El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado este lunes la designación del economista E. J. Antoni como nuevo comisionado de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, en sus siglas inglesas), diez días después de despedir a su anterior responsable por los malos datos de empleo de julio. El mandatario destituyó de manera fulminante a Erika McEntarfer, acusándola sin pruebas de manipular las cifras para perjudicarle políticamente.
El designado es el economista jefe de la Heritage Foundation, el disco duro del trumpismo
El designado es el economista jefe de la Heritage Foundation, el disco duro del trumpismo


El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado este lunes la designación del economista E. J. Antoni como nuevo comisionado de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, en sus siglas inglesas), diez días después de despedir a su anterior responsable por los malos datos de empleo de julio. El mandatario destituyó de manera fulminante a Erika McEntarfer, acusándola sin pruebas de manipular las cifras para perjudicarle políticamente.
Antoni es actualmente economista jefe del influyente centro de estudios conservador Heritage Foundation, el disco duro del programa electoral de 2024 que llevó al republicano por segunda vez a la Casa Blanca gracias al llamado Proyecto 2025. “Nuestra economía está en auge y E. J. [Antoni] se asegurará de que las cifras publicadas sean HONESTAS y PRECISAS», ha dicho Trump en su red Truth Social.
Antoni, que debe ser confirmado por el Senado, se hace cargo de una agencia que contaba con una plantilla de 2300 empleados en septiembre de 2024 y cuyas cifras mensuales sobre el estado del mercado laboral y la inflación en Estados Unidos son consumidas por una audiencia global de economistas, inversores, empresarios, responsables políticos y consumidores. Sus informes tienen habitualmente un efecto visible y en tiempo real en los mercados bursátiles, de bonos y de divisas en todo el mundo. Así sucederá este martes cuando a las 8.30 (hora local de la costa este) se publique el dato de inflación de julio, que los economistas auguran ligeramente al alza.
Aunque el presidente se ufana de lo contrario, que la economía va extraordinariamente bien, Trump ha añadido preocupación a señales inquietantes (leve repunte de la inflación en junio y ralentización del consumo, entre otras) al despedir a McEntarfer el pasado 1 de agosto, pocas horas después de que la agencia que dirigía informara de un crecimiento del empleo menor de lo esperado, con 73.000 contrataciones en vez de las 110.000 que pronosticaban los expertos, y un levísimo incremento del paro, hasta el 4,2%. La oficina también publicó una revisión históricamente amplia de sus cifras de empleo para mayo y junio, reduciendo el número estimado de puestos de trabajo creados en los dos meses en casi 260.000. Es práctica habitual de la agencia revisar a posteriori los datos.
Trump justificó el despido de McEntarfer, nombrada para el cargo por el presidente Joe Biden, por supuestamente haber manipulado los datos sobre creación de empleo con fines políticos, sin ninguna prueba de la acusación. Prometió entonces que la sustituiría “por alguien mucho más competente y cualificado”.
Antoni, que tiene un doctorado en Economía, fue anteriormente economista de la Texas Public Policy Foundation y ha impartido cursos sobre economía laboral, dinero y banca, según su perfil en la Heritage Foundation. Al igual que el recientemente nombrado Stephen Miran para ocupar temporalmente una vacante en la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal, que es conocido por sus discrepancias en la orientación de la entidad que ahora le acoge, Antoni ha sido un crítico expreso de la BLS y su enfoque de la recopilación de datos en el pasado.
La BLS es una agencia no partidista cuyos datos respaldan decisiones clave en los sectores público y privado. Sus informes influyen en todo, desde los pagos de la Seguridad Social hasta los planes de contratación y despido de las empresas, y determinan la forma en que los responsables políticos y las empresas evalúan la salud de la economía estadounidense.
La inquietud sobre la precisión de los datos de la oficina había surgido incluso antes del despido de McEntarfer, y algunos economistas advirtieron de que los recortes presupuestarios y los despidos masivos de funcionarios de carrera emprendidos por la Administración republicana y apuntalados en fallos del Supremo podrían socavar su fiabilidad.
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