Desde Médicos Sin Fronteras se recuerda, con motivo del día mundial, el impacto de estas patologías en todo el mundo Leer Desde Médicos Sin Fronteras se recuerda, con motivo del día mundial, el impacto de estas patologías en todo el mundo Leer
En la actualidad, más de 1.000 millones de personas viven afectadas por Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETD) en todo el mundo. A pesar de esta abrumadora cifra, estas dolencias aún hoy son ignoradas, en gran medida porque la mayoría de los afectados viven en zonas extremadamente marginadas.
Aunque muchas de estas enfermedades son dolorosas y, con frecuencia, mortales, lo cierto es que pueden tratarse y prevenirse. En este Día Mundial de las ETD, quiero hacer un balance del progreso logrado, así como de los enormes desafíos que aún persisten.
1. Noma
El término ‘noma’ proviene de una palabra griega que significa devorar, porque eso es lo que hace en la piel. Comienza en la boca, donde las úlceras se desarrollan rápidamente y se convierten en gangrena, destruyendo los tejidos. Si se detecta a tiempo, es fácilmente tratable con antibióticos, pero cuando la gangrena avanza, el 90% de niños afectados muere. Los supervivientes quedan con graves desfiguraciones faciales y, en muchos casos, con discapacidades físicas.
Hoy en día, se desconoce tanto el número de personas afectadas —aunque algunas estimaciones sugieren que cada año aparecen 140.000 nuevos casos— como las causas exactas que propician la aparición de esta enfermedad. Afortunadamente, en 2023, el noma finalmente se incluyó en la lista oficial de ETD, lo que podría suponer un cambio crucial, ya que se espera más inversión en su investigación, prevención y tratamiento.
2. Kala-azar
La leishmaniasis visceral (también conocida como kala-azar) es causada por un parásito transmitido por la picadura de moscas de arena y ataca progresivamente el sistema inmunológico. Sin tratamiento, es letal. Sus síntomas iniciales son leves, pero luego evolucionan a fiebre prolongada, agrandamiento del bazo, anemia y pérdida significativa de peso.
En 2021, el Reino Unido redujo drásticamente su presupuesto de ayuda internacional, poniendo fin casi de inmediato a su papel clave en la compra de medicamentos esenciales. Sin embargo, gracias a una labor de incidencia de MSF y otros actores, se consiguió un nuevo financiador: el END Fund. Aun así, el acceso al diagnóstico y al tratamiento sigue siendo un desafío para muchos afectados.
3. Esquistosomiasis genital femenina (EGF)
El estado de Jonglei, en Sudán del Sur, tiene la mayor carga documentada de esquistosomiasis genital femenina (EGF) en el país. Se sospecha que muchas niñas y mujeres sufren una forma avanzada de la enfermedad, que es causada por un parásito que habita en caracoles de agua dulce. Las personas se infectan al entrar en contacto con agua contaminada.
Aunque esta enfermedad es una de las «cinco grandes» —es decir, reciben la mayor parte de los fondos para ETD—, las intervenciones se suelen centrar en la prevención, dejando de lado a quienes ya padecen formas avanzadas de la enfermedad. En el caso de la EGF, las pacientes tienen una alta carga parasitaria en su sistema reproductivo y urinario, lo que causa inflamación debilitante y, en algunos casos, cánceres mortales. Es una forma altamente desatendida de una enfermedad ya de por sí ignorada.
4. Chagas
La enfermedad de Chagas es una infección parasitaria que afecta a unos seis millones de personas en América Latina y causa unas 12.000 muertes al año. Es transmitida por insectos conocidos como vinchucas y, sin tratamiento, puede causar daño irreversible al corazón y otros órganos.
Hasta ahora, el único tratamiento disponible estaba formulado solo para adultos, lo que hacía que su dosificación en niños fuera complicada. En 2024, la organización Drugs for Neglected Diseases initiative (DNDi) y sus socios lanzaron la primera versión pediátrica en forma de comprimidos dispersables, facilitando el tratamiento de niños pequeños. Este avance es clave para garantizar el acceso temprano a la medicación, lo que mejora las tasas de curación.
5. Poco acceso a tratamientos
En zonas de conflicto, la falta de acceso a atención médica sigue siendo un gran obstáculo. Por ejemplo, en Sudán del Sur y Etiopía, donde la leishmaniasis visceral es endémica, la inseguridad impide que los equipos médicos lleguen a muchas comunidades. Lo mismo ocurre en Sudán, donde el sistema de salud se ha derrumbado debido a la guerra, afectando a quienes padecen enfermedades de este tipo. En muchos países de África Occidental, la violencia de grupos armados impide que las personas accedan a tratamientos para enfermedades como la oncocercosis y la elefantiasis.
6. Financiación insuficiente
Las ETD reciben solo una fracción del financiamiento que se destina a otras enfermedades más mediáticas. Esto significa que los avances dependen de donaciones inestables. Por ejemplo, el recorte del financiamiento del Reino Unido en 2021 dejó un vacío crítico en la lucha contra la leishmaniasis visceral, que tardó más de un año en ser cubierto por el END Fund. Además, muchas empresas farmacéuticas dependen de donaciones de medicamentos en lugar de garantizar precios accesibles a largo plazo. Esto hace que cualquier cambio en la política de donaciones ponga en riesgo el acceso a tratamientos vitales.
7. Impacto del cambio climático
El aumento de las temperaturas y las alteraciones en los ecosistemas están expandiendo el alcance de enfermedades transmitidas por vectores, como la malaria, el dengue, el chikunguña y la leishmaniasis. Por ejemplo, el dengue, que antes era una enfermedad tropical, ahora está apareciendo en regiones más templadas debido a la expansión del hábitat de los mosquitos transmisores. A medida que el cambio climático avanza, es probable que más enfermedades endémicas en el sur global lleguen a países del norte, lo que puede cambiar la dinámica de financiamiento y acceso a tratamientos.
8. El estigma como obstáculo
Muchas ETD causan desfiguraciones o síntomas que generan discriminación y aislamiento social. Enfermedades como el noma, la lepra y la úlcera de Buruli pueden llevar a que las personas afectadas sean rechazadas por sus comunidades, lo que las obliga a ocultar su condición y a no buscar atención médica. Por ejemplo, en algunos países, las personas con lepra siguen siendo excluidas de la vida pública y laboral, a pesar de que la enfermedad es curable. La falta de educación sobre estas enfermedades perpetúa mitos y barreras culturales que impiden el tratamiento temprano.
En definitiva, para lograr la eliminación de estas enfermedades, se necesita un esfuerzo sostenido: más inversión en investigación, sistemas de salud más fuertes y una mejor integración de los tratamientos en los programas de atención primaria.
Las ETD siguen siendo una crisis silenciosa. En este Día Mundial es fundamental recordar que las personas que viven con estas enfermedades no deben ser ignoradas.
* Cristina Jauset, responsable de enfermedades tropicales desatendidas de Médicos Sin Fronteras España (MSF).
Salud // elmundo