Sin Juan Ayuso no hay paraíso en el Tour de Francia. Esta es la realidad por la que atraviesa ahora y por desgracia un ciclismo español que no hace tanto tiempo animaba al aficionado en la ronda francesa dándole más caramelos que la novena plaza que ahora ocupa Carlos Rodríguez. En otra época se ganaron Tours con Pedro Delgado, Miguel Induráin, Óscar Pereiro, aunque costó un largo año conseguir la victoria, Alberto Contador y Carlos Sastre. Sin Juan Ayuso no hay paraíso en el Tour de Francia. Esta es la realidad por la que atraviesa ahora y por desgracia un ciclismo español que no hace tanto tiempo animaba al aficionado en la ronda francesa dándole más caramelos que la novena plaza que ahora ocupa Carlos Rodríguez. En otra época se ganaron Tours con Pedro Delgado, Miguel Induráin, Óscar Pereiro, aunque costó un largo año conseguir la victoria, Alberto Contador y Carlos Sastre.
Sin Juan Ayuso no hay paraíso en el Tour de Francia. Esta es la realidad por la que atraviesa ahora y por desgracia un ciclismo español que no hace tanto tiempo animaba al aficionado en la ronda francesa dándole más caramelos que la novena plaza que ahora ocupa Carlos Rodríguez. En otra época se ganaron Tours con Pedro Delgado, Miguel Induráin, Óscar Pereiro, aunque costó un largo año conseguir la victoria, Alberto Contador y Carlos Sastre.
Hasta que Ayuso se rompió la rodilla en el Giro aspiraba a la victoria, luchaba por ganar alguna etapa más para añadir a la que ya consiguió en los Apeninos y daba motivos para creer en él después de iniciar la temporada con 22 años como un cohete ganando la Tirreno-Adriático y luchando hasta la última etapa por el triunfo en la Volta.
Por desgracia, ni está ni se le espera en la Vuelta, ni tampoco, lo que aún es peor, un drama, en el Tour del año que viene donde él ya ha manifestado la tremenda ilusión que le daría salir de Barcelona porque es allí donde nació, de padres vallisoletanos que trabajaban en la capital catalana, y porque profesa un cariño superlativo hacia el Barça de sus amores.

Hay un equipo que lo quiere fichar porque necesita como el maná a un líder para el Tour sabiendo, porque es una evidencia, de que mientras Tadej Pogacar siga dando caña el triunfo es imposible; pero no el destacar, luchar y tratar de responder a sus ataques, tal como hace Jonas Vingegaard y que a buen seguro haría Ayuso.
Esta escuadra es el Movistar que, año a año, confirma que Enric Mas, sólido en la Vuelta donde volverá a estar entre los favoritos en un mes, tiene el Tour atravesado y más por una cuestión de cabeza que de piernas. El Tour es para él como aquel amor imposible al que por mucho cariño que trates de darle ni te responde ni te atenderá.
Hasta mediados de este año era su padre Javier quien lo representaba, un ingeniero con un perfil profesional excelente, pero que se dio cuenta que su hijo necesitaba a alguien que conociese el mundillo ciclista para hablar con los mánagers y los directores deportivos. Por eso, ha contratado a Giovanni Lombardi, que fue campeón olímpico de pista en Barcelona 92, que reside en Madrid y que lleva a varias estrellas de este deporte.
El cometido de Lombardi es convencer al UAE para que lo libere de pagar la cláusula futbolística que figura en el contrato que el corredor firmó hasta el 31 de diciembre de 2028. En el fútbol los acuerdos finalizan a finales de junio, pero en ciclismo se amplían hasta que termina el año. El Movistar, ni ningún otro equipo, tiene dinero para hacer frente a una rescisión que dobla el presupuesto del Emirates y que se cifra en alrededor de 100 millones.
El problema de Ayuso se llama Pogacar,y no porque el fenómeno esloveno sea el mejor, sino porque no lo traga -quizás el corredor español ha tenido muy poca vista en la relación-, al contrario del cariño que el jersey amarillo profesa hacia el portugués Joâo Almeida, que sería un candidato para ganar el Tour, o a Isaac del Toro, tantos días ‘maglia rosa’ en el Giro.
Pogacar no lo quiere a su lado a raíz de la actitud que Ayuso tomó el año pasado durante la ascensión al Galibier donde se ganó la reprimenda pública de Almeida al no colaborar en los relevos previos al ataque del esloveno. Ayuso se puso aquel día tercero de la general del Tour 2024, pero empezó a ganarse la desconfianza de Pogacar. Con el pretexto del covid, el ciclista alicantino nacido en Barcelona acabó paganfo el error y abandonó la carrera antes de los Pirineos y no fue a la Vuelta, a pesar de la insistencia mediática para que acudiera a la ronda española.
Su calendario en el UAE siempre pasa y pasará por acudir a las carreras donde no vaya Pogacar y como el esloveno no resolverá hasta terminar el Tour si acude a la Vuelta, Ayuso ya está fuera de la ronda española. Si el astro esloveno no va, el líder de la escuadra será Almeida que se recupera de la fractura de costilla que lo llevó a abandonar el Tour.
“Ayuso ha hecho hasta ahora el calendario previsto salvo los tres días que se perdió por el abandono en el Giro. La Vuelta nunca ha figurado en su calendario”, resalta Joxean Fernández ‘Matxin’, director del UAE, a preguntas de este diario. Ayuso correrá la Clásica de San Sebastián, seguramente la Vuelta a Polonia y las carreras de un día que se celebran en Canadá antes de liderar a la selección española en el Mundial de Ruanda.
El Movistar lo quiere porque lo necesita y eso que lo pudo fichar por cero euros cuando Ayuso tenía 17 años. No habrá problemas por el salario, pero Lombardi tiene que conseguir la libertad del UAE o una rescisión razonable que por ahora parece innegociable.
Diario de Mallorca – Deportes