Tony DiNozzo y Ziva David ya forman parte de la vida televisiva de millones de espectadores. Los personajes de «NCIS» interpretados por Michael Weatherly y Cote de Pablo, respectivamente, llegaron a ser conocidos cariñosamente como «Tiva», dada la química existente entre el agente de la Navy Criminal Investigation Service y la ex del Mossad que traspasó la pantalla. En la tercera temporada de la serie original, Ziva se unía al equipo y poco después ambos se saltaban la restricción de las relaciones sentimentales entre compañeros de trabajo. Su historia de amor fue muy complicada y añadió a una niña llamada Tali (Isla Gie), fruto de su relación. Los fanes de la pareja casi explotan cuando Ziva fue dada por muerta durante una misión y Tony abandonó el NCIS para cuidar de su hija. Pero todo ha cambiado. SkyShowtime estrena hoy «NCIS: Tony & Ziva», una «spin-off» de la original que vuelve a juntar a DiNozzo y David en su aventura de ser padres…, y mucho más.
Las primeras imágenes pueden ser confusas. En ella nos situamos en Budapest en octubre de 2025 para observar cómo se celebra una boda y bajo el velo está Ziva. Pronto viajaremos en un flashback a nueve días antes en París y al nuevo trabajo de Tony, director de «Salus Mundiale», un servicio de seguridad en el que guardan dinero de grandes organizaciones como la Interpol. Mientras, Ziva ha montado una inmobiliaria de éxito. La poca relación que mantienen en la actualidad los dos protagonistas es por pasar tiempo con su hija. Cinco años atrás algo se rompió y ella confiesa a su terapeuta, el doctor Lang (Terence Maynard), que nunca volverán a estar juntos. Pero los problemas volverán a juntarlos cuando la empresa de Tony es atacada y ponen en peligro la vida de su hija a cambio de conseguir el 9.4, un USB cargado con un programa tan potente que es capaz de tomar el control de cualquier edificio o sistema informático en cuestión de segundos y causar todo tipo de catástrofes. La resolución y energía de Ziva se despliegan en una increíble carrera contra reloj en la que acaba por poner a salvo a su hija.
Ese es el comienzo de la nueva trama que abarca los 10 episodios de la primera temporada y que llevará a la pareja por toda Europa. Ambos pretenden colaborar para descubrir quién puso a su hija en peligro y llegarán hasta las últimas consecuencias. Un guiño al pasado es cuando se preparan y, en vez de armas escondidas en cajas de galletas, Ziva tiene todo un arsenal detrás de una pared. Pero no todo es tan fácil como encontrar a una persona en concreto. Sin escatimar en persecuciones con coches autónomos y tiroteos, la búsqueda de «Tony & Ziva» acaba por volverse en su contra. Alguien en las altas esferas de las organizaciones policiales parece tener una vendetta personal contra ellos. Además, de cerca, les sigue una mujer desconocida, misteriosa, «cruel y mortal», que estará poniendo sus vidas en peligro de manera repetida. El espectador puede encontrar un poco confuso el uso de los saltos temporales marcados en la pantalla para llevarnos al pasado en el que Ziva ha vuelto a casa e intenta volver a ganarse los momentos con su hija, otros en los que habla con su terapeuta sobre sus problemas de aquel momento, y el presente (varios días antes) preparando un gran final con fuegos artificiales.
Los guionistas van uniendo las líneas temporales para intentar confluir todas las líneas argumentales en un mismo sitio, que explique qué le pasó a la pareja para que el ambiente entre ambos esté tan enrarecido. Incluso algún capítulo les obligará a volver a ser un matrimonio inventado, lo que les despertará bonitos recuerdos de cómo se conocieron e intimaron. Por supuesto, la serie conserva aquello que la hizo tan atractiva a los espectadores. Acción con altas dosis de humor entre los protagonistas y de ellos ante su equipo. Ayudante de Tony; siempre tiene que haber una persona que domine la informática para ayudar con el trabajo de campo, los hackeos de cámaras de seguridad y seguir el dinero de una cuenta bancaria en una isla paradisíaca. De todo eso se ocupa Claudette (Amita Suman), a la que enseguida acompañará otro personaje imprescindible. Hablamos de Boris (Maximiliam Osinski), un hacker medio redimido dispuesto a casarse en cuestión de horas y que formará parte del equipo como contrapunto muy cómico. En los cuatro episodios que hemos podido ver, se descubre la intención de enredar la trama con pistas que llegan hasta los más poderosos, incluyendo al íntimo amigo de Tony y director interino de la Interpol, Henry (James D’Arcy), al malo/antagonista, Pierre Galimard (Emmanuel Bionami), y un hombre poderoso, Aaron Graves (Sean Pertwee). La serie funciona y es carne de más temporadas.
SkyShowtime estrena este spin-off de NCIS con dos de sus protagonistas
Tony DiNozzo y Ziva David ya forman parte de la vida televisiva de millones de espectadores. Los personajes de «NCIS» interpretados por Michael Weatherly y Cote de Pablo, respectivamente, llegaron a ser conocidos cariñosamente como «Tiva», dada la química existente entre el agente de la Navy Criminal Investigation Service y la ex del Mossad que traspasó la pantalla. En la tercera temporada de la serie original, Ziva se unía al equipo y poco después ambos se saltaban la restricción de las relaciones sentimentales entre compañeros de trabajo. Su historia de amor fue muy complicada y añadió a una niña llamada Tali (Isla Gie), fruto de su relación. Los fanes de la pareja casi explotan cuando Ziva fue dada por muerta durante una misión y Tony abandonó el NCIS para cuidar de su hija. Pero todo ha cambiado. SkyShowtime estrena hoy «NCIS: Tony & Ziva», una «spin-off» de la original que vuelve a juntar a DiNozzo y David en su aventura de ser padres…, y mucho más.
Las primeras imágenes pueden ser confusas. En ella nos situamos en Budapest en octubre de 2025 para observar cómo se celebra una boda y bajo el velo está Ziva. Pronto viajaremos en un flashback a nueve días antes en París y al nuevo trabajo de Tony, director de «Salus Mundiale», un servicio de seguridad en el que guardan dinero de grandes organizaciones como la Interpol. Mientras, Ziva ha montado una inmobiliaria de éxito. La poca relación que mantienen en la actualidad los dos protagonistas es por pasar tiempo con su hija. Cinco años atrás algo se rompió y ella confiesa a su terapeuta, el doctor Lang (Terence Maynard), que nunca volverán a estar juntos. Pero los problemas volverán a juntarlos cuando la empresa de Tony es atacada y ponen en peligro la vida de su hija a cambio de conseguir el 9.4, un USB cargado con un programa tan potente que es capaz de tomar el control de cualquier edificio o sistema informático en cuestión de segundos y causar todo tipo de catástrofes. La resolución y energía de Ziva se despliegan en una increíble carrera contra reloj en la que acaba por poner a salvo a su hija.
Ese es el comienzo de la nueva trama que abarca los 10 episodios de la primera temporada y que llevará a la pareja por toda Europa. Ambos pretenden colaborar para descubrir quién puso a su hija en peligro y llegarán hasta las últimas consecuencias. Un guiño al pasado es cuando se preparan y, en vez de armas escondidas en cajas de galletas, Ziva tiene todo un arsenal detrás de una pared. Pero no todo es tan fácil como encontrar a una persona en concreto. Sin escatimar en persecuciones con coches autónomos y tiroteos, la búsqueda de «Tony & Ziva» acaba por volverse en su contra. Alguien en las altas esferas de las organizaciones policiales parece tener una vendetta personal contra ellos. Además, de cerca, les sigue una mujer desconocida, misteriosa, «cruel y mortal», que estará poniendo sus vidas en peligro de manera repetida. El espectador puede encontrar un poco confuso el uso de los saltos temporales marcados en la pantalla para llevarnos al pasado en el que Ziva ha vuelto a casa e intenta volver a ganarse los momentos con su hija, otros en los que habla con su terapeuta sobre sus problemas de aquel momento, y el presente (varios días antes) preparando un gran final con fuegos artificiales.
Los guionistas van uniendo las líneas temporales para intentar confluir todas las líneas argumentales en un mismo sitio, que explique qué le pasó a la pareja para que el ambiente entre ambos esté tan enrarecido. Incluso algún capítulo les obligará a volver a ser un matrimonio inventado, lo que les despertará bonitos recuerdos de cómo se conocieron e intimaron. Por supuesto, la serie conserva aquello que la hizo tan atractiva a los espectadores. Acción con altas dosis de humor entre los protagonistas y de ellos ante su equipo. Ayudante de Tony; siempre tiene que haber una persona que domine la informática para ayudar con el trabajo de campo, los hackeos de cámaras de seguridad y seguir el dinero de una cuenta bancaria en una isla paradisíaca. De todo eso se ocupa Claudette (Amita Suman), a la que enseguida acompañará otro personaje imprescindible. Hablamos de Boris (Maximiliam Osinski), un hacker medio redimido dispuesto a casarse en cuestión de horas y que formará parte del equipo como contrapunto muy cómico. En los cuatro episodios que hemos podido ver, se descubre la intención de enredar la trama con pistas que llegan hasta los más poderosos, incluyendo al íntimo amigo de Tony y director interino de la Interpol, Henry (James D’Arcy), al malo/antagonista, Pierre Galimard (Emmanuel Bionami), y un hombre poderoso, Aaron Graves (Sean Pertwee). La serie funciona y es carne de más temporadas.
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