Niño Becerra, economista, y su terrible advertencia sobre el futuro próximo: «Nadie está preparado para lo que se viene»

La irrupción de los vehículos autónomos sin conductor ha pasado de ser una visión futurista a una realidad palpable, aunque su desembarco en las carreteras españolas aún se encuentre en una fase experimental y no legalizado plenamente. Esta evolución ha generado un debate considerable, con posturas encontradas entre quienes ven un avance prometedor y aquellos que expresan cautela. Las pruebas de estos vehículos, aunque escasas, ya se han iniciado en el país para evaluar su funcionamiento y resultados.

En esta carrera por la modernización del transporte, la capital de España está tomando la iniciativa. El Ejecutivo regional madrileño presentó a principios de este año un proyecto de ley con el propósito de facilitar este paso adelante, aspirando a convertir a Madrid en el primer laboratorio de pruebas a escala europea para la movilidad autónoma. La nueva Ley de Movilidad madrileña busca promover el transporte público y la movilidad compartida, con el objetivo de aliviar la congestión vial y fomentar un uso más racional del vehículo particular.

Paralelamente, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha trazado una senda similar. El pasado mes de junio, la DGT hizo público un programa marco destinado a la realización de Pruebas de Vehículos Automatizados. Esta iniciativa tiene como fin posicionar a España como un país pionero en la integración segura de sistemas de conducción automatizada, impulsando la innovación tecnológica y mejorando la eficiencia general de la movilidad.

El debate sobre el impacto laboral

Uno de los aspectos que genera más controversia en torno a este avance tecnológico es su posible impacto en el ámbito del empleo. La imagen de camiones y furgonetas operando sin conductor, donde una pequeña cabina alberga únicamente el servidor que controla el vehículo, ha suscitado preocupaciones notables entre ciertos sectores profesionales, ante la posible desaparición de puestos de trabajo.

 

Entre las voces que alertan sobre los cambios que se avecinan, se encuentra la del economista Santiago Niño Becerra. En una publicación en la red social X (anteriormente Twitter), replicando un vídeo que mostraba vehículos autónomos en China, Niño Becerra sentenció que «no hay nadie preparado para lo que viene». Su comentario subraya la magnitud de la transformación que se vislumbra en el sector del transporte.

El vídeo al que hacía referencia Niño Becerra destacaba los logros de China en este campo. En las imágenes se observaban camiones sin conductor operando de forma autónoma por calles, puertos y autopistas. Estos vehículos, desprovistos de cabina y volante, funcionan enteramente con inteligencia artificial, y su capacidad les permite desde transportar pequeños paquetes hasta mover contenedores de dimensiones considerables, impulsando una transformación en el transporte de mercancías.

El usuario que compartió este vídeo en su publicación en X añadió un dato relevante: se estima que en España hay aproximadamente 250.000 conductores profesionales de camiones de mercancías. Este número considerable de trabajadores, a juicio tanto del usuario como de Niño Becerra, podría ver amenazado su puesto de trabajo en un futuro no muy lejano a raíz de la expansión de esta tecnología.

 El futuro del transporte autónomo se consolida como una realidad ineludible, con Madrid y la DGT perfilando su aterrizaje en España, mientras surgen interrogantes sobre su huella en el mercado laboral  

La irrupción de los vehículos autónomos sin conductor ha pasado de ser una visión futurista a una realidad palpable, aunque su desembarco en las carreteras españolas aún se encuentre en una fase experimental y no legalizado plenamente. Esta evolución ha generado un debate considerable, con posturas encontradas entre quienes ven un avance prometedor y aquellos que expresan cautela. Las pruebas de estos vehículos, aunque escasas, ya se han iniciado en el país para evaluar su funcionamiento y resultados.

En esta carrera por la modernización del transporte, la capital de España está tomando la iniciativa. El Ejecutivo regional madrileño presentó a principios de este año un proyecto de ley con el propósito de facilitar este paso adelante, aspirando a convertir a Madrid en el primer laboratorio de pruebas a escala europea para la movilidad autónoma. La nueva Ley de Movilidad madrileña busca promover el transporte público y la movilidad compartida, con el objetivo de aliviar la congestión vial y fomentar un uso más racional del vehículo particular.

Paralelamente, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha trazado una senda similar. El pasado mes de junio, la DGT hizo público un programa marco destinado a la realización de Pruebas de Vehículos Automatizados. Esta iniciativa tiene como fin posicionar a España como un país pionero en la integración segura de sistemas de conducción automatizada, impulsando la innovación tecnológica y mejorando la eficiencia general de la movilidad.

Uno de los aspectos que genera más controversia en torno a este avance tecnológico es su posible impacto en el ámbito del empleo. La imagen de camiones y furgonetas operando sin conductor, donde una pequeña cabina alberga únicamente el servidor que controla el vehículo, ha suscitado preocupaciones notables entre ciertos sectores profesionales, ante la posible desaparición de puestos de trabajo.

Entre las voces que alertan sobre los cambios que se avecinan, se encuentra la del economista Santiago Niño Becerra. En una publicación en la red social X (anteriormente Twitter), replicando un vídeo que mostraba vehículos autónomos en China, Niño Becerra sentenció que «no hay nadie preparado para lo que viene». Su comentario subraya la magnitud de la transformación que se vislumbra en el sector del transporte.

El vídeo al que hacía referencia Niño Becerra destacaba los logros de China en este campo. En las imágenes se observaban camiones sin conductor operando de forma autónoma por calles, puertos y autopistas. Estos vehículos, desprovistos de cabina y volante, funcionan enteramente con inteligencia artificial, y su capacidad les permite desde transportar pequeños paquetes hasta mover contenedores de dimensiones considerables, impulsando una transformación en el transporte de mercancías.

El usuario que compartió este vídeo en su publicación en X añadió un dato relevante: se estima que en España hay aproximadamente 250.000 conductores profesionales de camiones de mercancías. Este número considerable de trabajadores, a juicio tanto del usuario como de Niño Becerra, podría ver amenazado su puesto de trabajo en un futuro no muy lejano a raíz de la expansión de esta tecnología.

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