En 1907, en el corazón de una selva sofocante, comenzó una de las hazañas de ingeniería más ambiciosas del siglo XX: la construcción del Canal de Panamá. Pero lo que se suele contar en los libros de historia —los tratados diplomáticos, las cifras astronómicas, los nombres de ingenieros— deja fuera a quienes pusieron sus cuerpos (se calcula que hubo 25.000 muertos), sus hogares y su salud en juego. En Entre dos aguas (AdN), la escritora panameño-estadounidense Cristina Henríquez (Newark, Delaware, 48 años) decide rescatar su historia.
Cristina Henríquez, mitad panameña mitad estadounidense, retrata la gigantesca construcción del paso en la novela ‘Entre dos aguas’ y encuentra un eco con el miedo actual de los emigrantes en EE UU
En 1907, en el corazón de una selva sofocante, comenzó una de las hazañas de ingeniería más ambiciosas del siglo XX: la construcción del Canal de Panamá. Pero lo que se suele contar en los libros de historia —los tratados diplomáticos, las cifras astronómicas, los nombres de ingenieros— deja fuera a quienes pusieron sus cuerpos (se calcula que hubo 25.000 muertos), sus hogares y su salud en juego. En Entre dos aguas (AdN), la escritora panameño-estadounidense Cristina Henríquez (Newark, Delaware, 48 años) decide rescatar su historia.
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