El canal Cosmo reafirma su compromiso con la lucha contra la violencia de género con el estreno a las 22:00 horas de «Sugar», su séptimo cortometraje que busca generar conciencia sobre el fenómeno del «sugar dating». Como cada 25 de noviembre, Día contra la Violencia de Género, Cosmo presenta un proyecto audiovisual que invita a la reflexión y al diálogo social. Este año, la historia pone el foco en una práctica que combina lujo, aparente empoderamiento y peligrosas dinámicas de poder: el «sugar dating».
Este fenómeno entre el lujo y la explotación ha ganado notoriedad como una modalidad de relación donde hombres mayores («sugar daddies»), generalmente con alto poder adquisitivo, interactúan con mujeres jóvenes («sugar babies») a cambio de regalos, dinero o experiencias exclusivas. Aunque estas relaciones se presentan como consensuadas, muchas veces ocultan dinámicas de poder y desigualdad. En España, este fenómeno ha adquirido relevancia al ser el quinto país con más usuarios registrados en aplicaciones de «sugar dating». La normalización de estas prácticas entre las generaciones más jóvenes ha generado preocupación entre organizaciones como la Asociación TRABE, que lucha contra la trata y la explotación sexual. Las redes sociales y las aplicaciones han contribuido a glamurizar estas relaciones, desvinculándolas de su conexión con la explotación sexual y presentándolas como atractivas y seguras. Sin embargo, detrás del lujo y la aparente sofisticación, se esconden riesgos que afectan principalmente a las mujeres jóvenes que acuden a estas aplicaciones.
Ante esta alarmante situación, «Sugar», dirigida por Carlos Gómez-Trigo y Pablo Arreba, narra la historia de Marta, interpretada por Carla Campra. Marta es una universitaria de 19 años que comparte piso en Madrid, asiste a clases y lleva una vida aparentemente normal. Sin embargo, su realidad tiene una faceta oculta: es «sugar baby». Mediante citas con hombres mayores, Marta obtiene beneficios materiales que van desde cenas en restaurantes exclusivos hasta ropa de lujo.
En el corto, Marta tiene una cita con Javi, su «sugar daddy» interpretado por Andrés Gertrúdix. A lo largo del relato, la joven experimenta un viaje emocional que comienza con la creencia de que tiene el control sobre la situación, pero que pronto la lleva a confrontar la realidad de su vulnerabilidad. La historia expone cómo las mujeres en estas dinámicas pueden ser llevadas a situaciones de abuso, disfrazadas de relaciones idílicas y consensuadas. Según los directores, la intención de «Sugar» no es moralizar ni imponer un juicio, sino invitar al espectador a reflexionar en todo momento. «Queríamos generar un debate», comenta Carlos Gómez-Trigo. «Sabemos cuál es nuestra postura, pero buscamos que la audiencia, hombres y mujeres por igual, se enfrenten a los matices de esta problemática».
Uno de los aspectos más alarmantes del «sugar dating» es cómo las aplicaciones han logrado presentar estas relaciones como algo inofensivo y glamuroso. Según los directores, durante su investigación crearon perfiles falsos en estas plataformas y se sorprendieron al descubrir que funcionan de manera similar a redes sociales convencionales. Además, la falta de regulación y los vacíos legales permiten que estas prácticas operen bajo el radar, sin ser consideradas explícitamente como proxenetismo. Esto deja a las «sugar babies» en una posición de indefensión frente a posibles abusos, mientras que los «sugar daddies» pueden evadir responsabilidades al presentar estas relaciones como consensuadas.
Por otra parte, el corto no solo aborda las dinámicas de poder entre los protagonistas, sino también el entorno de Marta, en particular sus amigas. Estas representan distintas posturas ante el «sugar dating», desde la aceptación hasta la crítica. Este contraste refleja el conflicto interno de la protagonista, quien transita entre la inocencia de su vida cotidiana y la aparente madurez que asume en sus interacciones con Javi. La dualidad de Marta es un tema central. Por un lado, sigue siendo una joven que comparte piso y se preocupa por sus estudios, pero por otro intenta proyectar una imagen de control y madurez en un mundo de lujo que no le pertenece. Este juego entre dos realidades resalta la fragilidad de su situación.
Sin duda alguna, Cosmo logra involucrar al espectador en «Sugar» de manera única al presentarle una historia que, aunque ficticia, está profundamente arraigada en la realidad. Como señala Carla Campra: «Todas las mujeres han enfrentado alguna forma de violencia en sus vidas». Su participación en «Sugar» es un llamamiento a reconocer estas experiencias y a visibilizar los riesgos asociados a prácticas que, aunque presentadas como consensuadas, perpetúan dinámicas de abuso y explotación sexual. Por ello, como destaca la actriz protagonista, «hablar de ello es el primer paso para poder combatirlo».
25 años luchando en favor de una misma causa
El 25 de noviembre, declarado por la ONU en 1999 como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, representa un llamado global para erradicar una problemática estructural que ha afectado históricamente a las mujeres. Aunque los avances son notables, persisten actitudes que perpetúan desigualdades. En España, mujeres vestidas de lila volverán a tomar las calles como cada año para alzar la voz por la igualdad y el respeto.
El corto de Cosmo pretende concienciar sobre el peligro de violencia sexual que puede haber en ciertas aplicaciones de citas
El canal Cosmo reafirma su compromiso con la lucha contra la violencia de género con el estreno a las 22:00 horas de «Sugar», su séptimo cortometraje que busca generar conciencia sobre el fenómeno del «sugar dating». Como cada 25 de noviembre, Día contra la Violencia de Género, Cosmo presenta un proyecto audiovisual que invita a la reflexión y al diálogo social. Este año, la historia pone el foco en una práctica que combina lujo, aparente empoderamiento y peligrosas dinámicas de poder: el «sugar dating».
Este fenómeno entre el lujo y la explotación ha ganado notoriedad como una modalidad de relación donde hombres mayores («sugar daddies»), generalmente con alto poder adquisitivo, interactúan con mujeres jóvenes («sugar babies») a cambio de regalos, dinero o experiencias exclusivas. Aunque estas relaciones se presentan como consensuadas, muchas veces ocultan dinámicas de poder y desigualdad. En España, este fenómeno ha adquirido relevancia al ser el quinto país con más usuarios registrados en aplicaciones de «sugar dating». La normalización de estas prácticas entre las generaciones más jóvenes ha generado preocupación entre organizaciones como la Asociación TRABE, que lucha contra la trata y la explotación sexual. Las redes sociales y las aplicaciones han contribuido a glamurizar estas relaciones, desvinculándolas de su conexión con la explotación sexual y presentándolas como atractivas y seguras. Sin embargo, detrás del lujo y la aparente sofisticación, se esconden riesgos que afectan principalmente a las mujeres jóvenes que acuden a estas aplicaciones.
Ante esta alarmante situación, «Sugar», dirigida por Carlos Gómez-Trigo y Pablo Arreba, narra la historia de Marta, interpretada por Carla Campra. Marta es una universitaria de 19 años que comparte piso en Madrid, asiste a clases y lleva una vida aparentemente normal. Sin embargo, su realidad tiene una faceta oculta: es «sugar baby». Mediante citas con hombres mayores, Marta obtiene beneficios materiales que van desde cenas en restaurantes exclusivos hasta ropa de lujo.
En el corto, Marta tiene una cita con Javi, su «sugar daddy» interpretado por Andrés Gertrúdix. A lo largo del relato, la joven experimenta un viaje emocional que comienza con la creencia de que tiene el control sobre la situación, pero que pronto la lleva a confrontar la realidad de su vulnerabilidad. La historia expone cómo las mujeres en estas dinámicas pueden ser llevadas a situaciones de abuso, disfrazadas de relaciones idílicas y consensuadas. Según los directores, la intención de «Sugar» no es moralizar ni imponer un juicio, sino invitar al espectador a reflexionar en todo momento. «Queríamos generar un debate», comenta Carlos Gómez-Trigo. «Sabemos cuál es nuestra postura, pero buscamos que la audiencia, hombres y mujeres por igual, se enfrenten a los matices de esta problemática».
Uno de los aspectos más alarmantes del «sugar dating» es cómo las aplicaciones han logrado presentar estas relaciones como algo inofensivo y glamuroso. Según los directores, durante su investigación crearon perfiles falsos en estas plataformas y se sorprendieron al descubrir que funcionan de manera similar a redes sociales convencionales. Además, la falta de regulación y los vacíos legales permiten que estas prácticas operen bajo el radar, sin ser consideradas explícitamente como proxenetismo. Esto deja a las «sugar babies» en una posición de indefensión frente a posibles abusos, mientras que los «sugar daddies» pueden evadir responsabilidades al presentar estas relaciones como consensuadas.
Por otra parte, el corto no solo aborda las dinámicas de poder entre los protagonistas, sino también el entorno de Marta, en particular sus amigas. Estas representan distintas posturas ante el «sugar dating», desde la aceptación hasta la crítica. Este contraste refleja el conflicto interno de la protagonista, quien transita entre la inocencia de su vida cotidiana y la aparente madurez que asume en sus interacciones con Javi. La dualidad de Marta es un tema central. Por un lado, sigue siendo una joven que comparte piso y se preocupa por sus estudios, pero por otro intenta proyectar una imagen de control y madurez en un mundo de lujo que no le pertenece. Este juego entre dos realidades resalta la fragilidad de su situación.
Sin duda alguna, Cosmo logra involucrar al espectador en «Sugar» de manera única al presentarle una historia que, aunque ficticia, está profundamente arraigada en la realidad. Como señala Carla Campra: «Todas las mujeres han enfrentado alguna forma de violencia en sus vidas». Su participación en «Sugar» es un llamamiento a reconocer estas experiencias y a visibilizar los riesgos asociados a prácticas que, aunque presentadas como consensuadas, perpetúan dinámicas de abuso y explotación sexual. Por ello, como destaca la actriz protagonista, «hablar de ello es el primer paso para poder combatirlo».
25 años luchando en favor de una misma causa
El 25 de noviembre, declarado por la ONU en 1999 como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, representa un llamado global para erradicar una problemática estructural que ha afectado históricamente a las mujeres. Aunque los avances son notables, persisten actitudes que perpetúan desigualdades. En España, mujeres vestidas de lila volverán a tomar las calles como cada año para alzar la voz por la igualdad y el respeto.
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