Una bodega centenaria contra el cambio climático

Más de 155 años de historia. Cinco ge­neraciones de pasión por la enología. Te­rruño, arraigo y tradición definen la tra­yectoria de Familia Torres. Hoy, además de mantener la excelencia en sus procesos –de la cepa al paladar–, perpetuar la vigen­cia de fincas históricas y recuperar varie­dades ancestrales, la bodega se ha volca­do en la reducción de emisiones y en la regeneración de sus viñas ecológicas en Cataluña, para hacer frente al cambio climático.

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 En su decidido camino hacia la descarbonización, Familia Torres logró reducir en 2024 el 40% su huella de CO₂. La señera bodega del Penedès intensifica sus esfuerzos para alcanzar las cero emisiones netas en 2040  

Más de 155 años de historia. Cinco ge­neraciones de pasión por la enología. Te­rruño, arraigo y tradición definen la tra­yectoria de Familia Torres. Hoy, además de mantener la excelencia en sus procesos –de la cepa al paladar–, perpetuar la vigen­cia de fincas históricas y recuperar varie­dades ancestrales, la bodega se ha volca­do en la reducción de emisiones y en la regeneración de sus viñas ecológicas en Cataluña, para hacer frente al cambio climático.

Y esa filosofía, plas­mada en el programa medioambiental To­rres & Earth, comienza a dar sus frutos: ha reducido un 40% la huella de carbono por botella en 2024 respecto a 2008 (cuando se empezó a medir ese parámetro) de la viña hasta el consumidor. El objetivo es alcan­zar las cero emisiones netas en 2040, y van por buen camino: en apenas cinco años se han reducido las emisiones del 30% al 40%.

Torres & Earth se ha traducido en más de 23 millones de euros invertidos en acciones de mitigación y adaptación al cambio climático. Se da prioridad a la autogeneración de energías renovables (la mitad se produce ya a través de placas fotovoltaicas y caldera de biomasa), la eficiencia energética y la promoción de movilidad sostenible, palpable en las faenas del campo y la bodega. Incluso utilizan un tren eléctrico-solar en la visita a las instalaciones y los viñedos.

Familia Torres aplica la viticultura regenerativa en más de la mitad de sus viñas en Cataluña. Este nuevo modelo agrario, así como los diferentes proyectos de reforestación desarrollados en España y Chile, permiten mejorar la calidad del suelo, potenciar la biodiversidad y aumentar la capacidad de absorber dióxido de carbono (CO₂) de la atmósfera.

Estoy convenci­do de que el vino puede convertirse en un símbolo de resiliencia en la lucha contra el cambio climático

Miguel Á. Torres, presidente de Familia Torres

Economía circular y gestión del agua

Desde 2016 la planta regeneradora de agua permite reutilizar cerca de la mitad del agua de proceso depurada para riego, limpieza y refrigeración. En 2021, la bodega instauró un innovador sistema de captura y reutilización de CO₂ de la fermentación, pionero en el sector. Actualmente, un tercio los viñedos (unas 300 hectáreas) cuentan con riego por goteo; la compañía tiene previsto doblar esta superficie en los próximos 3 años, un objetivo para el que se invertirán más de 5 millones de euros.

“No podemos detenernos, debemos se­guir trabajando con determinación y con la vista puesta en la ambiciosa meta que nos hemos marcado para el futuro”, re­flexiona Miguel A. Torres, presidente de la compañía. “La apremiante necesidad de actuar frente a la crisis climática nos exige responsabilidad, compromiso y trabajar de manera colaborativa. Estoy convenci­do de que el vino puede convertirse en un símbolo de resiliencia en la lucha contra el cambio climático”.

Este plan de reducción de emisiones también busca mejorar el consumo energético. Todas las bodegas de Familia Torres cuentan con placas fotovoltaicas y calderas de biomasa que reduce hasta un 90% el consumo de gas. “La mitad de la energía utilizada en nuestra bodega principal del Penedès es autogenerada”, destacan desde la centenaria compañía familiar.

La bodega ha sido pionera en instaurar un sistema de captura y reutilización de CO₂ de la fermentación del vino.

La apuesta por la sostenibilidad también pasa por el desarrollo de una arquitectura bioclimática, que permita la reducción del consumo energético en bodegas con todas las garantías de la certificación. El 80% de la flota de la compañía es eléctrica o híbrida y se han instalado hasta 50 puntos de recarga, carsharing eléctrico para empleados, bicicletas eléctricas para desplazamientos dentro de la bodega, además de un tren eléctrico solar en el centro de visitas y tractores eléctricos para empelo en viñedos, aunque este está aún en fase de ensayo.

Esfuerzo colectivo

En este 2025 se ha puesto el foco en reducir emisiones de proveedores (en el denomi­nado alcance 3 del proceso, que representa el 90% de la huella), y en la promoción del transporte intermodal (camión + tren) pa­ra la distribución europea. Hoy por hoy, el 14% de la huella de carbono corresponde a la distribución.

Además, en Familia Torres comenzarán próximamente a utilizar la botella de vino más ligera del mercado (300 gramos) para seguir reduciendo las emisiones derivadas del packaging. Actualmente, el 99% de las botellas que se emplean ya son ligeras (de menos de 420 gramos de peso).

La empresa vitivinícola ha conseguido reducir un 40% la huella de carbono por botella con su programa 'To­rres & Earth'.

La filosofía de los Torres les ha llevado a recibir premios como el de Mejor Productor Sostenible de España, galardón concedido por BBVA-El Celler de Can Roca en 2024, o, un año antes, el de Mejor Plan de Transición Net Zero 2050 de los Premios Expansión. Y su afán de concienciación a cofundar la International Wineries for Climate Action (IWCA), una unión internacional de bodegas –más de 170– que tienen como objetivo la lucha contra el cambio climático y la descarbonización del sector.

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