El Hospital 12 de Octubre de Madrid lleva a cabo un ensayo con 30 pacientes con el tumor cerebral más agresivo Leer El Hospital 12 de Octubre de Madrid lleva a cabo un ensayo con 30 pacientes con el tumor cerebral más agresivo Leer
La secuenciación de ADN es ya una herramienta fundamental para la medicina oncológica de precisión. No solo para afinar el diagnóstico, sino también para encontrar los tratamientos más adecuados para cada paciente.
Sin embargo, este tipo de análisis genético no siempre puede proporcionar la clave necesaria para luchar contra el tumor o para predecir la respuesta a una terapia. Para avanzar en esa vía, el análisis genómico con ARN puede resultar útil, una línea que en el Hospital 12 de Octubre de Madrid ya exploran frente al glioblastoma.
El centro acaba de publicar los resultados de un estudio innovador en el que ha usado herramientas de análisis genómico de ARN para detectar qué tipo de pacientes con un glioblastoma, el tumor cerebral más agresivo, van a responder a un posible tratamiento concreto, basado en el fármaco azeliragon.
«El ADN contiene la información genética, pero el ARN es el que lleva la información a las células, por lo que no aporta una información genética estática sino que permite entender hacia dónde se mueve el tumor, cuál es la progresión de ese tumor, si se está comportando de forma agresiva y también puede permitir predecir la respuesta a un tratamiento», explica Ricardo Gargini, investigador neurooncológico del Servicio de Anatomía Patológica del Hospital 12 de Octubre e investigador principal del estudio.
El trabajo, explica, ha permitido identificar tanto qué tipo de pacientes responden y cómo es la respuesta como también la forma de medirlo. Esta información, aclara, va a servir de base para dos ensayos clínicos que está en marcha en EEUU y cuyo objetivo es analizar la eficacia del fármaco.
«Muchos medicamentos no logran superar las primeras fases de los ensayos clínicos porque las cohortes de pacientes con heterogéneas. Se necesitan datos sólidos de respuesta. Por lo tanto, si se pueden identificar a priori a los pacientes que se van a beneficiar será posible, por un lado, tener ensayos clínicos mucho más ajustados a la realidad de los pacientes y también un mayor número de fármacos para tumores que son refractarios y de los que van a poder beneficiarse muchos pacientes», señala Gargini.
De momento, el centro ha hecho un ensayo con 30 pacientes, «pero creemos que este experimento piloto puede ser extensible», añade el investigador, quien recuerda que, a día de hoy, apenas hay alternativas para los pacientes con glioblastoma. «Es una enfermedad devastadora con un coste social y económico muy alto. Necesitamos soluciones», subraya.
Por otro lado, recientemente el centro madrileño se ha incorporado a un ensayo internacional para comprobar la eficacia frente al glioblastoma de un fármaco, el niraparib, que ya está autorizado para el tratamiento del cáncer de ovario. Es el primer hospital español que participa en este estudio, denominado Gliofocus y promovido por Ivy Brain Tumor Center, en el que también participan el Groupe Hospitalier Pitié-Salpêtrice en Paris; el Neuromedial Center de Baton Rouge (Louisiana, EEUU), el UC San Diego Moores Cancer Center en La Jolla (California, EEUU) y el Houston Methodist Hospital de Houston (Texas, EEUU).
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