España se adentra en la segunda semana de ola de calor: “Esto parece el fin del mundo”

España se adentra este lunes en la segunda semana de ola de calor con la resistencia bajo mínimos después de ocho jornadas de temperaturas muy altas, y la esperanza de que, de acuerdo con las previsiones, los termómetros empiecen a bajar a partir del martes. Lo más probable, señala la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), es que el episodio de calor extremo dure hasta el miércoles, un día menos de lo que calculaba, si bien no descarta que finalmente se prolongue hasta el jueves, dado que la incertidumbre respecto a ese día “es elevada”. “En cualquier caso”, añadió la agencia, “en días posteriores podrían volver las temperaturas anormalmente cálidas al cuadrante nordeste peninsular”. Gran Canaria mantendrá este lunes el aviso rojo por calor extremo.

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 La Aemet prevé que las temperaturas empiecen a bajar el martes por el norte y que el episodio concluya el miércoles  

España se adentra este lunes en la segunda semana de ola de calor con la resistencia bajo mínimos después de ocho jornadas de temperaturas muy altas, y la esperanza de que, de acuerdo con las previsiones, los termómetros empiecen a bajar a partir del martes. Lo más probable, señala la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), es que el episodio de calor extremo dure hasta el miércoles, un día menos de lo que calculaba, si bien no descarta que finalmente se prolongue hasta el jueves, dado que la incertidumbre respecto a ese día “es elevada”. “En cualquier caso”, añadió la agencia, “en días posteriores podrían volver las temperaturas anormalmente cálidas al cuadrante nordeste peninsular”. Gran Canaria mantendrá este lunes el aviso rojo por calor extremo.

Un guitarrista, este domingo, en el Puente Romano de Córdoba.

El archipiélago canario, que ha tardado más que el resto de la península en sentir el azote de la ola de calor, ya fue el más castigado este domingo debido a la entrada de aire caliente del Sáhara. La Aemet activó el nivel rojo en cuatro de las islas: Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote, y Fuerteventura.

Tunte es la capital de San Bartolomé de Tirajana, el principal municipio turístico de Gran Canaria, situado al sur de la isla. Pero Maspalomas o Playa del Inglés, las joyas de la corona del término, situadas junto al mar, quedan lejos de él. Los 580 habitantes del pueblo viven entre barrancos y escarpadas carreteras. Y con calor, mucho calor. Sobre todo este domingo. “Esto es una tostadora, mi hijo”, relataba Laura Herrera, vecina de la pequeña localidad. La mujer contaba que a medianoche sus termómetros reflejaban 36 grados y en el pueblo entero resonaban los motores de los aires acondicionados. “Encima tenemos una calima que es impresionante: esto parece el fin del mundo”, decía Herrera.

“Esto no es habitual”, destaca la meteoróloga Vicky Palma, responsable de la Unidad Análisis de Riesgos y Planificación del 112 Canarias. “El clima en las islas no se parece en nada al continental. En verano, normalmente, nos salvan los vientos alisios, que aportan humedad y refrescan el ambiente”. Por eso, la temperatura media en esta época del año ronda los 29 grados. “Y eso, en zonas de cumbres y medianías”, matiza, no tanto en islas sin apenas altitud como Lanzarote o Fuerteventura. El archipiélago no registró hasta 2022 el primer aviso rojo por temperaturas máximas (el sistema se implantó en 2007). En 2023 se registró otro; y este año ha sido la primera ocasión en que se ha extendido a cuatro islas de forma simultánea. “Aquí, pasar de 40 grados ya resulta muy raro, y que se dé en cuatro islas a la vez…”.

La Playa Chica (Puerto del Rosario, en Fuerteventura), este viernes.

Palma ve especialmente alarmante el aumento de las temperaturas mínimas, algo que no resulta aventurado imputar al cambio climático. “Estamos sufriendo un aumento destacable de noches de temperaturas tropicales [más de 21 grados], y otro aumento de las mínimas en cumbres, lo cual, a su vez, ha reducido los días con nieve”. Los canarios que disponen de aire acondicionado están capeando las temperaturas extremas con él, afirma Anabel Calderín, empresaria ganadera y agrícola en el municipio de Agüimes (Gran Canaria), y los que no “a base de ventilador, toallas mojadas y ventanas abiertas, y, sobre todo, paciencia”.

Contando con las dos que se han producido en lo que va de verano, desde el año 1975 la península y baleares han sufrido 77 olas de calor, y canarias, 59, según los datos de Aemet. Unos episodios que resultan cada vez más frecuentes, duraderos e intensos, como consecuencia del cambio climático.

Además de en Canarias, con 41,9 grados en registrados en Tías y 41,5º en Antigua (ambas en Las Palmas), las máximas registradas por la Aemet este domingo se registraron sobre todo en las provincias de Badajoz y Cáceres. Mérida y Badajoz capital alcanzaron 42,8 grados; Olivenza, 42º; Serradilla, 41,9º, y Coria 41,7º.

El principal cambio este lunes es que se espera un aumento de las temperaturas máximas en la cuenca del Ebro, los tercios sur y este de la Península, y el Cantábrico oriental, mientras que empezarán a bajar por el tercio noroccidental, especialmente en Galicia. Los avisos amarillos y naranjas de Aemet, que indican respectivamente riesgo bajo y peligro importante, seguirán cubriendo casi toda la península. En las zonas de interior continuarán alcanzándose de forma generalizada entre 37º y 39º, extendiéndose también al entorno de los ríos Júcar y Segura, donde podrían superarse en algunos puntos los 40 grados. En el bajo Guadalquivir es posible que las máximas superen los 42º. El nivel rojo, que indica riesgo extraordinario, solo se mantendrá en la isla de Gran Canaria, con la excepción de su zona norte.

Las cosas empezarán a mejorar, según la previsión, el martes, aunque los descensos quedarán restringidos esa jornada al norte de la península y al tercio nororiental. Las temperaturas serán parecidas a las de este lunes, si bien las máximas superiores a los 42º podrían extenderse a puntos de los valles del Guadiana y del Tajo. La Aemet advierte de que el martes por la tarde pueden formarse tormentas con chaparrones localmente muy intensos.

El miércoles se espera que los descensos se extiendan por la península de forma entre ligera y moderada, e incluso notable en algunos puntos de la mitad norte de la península. La agencia cree, sin embargo, que debido a las altas temperaturas alcanzadas en los días anteriores, lo más probable es que se sigan cumpliendo los criterios que determinan el mantenimiento de la ola de calor. Según la definición de la Aemet, esta se declara cuando durante al menos tres días seguidos un 10%, como mínimo, de las estaciones meteorológicas de referencia en España registran máximas por encima del percentil 95 de su serie histórica de máximas diarias, en los meses de julio y agosto, entre los años 1971 y 2000.

Aunque existe una importante incertidumbre, la agencia cree que lo más probable es que el jueves “se den descensos térmicos adicionales en las zonas más afectadas en este episodio, lo que sería suficiente para darlo por finalizado”.

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