Gijón se prepara para escribir una nueva página en su historia industrial. El pasado miércoles, Indra Group anunció la adquisición formal de la planta de Duro Felguera en la ciudad asturiana, un movimiento estratégico con el que aspira a convertir estas instalaciones en una de las fábricas de vehículos militares y carros de combate más avanzadas de Europa. La operación no solo refuerza la soberanía industrial española, sino que sitúa a Asturias en el mapa europeo como centro neurálgico de producción y montaje de plataformas terrestres de última generación.
El acuerdo, que se rubricó en un acto que contó con distintas autoridades, entre ellas, la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, recoge la integración de los 156 profesionales que ya trabajaban en la planta, quienes cuentan con una dilatada experiencia en la fabricación de piezas industriales de gran tonelaje. Indra, por su parte, invertirá significativamente en la modernización del equipamiento, la incorporación de tecnologías 4.0 y la reconfiguración de los espacios productivos para adaptarlos a su nueva función estratégica en el sector de defensa. «Tenemos la oportunidad con este proyecto de desarrollar en el Principado más industria, más empleo y más cohesión social en un momento de reindustrialización estratégica», destacó Valcarce.
El consejero delegado de Indra Group, José Vicente de los Mozos, no dudó en subrayar el valor simbólico y práctico de esta adquisición. «Hoy comienza a materializarse el compromiso de concentrar en Asturias nuestra capacidad de fabricación de vehículos terrestres de alto valor para la defensa, con tecnología 100 % española», afirmó durante el acto de bienvenida a los nuevos empleados.
Indra quiere convertir esta planta en la referencia nacional en fabricación de vehículos blindados tanto de ruedas como de cadenas, y al mismo tiempo prepararse para liderar su participación en los futuros programas multinacionales de blindados de nueva generación. En este sentido, la fábrica gijonesa en El Tallerón aspira a convertirse en una pieza clave dentro del complejo engranaje industrial europeo en materia de defensa.
La planta industrial adquirida cuenta con una superficie total de 75.000 metros cuadrados, de los que 23.000 metros están cubiertos. Se distribuye en nueve grandes naves industriales, espacios auxiliares y oficinas. Entre su equipamiento destacan los puentes grúa con capacidad de carga de entre 20 y 150 toneladas, prensas, curvadoras y taladros industriales, lo que la convierte en un entorno ideal para trabajos de alta precisión y gran volumen.
Además, su ubicación en Gijón, con acceso directo al mar Cantábrico y una red de proveedores locales experimentados, otorga una ventaja logística y estratégica que Indra pretende aprovechar al máximo.
Uno de los aspectos más destacados del proyecto es la transformación de una planta tradicionalmente asociada a la industria pesada en una instalación puntera basada en los principios de la industria 4.0. Indra tiene previsto incorporar tecnologías avanzadas de producción, ensamblaje e integración de sistemas, así como capacitar a su plantilla en los requerimientos específicos de la defensa terrestre.
La empresa dotará a la fábrica de varias líneas de montaje para vehículos blindados y de combate. Estas nuevas capacidades permitirán a Indra responder de forma más ágil a la creciente demanda nacional e internacional en el ámbito de la defensa terrestre, impulsada por el nuevo contexto geopolítico europeo.
«Leading the Future»
Esta operación se enmarca en el plan estratégico «Leading the Future» de Indra, cuyo objetivo es fortalecer las capacidades industriales del grupo para hacerlo más competitivo y resiliente. La apuesta por la fabricación propia, la autonomía operativa y la producción avanzada refleja una visión a largo plazo que busca consolidar a Indra como empresa tractora de la industria nacional y referente europeo en tecnologías de defensa.
Indra ya desempeña un papel clave en los principales programas europeos de investigación y desarrollo, como los proyectos FAMOUS y MARTE, en los que desarrolla los sistemas electrónicos e inteligentes que dotan de capacidades avanzadas a los vehículos de combate. Además, posee una participación mayoritaria en Tess Defence, la empresa encargada de suministrar los vehículos 8×8 «Dragón» para el Ejército español.
Con la llegada de Indra Land Vehicles a Gijón, la compañía amplía su huella en Asturias, donde ya cuenta con un centro de desarrollo de sistemas en el que trabajan más de 400 profesionales. Esta expansión permitirá la creación de empleo especializado de calidad, la reactivación de tejido industrial y la consolidación de una red de proveedores de alto nivel.
«Este proyecto es también un compromiso con el talento español y con las capacidades nacionales de fabricación, que deben revitalizarse en regiones con una rica historia industrial como Asturias», añadió de los Mozos.
La adquisición de la planta de Gijón no es una operación aislada. Es el primer paso tangible en la estrategia de Indra para convertirse en una potencia industrial con ambición estratégica dentro del ámbito de defensa europeo. Supone, además, una apuesta por la soberanía tecnológica y operativa en un momento de alta sensibilidad internacional, donde la autonomía industrial se valora como un activo clave. En definitiva, Gijón se convertirá en sinónimo de innovación, soberanía y defensa.
La operación marca un hito en la estrategia de reindustrialización tecnológica de España
Gijón se prepara para escribir una nueva página en su historia industrial. El pasado miércoles, Indra Group anunció la adquisición formal de la planta de Duro Felguera en la ciudad asturiana, un movimiento estratégico con el que aspira a convertir estas instalaciones en una de las fábricas de vehículos militares y carros de combate más avanzadas de Europa. La operación no solo refuerza la soberanía industrial española, sino que sitúa a Asturias en el mapa europeo como centro neurálgico de producción y montaje de plataformas terrestres de última generación.
El acuerdo, que se rubricó en un acto que contó con distintas autoridades, entre ellas, la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, recoge la integración de los 156 profesionales que ya trabajaban en la planta, quienes cuentan con una dilatada experiencia en la fabricación de piezas industriales de gran tonelaje. Indra, por su parte, invertirá significativamente en la modernización del equipamiento, la incorporación de tecnologías 4.0 y la reconfiguración de los espacios productivos para adaptarlos a su nueva función estratégica en el sector de defensa. «Tenemos la oportunidad con este proyecto de desarrollar en el Principado más industria, más empleo y más cohesión social en un momento de reindustrialización estratégica», destacó Valcarce.
El consejero delegado de Indra Group, José Vicente de los Mozos, no dudó en subrayar el valor simbólico y práctico de esta adquisición. «Hoy comienza a materializarse el compromiso de concentrar en Asturias nuestra capacidad de fabricación de vehículos terrestres de alto valor para la defensa, con tecnología 100 % española», afirmó durante el acto de bienvenida a los nuevos empleados.
Indra quiere convertir esta planta en la referencia nacional en fabricación de vehículos blindados tanto de ruedas como de cadenas, y al mismo tiempo prepararse para liderar su participación en los futuros programas multinacionales de blindados de nueva generación. En este sentido, la fábrica gijonesa en El Tallerón aspira a convertirse en una pieza clave dentro del complejo engranaje industrial europeo en materia de defensa.
La planta industrial adquirida cuenta con una superficie total de 75.000 metros cuadrados, de los que 23.000 metros están cubiertos. Se distribuye en nueve grandes naves industriales, espacios auxiliares y oficinas. Entre su equipamiento destacan los puentes grúa con capacidad de carga de entre 20 y 150 toneladas, prensas, curvadoras y taladros industriales, lo que la convierte en un entorno ideal para trabajos de alta precisión y gran volumen.
Además, su ubicación en Gijón, con acceso directo al mar Cantábrico y una red de proveedores locales experimentados, otorga una ventaja logística y estratégica que Indra pretende aprovechar al máximo.
Uno de los aspectos más destacados del proyecto es la transformación de una planta tradicionalmente asociada a la industria pesada en una instalación puntera basada en los principios de la industria 4.0. Indra tiene previsto incorporar tecnologías avanzadas de producción, ensamblaje e integración de sistemas, así como capacitar a su plantilla en los requerimientos específicos de la defensa terrestre.
La empresa dotará a la fábrica de varias líneas de montaje para vehículos blindados y de combate. Estas nuevas capacidades permitirán a Indra responder de forma más ágil a la creciente demanda nacional e internacional en el ámbito de la defensa terrestre, impulsada por el nuevo contexto geopolítico europeo.
«Leading the Future»
Esta operación se enmarca en el plan estratégico «Leading the Future» de Indra, cuyo objetivo es fortalecer las capacidades industriales del grupo para hacerlo más competitivo y resiliente. La apuesta por la fabricación propia, la autonomía operativa y la producción avanzada refleja una visión a largo plazo que busca consolidar a Indra como empresa tractora de la industria nacional y referente europeo en tecnologías de defensa.
Indra ya desempeña un papel clave en los principales programas europeos de investigación y desarrollo, como los proyectos FAMOUS y MARTE, en los que desarrolla los sistemas electrónicos e inteligentes que dotan de capacidades avanzadas a los vehículos de combate. Además, posee una participación mayoritaria en Tess Defence, la empresa encargada de suministrar los vehículos 8×8 «Dragón» para el Ejército español.
Con la llegada de Indra Land Vehicles a Gijón, la compañía amplía su huella en Asturias, donde ya cuenta con un centro de desarrollo de sistemas en el que trabajan más de 400 profesionales. Esta expansión permitirá la creación de empleo especializado de calidad, la reactivación de tejido industrial y la consolidación de una red de proveedores de alto nivel.
«Este proyecto es también un compromiso con el talento español y con las capacidades nacionales de fabricación, que deben revitalizarse en regiones con una rica historia industrial como Asturias», añadió de los Mozos.
La adquisición de la planta de Gijón no es una operación aislada. Es el primer paso tangible en la estrategia de Indra para convertirse en una potencia industrial con ambición estratégica dentro del ámbito de defensa europeo. Supone, además, una apuesta por la soberanía tecnológica y operativa en un momento de alta sensibilidad internacional, donde la autonomía industrial se valora como un activo clave. En definitiva, Gijón se convertirá en sinónimo de innovación, soberanía y defensa.
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