Diez goles encajados en cuatro jornadas, con dos victorias y dos derrotas. Los últimos números defensivos del Real Mallorca no son los mejores al compararlos con sus antecedentes en esta Liga. Y es que, en estas últimas tres semanas, ha recibido los mismos tantos que en el resto del campeonato. Una gran diferencia que habla de los problemas que está teniendo Jagoba Arrasate para devolver la solidez a la defensa, uno de los puntales del equipo y causante del gran curso que están realizando. Diez goles encajados en cuatro jornadas, con dos victorias y dos derrotas. Los últimos números defensivos del Real Mallorca no son los mejores al compararlos con sus antecedentes en esta Liga. Y es que, en estas últimas tres semanas, ha recibido los mismos tantos que en el resto del campeonato. Una gran diferencia que habla de los problemas que está teniendo Jagoba Arrasate para devolver la solidez a la defensa, uno de los puntales del equipo y causante del gran curso que están realizando.
Diez goles encajados en cuatro jornadas, con dos victorias y dos derrotas. Los últimos números defensivos delReal Mallorca no son los mejores al compararlos con sus antecedentes en esta Liga. Y es que, en estas últimas tres semanas, ha recibido los mismos tantos que en el resto del campeonato. Una gran diferencia que habla de los problemas que está teniendo Jagoba Arrasate para devolver la solidez a la defensa, uno de los puntales del equipo y causante del gran curso que están realizando.
Encajar goles o no va mucho más allá de la figura de los guardametas. Tanto Dominik Greif como Leo Román se han ido alternando durante la Liga, con actuaciones más o menos exitosas, más allá de los cinco recibidos en la derrota ante el Barcelona. Para analizar los números del Mallorca, hay que acudir sin remedio a la defensa, acosada por las lesiones y con algunos titulares lejos de su mejor versión.
Hasta la jornada 13, el Mallorca únicamente había encajado diez dianas, aprovechando las pocas que anotaba para ir sumando puntos uno detrás de otro. De hecho, en aquel momento era el segundo equipo menos goleado del campeonato, empatado con la Real Sociedad y solo por detrás del Atlético de Madrid (7).
Sin embargo, la dinámica cambió a partir de la jornada 14. Dos ante Las Palmas, uno el Valencia, cinco el Barcelona y dos el Celta. En menos de un mes, el Mallorca ha encajado diez goles, lo que, unido a la falta de eficacia arriba, ha conllevado mayores dificultades para amarrar un triunfo.
Obviamente, la goleada encajada frente a los de Hansi Flick predomina sobre el resto de marcadores, pero la realidad es que al Mallorca le está costando mantener su portería a cero, algo que no consigue desde el empate ante el Athletic en Son Moix. Pero si hay algo que ha descendido, más allá de la fortaleza bajo palos, es el nivel de la defensa.
Mojica, pluriempleado por la lesión de Lato, ha evidenciado el cansancio físico con errores ante Valencia y Barcelona, además del cansancio mental, como se vio tras su encontronazo con Morlanes. Raíllo, un seguro casi siempre, tampoco ha estado del todo fino, sufriendo mucho más de la cuenta y provocando una tarjeta evitable. Además, la lesión de Copete y la poca confianza en Van der Heyden han obligado a Arrasate a exprimir a sus centrales, aunque Valjent ha mantenido el tipo.
Una de las misiones del Mallorca es recuperar la solidez atrás si quiere seguir enganchado a la pelea por los puestos que dan acceso a Europa.
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