Las autoridades de Hungría han interrogado este viernes al alcalde de la capital de Hungría, Gergely Karácsony, tras liderar la manifestación del Orgullo de la ciudad, celebrada el 28 de junio. “Gracias por esperar. No ha sido tan largo”, ha dicho Karácsony ante unos 300 seguidores, a la salida de la Oficina Nacional de Investigación, en pleno centro de la capital húngara, tras pasar una hora en sus dependencias. “Esta historia no se trata de mí, sino de si Budapest y Hungría aman lo suficiente la libertad”, ha agregado en su intervención, divulgada en directo en redes.
El político encabezó el 28 de junio la manifestación más multitudinaria de la historia reciente de Hungría
La policía de Budapest ha interrogado este viernes al alcalde de la capital de Hungría, Gergely Karácsony, tras liderar la manifestación del Orgullo de la ciudad, celebrada el 28 de junio. “Gracias por esperar. No ha sido tan largo”, ha dicho Karácsony ante un centenar de seguidores, a la salida de la Oficina Nacional de Investigación, en pleno centro de la capital húngara, tras pasar una hora en sus dependencias. “Esta historia no se trata de mí, sino de si Budapest y Hungría aman lo suficiente la libertad”, ha agregado en su intervención, divulgada en directo en redes.
Aunque el primer edil ha sido citado como investigado, por el momento, se desconoce el delito (o delitos) de los que se le acusa. Cientos de miles de personas, entre 200.000 y 400.000 según las estimaciones, recorrieron el 28 de junio las calles de la capital húngara, en la manifestación más multitudinaria de la historia reciente del país. El lema del Budapest Pride fue: “La libertad y el amor no pueden ser prohibidos“.
“Viktor Orbán creía tener poder sobre nosotros. Salimos a demostrar que no”, ha dicho el alcalde ante los ciudadanos que habían acudido a mostrarle su apoyo. A lo que ha añadido que el Orgullo de Budapest es un “ejemplo a seguir en la defensa de la libertad” y amplió esa cobertura a la ciudadanía que se sienta atacada por el Ejecutivo de Orbán, ya sean romaníes, personas sin hogar, jóvenes o jubilados. “Siempre estaremos ahí cuando a alguno de nuestros compatriotas le hagan daño”, ha dicho tras su paso por dependencias policiales.
“Me he convertido en sospechoso”, dijo la semana pasada Karácsony, del partido verde Párbeszéd, tras recibir la citación. “Si ese es el precio que hay que pagar en este país por defender nuestra libertad y la de los demás, entonces me siento orgulloso de ello”, agregó en un vídeo que publicó en su perfil de Facebook.
El 28 de junio se conmemoraba el Día internacional del Orgullo LGTBIQ+ y el Gobierno del país, liderado desde hace 15 años por el ultraderechista Viktor Orbán, había vetado la manifestación basándose en una ley que restringe el derecho de reunión para supuestamente proteger a los menores. Para eludir esa prohibición, el alcalde de la capital planteó una convocatoria alternativa, la cual no fue autorizada por la policía de Budapest. Las autoridades sí que dieron su visto bueno a sendas concentraciones de extrema derecha, con un recorrido similar a la manifestación en defensa de los derechos LGTBIQ+. “En Hungría es más fácil organizar una manifestación nazi, que una que defienda los derechos humanos”, denunció el regidor de Budapest.
Finalmente, y tras varios cambios en la ruta, el Orgullo de Budapest se celebró. Además, a la cita acudió una nutrida delegación internacional con, entre otros, el vicepresidente del Parlamento Europeo, el rumano Nicolae Ștefanuta; 72 eurodiputados (de las familias Socialistas y Demócratas, La Izquierda, Los Verdes y Renew, y dos representantes del Partido Popular Europeo); políticos como la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz o el ministro de Cultura, Ernest Urtasun; organizaciones de defensa de los derechos del colectivo de toda Europa, como la española Fundación Triángulo. Además, 33 embajadas internacionales mostraron su apoyo al evento, al que también acudió Greta Thunberg. La solidaridad internacional ha sido “abrumadora”, celebraron tanto el alcalde de la capital como los organizadores del Orgullo después de la manifestación.
La policía de Budapest, que no es gestionada directamente por el Ayuntamiento, sino por el Ministerio de Interior, anunció después de la manifestación que no se abrirían investigaciones contra los participantes en el Orgullo, aunque la marcha había sido prohibida y se había desarrollado de manera ilegal. De hecho, las autoridades habían instalado cámaras de reconocimiento facial en un tramo del recorrido para identificar a los asistentes.
Citado la semana pasada
Tras la marcha, se especulaba con la posible citación de Karácsony, que finalmente ha llegado la semana pasada. Por el momento, nadie más ―ni los organizadores del Orgullo, ni tampoco ninguno de los participantes en la manifestación― ha sido citado como investigado.
Karácsony ha detallado que las autoridades han sido “muy amables” durante el cuestionamiento y que les explicó las razones legales por las que consideraba que el Ayuntamiento podía organizar la manifestación que lideró.
La clave normativa de la prohibición del Orgullo de Budapest se basa en una ley anti-LGTBIQ+ aprobada en junio de 2021 y que imita una norma similar promovida en Rusia por Vladímir Putin. El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, es uno de los principales aliados en la UE del presidente ruso. La llamada ley de propaganda provocó que la Comisión Europea iniciase un procedimiento sancionador contra Hungría. Además, el caso está en el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE), que previsiblemente emitirá un fallo a finales de este año.
La aplicación de la ley de propaganda ha llevado a modificar otras normativas, como la referente a la protección de la infancia. El Ejecutivo ultra ha censurado en el espacio público cualquier mención “al cambio de sexo, la desviación respecto a la identidad conforme al sexo de nacimiento, así como a la homosexualidad”. En marzo de este año, Orbán dio un paso más. “La ley de propaganda se está expandiendo a una nueva esfera: ya no solo limita la libertad de expresión, ahora también restringe el derecho a reunirse. Lo justifica en la protección de los derechos de los niños”, explican desde Háttér Society, la principal organización de defensa de derechos del colectivo de Hungría.
El alcalde de Budapest considera que una marcha organizada por el municipio quedaba fuera de la aplicación de esa ley de propaganda. “Estoy enfadado con el poder político que inició este proceso”, ha destacado ante sus seguidores, “nadie ha marcado jamás un autogol tan político como Viktor Orbán”. También habló de las elecciones parlamentarias previstas para el año que viene y que el alcalde considera clave: “Quienes estamos aquí queremos un cambio en Hungría que nos lleve de vuelta a la senda europea. Votaremos por una república húngara así el próximo abril”.
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