Accidentes de BTT, senderistas perdidos… Así trabajan los rescatistas de montaña en verano

Las montañas tienen algo que atrae. Son para muchos el refugio perfecto donde huir del calor de la ciudad y pasar unos agradables días de verano. Sin embargo, pueden llegar a ser una trampa mortal cuando no se toman con el respeto necesario. Cada año, los grupos especiales de rescate de montaña efectúan cientos de rescates, búsquedas y atenciones médicas por estas fechas y avisan de que cada vez son más habituales. Solo en lo que va de 2025, en todo el territorio catalán, los servicios especiales de rescate de montaña de los Bombers (GRAE) han llevado a cabo casi 700 actuaciones, siendo la zona de la Vall d’Aran una de las que acumula más sucesos al cabo del año. Las montañas tienen algo que atrae. Son para muchos el refugio perfecto donde huir del calor de la ciudad y pasar unos agradables días de verano. Sin embargo, pueden llegar a ser una trampa mortal cuando no se toman con el respeto necesario. Cada año, los grupos especiales de rescate de montaña efectúan cientos de rescates, búsquedas y atenciones médicas por estas fechas y avisan de que cada vez son más habituales. Solo en lo que va de 2025, en todo el territorio catalán, los servicios especiales de rescate de montaña de los Bombers (GRAE) han llevado a cabo casi 700 actuaciones, siendo la zona de la Vall d’Aran una de las que acumula más sucesos al cabo del año.  

Las montañas tienen algo que atrae. Son para muchos el refugio perfecto donde huir del calor de la ciudad y pasar unos agradables días de verano. Sin embargo, pueden llegar a ser una trampa mortal cuando no se toman con el respeto necesario. Cada año, los grupos especiales de rescate de montaña efectúan cientos de rescates, búsquedas y atenciones médicas por estas fechas y avisan de que cada vez son más habituales. Solo en lo que va de 2025, en todo el territorio catalán, los servicios especiales de rescate de montaña de los Bombers (GRAE) han llevado a cabo casi 700 actuaciones, siendo la zona de la Vall d’Aran una de las que acumula más sucesos al cabo del año.

“La gente ha perdido el respeto a la montaña. La tecnología ha contribuido a crear una falsa sensación de seguridad de que en todo momento se puede consultar el camino y ver en redes sociales vídeos de personas realizando ciertas rutas hace creer que todas son aptas para todos”, avisa el responsable del grupo de rescate de montaña de los Pompièrs d’Aran, Jordi López. En los últimos años, han detectado un aumento de las intervenciones en montaña en temporada estival en senderistas poco preparados o ciclistas de BTT que se aventuran por rutas difíciles por desconocimiento. Para poder responder a estas casuísticas con la mayor rapidez posible, cuentan con un depurado protocolo de salvamento que controla desde el aviso hasta que la persona es evacuada o localizada.

Simulacro del equipo de emergencias de salvamento de montaña de la Vall d'Aran.
Simulacro del equipo de emergencias de salvamento de montaña de la Vall d’Aran. / Zowy Voeten / EPC

Todo el complejo mecanismo se activa con una simple llamada al 112, el teléfono local aranés de emergencias o mandando un aviso directamente desde aplicaciones móviles. Cuando este llega a la sala de Control de Arán, los técnicos especialistas y operadores de control (TEOC) empiezan un proceso de recopilación de información que remitirán más adelante a los rescatistas. “Cuanta más información se nos pueda dar mejor, saber qué ha pasado y dónde agiliza mucho las tareas de rescate y nos permite desplegar a los efectivos adecuados para cada caso”, explica la TEOC Anna Fuentes.

“Cuando ya sabemos qué ocurre, avisamos por radio al parque de Pompièrs para que puedan iniciar la operación. Al ir tipificada la emergencia ellos ya saben qué tipo de actuación han de hacer y qué necesitan”, añade la técnica. Es entonces cuando en el parque de bomberos de Vielha se activan un número de rescatistas determinado en función de la emergencia entre los que habitualmente hay entre 2 y 3 expertos en rescates de montaña. Todas las mañanas efectúan un briefing con todos los efectivos y personal de sala de control para conocer las condiciones climáticas y distribuir las tareas del día, revisan el material y cargan las furgonetas para poder actuar con mayor rapidez en caso de necesidad.

Anna Fuentes Caseny y Felipe Martínez Siles  en la Sala de Control de la Vall d'Arán durante un simulacro del equipo de emergencias de salvamento de montaña de la Vall d'Aran. FOTO de ZOWY VOETEN
Anna Fuentes Caseny y Felipe Martínez Siles en la Sala de Control de la Vall d’Arán durante un simulacro del equipo de emergencias de salvamento de montaña de la Vall d’Aran. FOTO de ZOWY VOETEN / Zowy Voeten / EPC

“Al tener conocimiento de una actuación, cargamos el material necesario en función de si la actuación es en montaña, barranco, río… y ya en la furgoneta salimos dirección al helipuerto situado en la parte alta de la montaña”, comenta el ‘pompier’ especialista en montaña Carlos Fernández Anglada. En el coche de primera salida llevan mochilas sanitarias, una camilla, material de progresión, cascos, un cardiocompresor, un desfibrilador, frontales, gps, material de rescate, cuerdas… En cuestión de varios minutos desde que reciben la llamada, dos efectivos efectúan la primera salida rápida para ir hacia el helipuerto donde se podrían sumar más efectivos en caso de necesidad.

Mientras tanto, la sala de control avisa también al controlador y al piloto de helicóptero para que una vez lleguen los efectivos al helipuerto, puedan salir a la mayor brevedad posible. Por norma general, en cada servicio salen dos bomberos junto al piloto y la operadora de grúa, que es la persona encargada de gestionar el cable remolcador que permite salvar distancias veritcales con heridos que se encuentren a un máximo de 50 metros en puntos de dificil acceso.

Carlos Fernández Anglada Pompier-GRM y Manel Pujol Pompier-GRM descargan el vehículo de primera intervención durante un simulacro del equipo de emergencias de salvamento de montaña de la Vall d'Aran.
Carlos Fernández Anglada Pompier-GRM y Manel Pujol Pompier-GRM descargan el vehículo de primera intervención durante un simulacro del equipo de emergencias de salvamento de montaña de la Vall d’Aran. / Zowy Voeten / EPC

“En ocasiones, las cosas se complican cuando el aviso no lo da la propia persona afectada, sino sus familiares o amigos cuando detectan que algo no va bien. Es mucho más difícil ubicarlo y necesitamos llevar todo el material por si acaso porque tampoco sabemos si está herido”, explica el pompier Carlos Fernández. “Aun así, una vez llegamos a la víctima, valoramos si podemos evacuarla con el equipo que llevamos o si es necesario activar más efectivos”, añade el tripulante del helicóptero. “En montaña el tiempo cambia de forma muy rápida por eso en las búsquedas es crucial actuar rápido. Si no sabemos dónde está la persona hacemos barridos acotando la zona hasta que damos con ellos. Y desde control ya les avisan para que hagan señales o desplieguen una manta o alguna señal para identificarlos rápido”, explica el pompier Manel Pujol.

Simulacro del equipo de emergencias de salvamento de montaña de la Vall d'Aran.
Simulacro del equipo de emergencias de salvamento de montaña de la Vall d’Aran. / Zowy Voeten / EPC

Una vez en el helipuerto, el vehículo de salida, habitualmente la ambulancia, ya está esperando para llevar al herido al hospital que más convenga, y en la medida de lo posible, para ganar ventana terapéutica del paciente la atención se inicia lo antes posible. En casos muy graves, en el helipuerto la transferencia del herido puede hacerse desde el helicóptero de rescate al helicóptero del SEM para acortar los trayectos. En helicóptero, llegar al Parc Taulí o Vall d’Hebrón implica menos de una hora frente a las 4 que se tardaría por carretera. Por norma general, un rescate en el que la persona está más o menos ubicada no excede los 10-15 minutos pero activar un dispositivo así puede llegar a tener un elevado coste de alrededor de 8.000 euros. «No repercutimos las facturas a las víctimas, pero si tratamos de concienciarles del coste de las operaciones», afirma el responsable de los GRM de Arán.

 Diario de Mallorca – Deportes

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