En la última edición de Roland Garros, tras perder la final frente Coco Gauff en un partido plagado de errores (70 no forzados por su parte), Aryna Sabalenka lloraba desconsolada al hablar en la ceremonia de premios. No podía contener las lágrimas tampoco tras la final de Wimbledon Amanda Anisimova, aunque la estadounidense daba una clase maestra de elegancia en su discurso tras encajar un doble rosco histórico de Iga Swiatek. En la última edición de Roland Garros, tras perder la final frente Coco Gauff en un partido plagado de errores (70 no forzados por su parte), Aryna Sabalenka lloraba desconsolada al hablar en la ceremonia de premios. No podía contener las lágrimas tampoco tras la final de Wimbledon Amanda Anisimova, aunque la estadounidense daba una clase maestra de elegancia en su discurso tras encajar un doble rosco histórico de Iga Swiatek.
En la última edición de Roland Garros, tras perder la final frente Coco Gauff en un partido plagado de errores (70 no forzados por su parte), Aryna Sabalenka lloraba desconsolada al hablar en la ceremonia de premios. No podía contener las lágrimas tampoco tras la final de Wimbledon Amanda Anisimova, aunque la estadounidense daba una clase maestra de elegancia en su discurso tras encajar un doble rosco histórico de Iga Swiatek.
Esas dos derrotas dolieron, mucho, pero también ayudaron a las dos jugadoras de esa forma en que quizá solo lo hace perder, sembrando semillas de lecciones. Y esas han florecido en sus recorridos respectivos en el Abierto de Estados Unidos, donde ambas se han asegurado la presencia este sábado en una final que puede anticiparse como un duelo de potencia., un enfrentamiento de fuerza y estrategia y donde será determinante quién se imponga controlando la presión del gran momento.
Para Sabalenka la cita en Arthur Ashe es oportunidad de cerrar el año con un grande, una de las metas que ansia alcanzar la que ha sidonúmero uno del mundo las últimas 46 semanas. La victoria le permitiría además renovar el título que conquistó el año pasado frente a otra estadounidense, Jessica Pegula, a la que este jueves se impuso en una semifinal de indiscutible calidad (4-6, 6-3 y 6-4).
En un torneo donde 10 de los últimos 11 titulos los han alzado campeonas diferentes (y seis de ellas debutantes en lo de los grandes), Sabalenka aspira, a sus 27 años, a repetir. La última fue Serena Williams, que ganó tres títulos seguidos entre 2012 y 2014.
Sería un premio a la consistencia de la bielorrusa, que desde el torneo neoyorquino de 2022 ha alcanzado en 12 grandes al menos los cuartos de final y que en Nueva York ha disputado ya cinco semifinales consecutivas, algo que también hizo por última vez Williams. La de este sábado es su tercera final seguida en la Arthur Ashe.
El reto para ella será Anisimova, la octava cabeza de serie y finalista por primera vez en Nueva York y por segunda solo en un grande pero que en Londres se ganó su puesto en la lucha por el título precisamente superando a la número 1.
No era la primera vez que las dos se medían. De hecho, en el contador de las nueve veces previas en que se han encontrado, la de Nueva Jersey lleva seis victorias y Sabalenka tres. Y en la raqueta y en la cabeza de Anisimova hay tenis y confianza más que suficientes para ganar.
Lo ha demostrado en este Abierto, donde su despliegue ha sido fenomenal. Ya en los cuartos neoyorquinos se tomó la venganza de Wimbledon y se deshizo de Swiatek. Pero la guinda, hasta ahora, ha sido la semifinal de este viernes frente a Naomi Osaka, un thriller de casi tres horas que han hecho memorable pero donde ha sido Anisimova la más fenomenal.
Perdió el primer set en el tie break. No tuvo todas consigo en el segundo, donde Osaka llegó a servir con 6-5. Pero la de Freehold, 24 años, se mantuvo firme, aprovechó la oportunidad, nunca perdió su agresividad y logró descolocar a Osaka. Con 50 golpes ganadores frente a los 32 de la npona, selló una remontada 6-7(4), 7-6 (3) y 6-3 que le lleva al sueño de su primera final en Nueva York.
El precio lo paga Osaka, antiguo número 1 y dueña de cuatro grandes, incluyendo dos conquistados en Nueva York, que ha demostrado haber vuelto a la plena forma en este Abierto pero ha quedado a las puertas de culminar ese retorno.
Diario de Mallorca – Deportes