Pablo Ortells tiene un problema sobre la mesa que debe resolverse lo antes posible. El director deportivo del RCD Mallorca está obligado a gestionar el asunto de la portería con la mayor diligencia posible porque el lío está servido. Y tiene pinta de que se irá haciendo más grande a medida que se acerque el final de curso y los representantes sigan haciendo su trabajo. Ni Leo Román ni Dominik Greif, con contrato hasta 2026, han aceptado las propuestas de renovación que le han ofrecido este curso. Pablo Ortells tiene un problema sobre la mesa que debe resolverse lo antes posible. El director deportivo del RCD Mallorca está obligado a gestionar el asunto de la portería con la mayor diligencia posible porque el lío está servido. Y tiene pinta de que se irá haciendo más grande a medida que se acerque el final de curso y los representantes sigan haciendo su trabajo. Ni Leo Román ni Dominik Greif, con contrato hasta 2026, han aceptado las propuestas de renovación que le han ofrecido este curso.
Pablo Ortells tiene un problema sobre la mesa que debe resolverse lo antes posible. El director deportivo del RCD Mallorca está obligado a gestionar el asunto de la portería con la mayor diligencia posible porque el lío está servido. Y tiene pinta de que se irá haciendo más grande a medida que se acerque el final de curso y los representantes sigan haciendo su trabajo. Ni Leo Román ni Dominik Greif, con contrato hasta 2026, han aceptado las propuestas de renovación que le han ofrecido este curso.
Ambos necesitan sentirse muy importantes, tanto en la escala salarial -ahora están entre los que menos cobran de la plantilla– como a nivel deportivo. Y quieren que el club se moje porque, en el caso del meta ibicenco, tiene claro que no está dispuesto a soportar otra temporada con un papel secundario. Ni el balear ni el eslovaco están dispuestos a repetir la experiencia de esta campaña y aspiran a jugar en un club que les prometa ser el número uno desde el principio. Y eso es justo lo que Ortells se negó a prometer el pasado verano en su intención de tener dos porteros de mucho nivel ante la venta de Rajkovic. Es cierto que Greif -27 partidos de Liga- ha sido el elegido por Jagoba Arrasate, más allá de las ocasiones en las que alternó por haber partidos entre semana con Román -seis de Liga-, pero tampoco se ha sentido cómodo en esta situación, tal y como ha manifestado públicamente en varias ocasiones.

El técnico de Beriatua también debe opinar sobre este tema porque es el que tiene la última palabra, pero que este conflicto se resuelva pasa por el despacho de Ortells. El castellonense está obligado a decantar la balanza por uno de los dos y tratar de sacar el mayor rédito posible por el otro. No le queda otra para que no se produzcan situaciones tan sorprendentes como las declaraciones del pitiuso en Montjuïc tras deslumbrar frente al Barcelona. «No estoy recibiendo las oportunidades suficientes. Hoy se puede ver que mi situación igual no es la que tocaba, no por mi compañero, sino por la gestión del club. Intento estar concentrado y muy metido en los entrenamientos para aprovechar las oportunidades y demostrar a la gente de puertas para fuera porque de puertas para dentro no tendría que haber ninguna duda, de que mi situación es un poco… no sé cómo clasificarla, la verdad», dijo.
Estas palabras sentaron muy mal en Son Moix porque entienden que son una falta de respeto hacia el propio Ortells y Arrasate. La idea de Román es la de cambiar de aires, tal y como informa Marca, pero el Mallorca tiene mucho que decir al respecto porque tiene su pase hasta 2026. La cláusula es algo superior a los diez millones de euros, por lo que el club que le pretenda deberá pasar por caja en el caso de que los bermellones decidan desprenderse del internacional sub-21. El Espanyol, según Relevo, es uno de los que está pendientes, pero no es el único. Eso sí, antes de que se produjera este escenario la entidad debería tener atada la continuidad de Greif porque no se entendería que se quedara sin ninguno de los dos. Lo que es seguro que el balón está sobre el tejado de un Ortells que debe tomar el control.
Diario de Mallorca – Deportes