último abrazo, era para Isabel, su madre. “Venga, mamá, me voy a correr, nos vemos el lunes”. “Àlex, por favor, no corras”, le decía la señora de la casa. “Mamá, si no puedo correr, mejor que no vaya ¿no te parece?”, mascullaba Àlex mientras enfilaba la salida de la casa materna.

CuandoMárc Márquez le enseñó la Honda RC213V al abuelo Ramón, su primer fan, el ser por el que Marc sentía una pasión desmedida, pues le había criado a él y a Àlex mientras Roser y Julià trabajaban todo el día, el abuelo le dijo sin ni siquiera querer acariciar o tocar la moto. “¡Menuda burra, Marc! ¿No será mucho para ti?” ¿Mucho?, ¡seis títulos mundiales de MotoGP ganó con ella!

Cuando José Antonio Rueda Ruiz, que el próximo 29 de octubre cumplirá 20 años, tenía tres años, sí, solo tres años, sé que les suena la historia (o parecida), fue a visitar a la abuela Joaquina, a la pedanía jerezana de La Barca, y se encontró con la sorpresa de que la abuelita le había comprado una moto de pilas, bueno, de baterías.

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Todos los mundos están repletos de chiflados, pero el de las motos bate todos los récords. Cuando ‘R’, como le llaman muchos al nuevo campeón de Moto3, por las primera letra de sus dos apellidos (Rueda y Ruiz) y porque es rapidísimo, cumplió los 6 años, Joaquina le regaló una minimoto de verdad, es decir, de gasolina. Y, claro, a Almudena y Gustavo, los padres de la criatura, no les quedó más remedio que inscribirlo en el karting KR24, de Cádiz.

Y, normal ¿no?, ahí empezó todo. Empezó todo porque empezaron a aparecer, en la vida meteórica de Rueda, un montón de chiflados que le ayudaron, como Alberto Puig, Team Manager del equipo Honda, que le dio trabajo como chofer de uno de sus camiones a Gustavo; como Iván Ventura, propietario de la Escuela Monlau, que acogió y protegió al chaval de la mano del grandote Jaime Serrano, otro loco de las carreras y, cómo no, el finlandés Aki Ajo, dueño del equipo Ajo Motorsport, tal vez el creador y criador de más campeones del mundo, que ha llevado en volandas al niño de Chapatales hasta la cima del mundo.

Lo que empezó con una travesura y sorpresa de la abuelita Joaquina, con una moto de baterías, se ha convertido, miren ustedes, en el primer campeón del mundo de motociclismo que tiene Andalucia, pese a que el circuito de Jerez acaba de cumplir 40 años. “Nadie puede estar más orgulloso que yo de lo conquistado, pero el título vale mucho más porque significa un premio para toda Andalucia”, señala Rueda. “Yo soy de Chapatales, una pedanía donde solo hay campo y más campo, cabras y tractores, dudo que muchos sevillanos sepan donde está Chapatales”.

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Lo cierto es que Rueda es un portento y seguirá siéndolo. Tras conquistar el título de Moto3, cuatro grandes premios antes del final, en plan paliza, vamos como Marc Márquez, ‘R’ dará el salto, con Ajo, claro, a Moto2. Para Rueda triunfar no es nuevo, que sepan que es el primer piloto capaz de ganar, en un mismo año (2022), los dos campeonatos de las categorías promocionales del Mundial, el Júnior GP y la Red Bull Raookie Cup, ¡casi nadie el niño!

piloto español de Moto3 Red Bull KTM Ajo, José Antonio Rueda, celebra su victoria como campeón del mundo
José Antonio Rueda celebra, en Mandalika (Indonesia), la conquista del título mundial de Moto3. / EFE

Rueda tiene cuatro hermanos más y es una de las personas más silenciosas del mundo. Tímido, reservado, familiar. “Es un auténtico osito de peluche, un chaval maravilloso, que se lo merece todo. Bueno, todos estos chavales se merecen la mejor de las suertes, pero José Antonio es una delicia y trabaja más que nadie, eso sí”, comenta Serrano. “Uno tiene la idea, cierta en la mayoría de los campeones, que para imponerte en este duro deporte hay que ser un auténtico ‘killer’, pues bien, a José Antonio lo adoran todos sus colegas de parrilla por lo buena persona que es y, sí, el domingo, los primeros que le organizaron una gran fiesta fueron sus rivales de Moto3”.

‘R’ lleva el dorsal 99 porque, dentro de que admira a Marc (Márquez) y Dani (Pedrosa), de pequeño se volvía loco viendo las carreras de Jorge Lorenzo. “Sobre todo me provocaba admiración su velocidad en mitad de la curva, su paso por curva era eléctrico”, recuerda el nuevo campeón, que, en sus ratos libres, juega a padel con sus amigos del pueblo y comparte diversiones con sus otros cuatro hermanos.

«Se supone, siempre se ha dicho, que para ser un campeón tienes que ser un ‘killer’, pues bien, José Antonio es un auténtico osito de peluche, una persona todo bondad y, sin embargo, todos sus compañeros de parrilla lo adoran y fueron los primeros de celebrar su título».

“Para lo joven que es, Jose Antonio es muy profesional, muy metódico, tremendamente trabajar y, sobre todo, un muchacho que hace equipo y eso, en un deporte de equipo, aunque la gente piense que este es un deporte individual, es medio triunfo”, comenta el finlandés Ajo. “Da gusto trabajar con él, sobre todo porque es una esponja y asimila todo, todo, lo que le cuentas y le pides que haga en la pista. Sé que suena a topicazo, pero si alguien merecía este título era José Antonio, nueve victorias y 13 podios no son fáciles de conseguir”, señala Jordi Gallardo, técnico del chavalito andaluz.

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«Si hemos podido llegar hasta aquí, si José Antonio ha podido cumplir su sueño, ha sido porque muchísima gente nos ha echado una mano, nos ha prestado dinero, nos ha fiado, ha confiado en nosotros y nosotros nos hemos atrevido a seguir ‘palante’, pese a costar todo, todo, mucho dinero», ha reconocido Gustavo a ‘El Español’. «Los profesores no se creían que el niño tenía que ausentarse toda la semana del ‘cole’ porque ignoraban que un GP es toda la semana, no solo el domingo de carreras, pero a él le encantaba llebar la bandera de Andalucía a todas partes y, ahora, nos sentimos todos muy orgullosos de su conquista, mucho».

Ya ven, fue la abuela quien tuvo la culpa, la misma que, ahora, va fardando por La Barca y hasta en Los Chapatales cuando se acerca a ver a su familia, de que tiene un nieto campeón del mundo. Joaquina es la única abuela de todo Andalucia que puede fardar de eso. La única.

 Diario de Mallorca – Deportes

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