La comparecencia mensual del presidente de RTVE, José Pablo López, ante la Comisión Mixta de Control Parlamentario de la Corporación, celebrada este martes 28 de octubre en el Senado, volvió a estar marcada por los reproches de Vox, que insistió en acusar a la radiotelevisión pública de difundir “discursos de odio” y de actuar como “una herramienta política al servicio del Gobierno”.
La diputada Carina Mejías, portavoz de Vox en la comisión, acusó a RTVE de permitir contenidos que, según dijo, fomentan “la criminalización de un partido legal y de sus votantes”. Mejías preguntó al presidente “por qué los permite y qué va a hacer para evitarlos”, e insistió en que la corporación “normaliza la demonización de más de tres millones de españoles”.
José Pablo López negó rotundamente esas afirmaciones y defendió la labor de la cadena pública: “En TVE no se profieren discursos de odio. El único procesado por un delito de odio que conozco es el presidente del Parlamento de Baleares, que es de su partido”, respondió.
El presidente de RTVE insistió en que las acusaciones de Vox “no se basan en hechos, sino en opiniones”, y recordó que “confunden la libertad de expresión con el odio”. López subrayó que el artículo 510 del Código Penal, citado por Mejías, protege a determinados colectivos vulnerables, “grupos en los que, que yo sepa, no se encuentra el grupo de su señoría”.
Para ilustrar su argumento, López recordó el caso de las Campanadas de RTVE con Lalachus, cuando la corporación recibió denuncias y querellas que finalmente fueron archivadas: “Se nos acusó de delito de odio y de vejaciones, pero ni los tribunales ni la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia vieron delito alguno. Lo que para ustedes puede ser odio, objetivamente no lo es”.
En su intervención, el presidente de RTVE marcó una línea clara entre crítica política y discurso de odio: “Odio no es condenar el franquismo y la represión. Odio es deshumanizar a los inmigrantes o pedir que se ilegalicen partidos que no comparten su idea de España”, dijo. También señaló que “odio es pedir el cierre de medios de comunicación o impedir la entrada a periodistas críticos”.
López hizo referencia además a declaraciones previas del diputado de Vox Manuel Mariscal Zabala, quien afirmó que su partido tenía “una duda: si entrar en RTVE con motosierra o con lanzallamas”. En ese contexto, el presidente de la corporación advirtió: “Hoy han ofrecido recompensas para quienes participen en esa operación de exterminio de la libertad en la radiotelevisión pública”, y añadió que “odio es pedir que se legalicen las terapias de conversión para el colectivo LGTBI”.
El presidente de RTVE, José Pablo López, ha respondido en la Comisión Mixta a las acusaciones de Vox sobre “discurso de odio” en la cadena pública
La comparecencia mensual del presidente de RTVE, José Pablo López, ante la Comisión Mixta de Control Parlamentario de la Corporación, celebrada este martes 28 de octubre en el Senado, volvió a estar marcada por los reproches de Vox, que insistió en acusar a la radiotelevisión pública de difundir “discursos de odio” y de actuar como “una herramienta política al servicio del Gobierno”.
La diputada Carina Mejías, portavoz de Vox en la comisión, acusó a RTVE de permitir contenidos que, según dijo, fomentan “la criminalización de un partido legal y de sus votantes”. Mejías preguntó al presidente “por qué los permite y qué va a hacer para evitarlos”, e insistió en que la corporación “normaliza la demonización de más de tres millones de españoles”.
José Pablo López negó rotundamente esas afirmaciones y defendió la labor de la cadena pública: “En TVE no se profieren discursos de odio. El único procesado por un delito de odio que conozco es el presidente del Parlamento de Baleares, que es de su partido”, respondió.
El presidente de RTVE insistió en que las acusaciones de Vox “no se basan en hechos, sino en opiniones”, y recordó que “confunden la libertad de expresión con el odio”. López subrayó que el artículo 510 del Código Penal, citado por Mejías, protege a determinados colectivos vulnerables, “grupos en los que, que yo sepa, no se encuentra el grupo de su señoría”.
Para ilustrar su argumento, López recordó el caso de las Campanadas de RTVE con Lalachus, cuando la corporación recibió denuncias y querellas que finalmente fueron archivadas: “Se nos acusó de delito de odio y de vejaciones, pero ni los tribunales ni la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia vieron delito alguno. Lo que para ustedes puede ser odio, objetivamente no lo es”.
En su intervención, el presidente de RTVE marcó una línea clara entre crítica política y discurso de odio: “Odio no es condenar el franquismo y la represión. Odio es deshumanizar a los inmigrantes o pedir que se ilegalicen partidos que no comparten su idea de España”, dijo. También señaló que “odio es pedir el cierre de medios de comunicación o impedir la entrada a periodistas críticos”.
López hizo referencia además a declaraciones previas del diputado de Vox Manuel Mariscal Zabala, quien afirmó que su partido tenía “una duda: si entrar en RTVE con motosierra o con lanzallamas”. En ese contexto, el presidente de la corporación advirtió: “Hoy han ofrecido recompensas para quienes participen en esa operación de exterminio de la libertad en la radiotelevisión pública”, y añadió que “odio es pedir que se legalicen las terapias de conversión para el colectivo LGTBI”.
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