Se acabaron las pruebas en el Real Mallorca. La próxima vez que suene el silbato del árbitro será este sábado frente al Barcelona (19:30 horas) y ya habrá puntos de la Liga en juego. Tras una pretemporada extraña, con los ecos de una segunda vuelta terrible todavía resonando y con una esperada remodelación de la plantilla que no termina de acelerarse, vencer al histórico Hamburgo (2-0) –aunque venido a menos– con una imagen más que decente sirve para calmar las aguas. Pero, a su vez, dejó claro que, al margen del once titular, el banquillo no cuenta con el mismo nivel y se hacen necesarios varios refuerzos que eleven la exigencia. Se acabaron las pruebas en el Real Mallorca. La próxima vez que suene el silbato del árbitro será este sábado frente al Barcelona (19:30 horas) y ya habrá puntos de la Liga en juego. Tras una pretemporada extraña, con los ecos de una segunda vuelta terrible todavía resonando y con una esperada remodelación de la plantilla que no termina de acelerarse, vencer al histórico Hamburgo (2-0) –aunque venido a menos– con una imagen más que decente sirve para calmar las aguas. Pero, a su vez, dejó claro que, al margen del once titular, el banquillo no cuenta con el mismo nivel y se hacen necesarios varios refuerzos que eleven la exigencia.
Se acabaron las pruebas en el Real Mallorca. La próxima vez que suene el silbato del árbitro será este sábado frente al Barcelona (19:30 horas) y ya habrá puntos de la Liga en juego. Tras una pretemporada extraña, con los ecos de una segunda vuelta terrible todavía resonando y con una esperada remodelación de la plantilla que no termina de acelerarse, vencer al histórico Hamburgo (2-0) –aunque venido a menos– con una imagen más que decente sirve para calmar las aguas. Pero, a su vez, dejó claro que, al margen del once titular, el banquillo no cuenta con el mismo nivel y se hacen necesarios varios refuerzos que eleven la exigencia.
Los de Jagoba Arrasate saltaron al verde de Son Moixcon la obligación de ganar e ilusionar a una grada apática tras el final de curso anterior. El de Berriatua reclamó «unidad» como receta, pero eso lo darán las victorias y el buen fútbol. Y lo cierto es que, por momentos, el Mallorca recuperó algunas de las características que le hicieron brillar en la primera vuelta del curso 2024/25.
Con Leo Román en la portería y Greif esperando una llamada para coger un vuelo a Lyon, la defensa siguió el mismo camino que la campaña anterior, con el principal cambio de Morey por Maffeo. El de Petra, con mucho mejor tacto de pelota que el catalán –aunque menos férreo en defensa–, propició el primer gol con una buena subida por banda y un gran centro al primer toque.
En el centro del campo, con Pablo Torre, Darder y Morlanes en el campo, el equipo protagonizó jugadas de calidad. Los tres son jugadores con muy buen pie y aceleraron acciones, una constante que se debe ver a menudo para animar el juego del equipo.
Asano, autor del primer tanto, fue ese jugador eléctrico y con capacidad de caer a la espalda de la defensa. Pero se espera que su fragilidad muscular, que tantos partidos le dejó fuera la temporada pasada, sea cosa del pasado. Con su participación, el equipo mejora y también Muriqi, ya que el nipón es de los pocos jugadores que entienden cómo jugar al espacio con el kosovar.
El Mallorca, en especial en la primera mitad, mostró las que fueron sus armas más reconocibles: seguridad atrás, buen toque de balón en el centro y aprovechamiento de las bandas. Pero con el paso de los minutos y el comienzo del carrusel de cambios, el equipo lo notó, algo que también ha sido una constante durante el resto de partidos de la pretemporada.
Existe una gran diferencia entre muchos de los teóricos titulares y sus suplentes, y corregir esa brecha –algo que no se ha logrado en los últimos tiempos– sigue siendo la misión del director de fútbol, Pablo Ortells, y su equipo: un sustituto de garantías para Mojica y Maffeo, si finalmente se marcha; un central que le ponga las cosas difíciles al binomio Raíllo-Valjent; uno o dos extremos que den soluciones a Arrasate y otro delantero si consiguen desbloquear la salida de Larin.
Mucho trabajo que hacer, con tres semanas de mercado todavía por delante. La Liga ya estará en marcha y los resultados, positivos o negativos, no deben alterar la hoja de ruta de la dirección deportiva.
Diario de Mallorca – Deportes