Ni la reina Letizia pudo salvarlo: «Caiga Quien Caiga» se despide entre bromas y desesperación

La ironía y el humor negro fueron los protagonistas en la última entrega de “Caiga Quien Caiga” en Telecinco. El programa, que había vuelto a la parrilla con Santi Millán, Lorena Castell y Pablo G. Bastida al frente, se despidió tras apenas unas semanas de emisión. La cancelación, anunciada por Mediaset, no fue un tabú para los presentadores, quienes dedicaron el episodio a reírse del abrupto final y hasta a buscar soluciones poco convencionales para revertirlo.

Desde el arranque, el equipo dejó claro que asumía la noticia sin dramatismos, pero con una buena dosis de sátira. “Hemos logrado lo imposible, hemos durado menos en el cargo que Mazón”, bromeaban, aludiendo a la corta duración del presidente de la Comunidad Valenciana. La incertidumbre también dio pie a chistes sobre posibles salvaciones inesperadas: “Solo nos queda una semanita más… presuntamente”, lanzaban con picardía, dejando entrever la mínima esperanza de que Telecinco rectificara.

 

El programa jugó con la idea de encontrar un «indulto» que evitara su final. Hasta la reina Letizia se convirtió en protagonista involuntaria del momento cuando un reportero de “Caiga Quien Caiga” le entregó las icónicas gafas del formato en un acto oficial. La monarca las aceptó con amabilidad, pero no hubo milagros televisivos: el programa no obtuvo su salvación real.

Ante la falta de intervención regia, la búsqueda de un plan B llevó a Carles Tamayo a protagonizar un reportaje con una misión peculiar: encontrar a alguien capaz de hacer milagros. Para ello, contactó con un supuesto «sanador» que aseguraba solucionar cualquier problema. «¿Es usted el Maestro Omar y hace milagros?», preguntó Tamayo en una llamada telefónica, a lo que el hombre respondió sin dudar: “Has llamado a la persona que puede arreglar todos los problemas”.

 

El periodista acudió a la cita con el supuesto milagrero, grabando la experiencia de forma encubierta y descubriendo, con la ayuda de un traductor, que todo era una estafa destinada a sacarle dinero. Un giro que, aunque no salvó a “Caiga Quien Caiga”, sirvió para cerrar su etapa con uno de los reportajes marca de la casa: denuncia social envuelta en humor ácido.

Con la cancelación ya oficial, el programa terminó con un último chiste a modo de despedida. Santi Millán cerró la noche con un toque de resignación cómica: “Bueno, voy a actualizar el currículum”. Fin de temporada… y de etapa en Telecinco.

 El equipo de Telecinco asumió con humor su cancelación mientras Carles Tamayo destapaba a un “sanador” que prometía salvar lo imposible  

La ironía y el humor negro fueron los protagonistas en la última entrega de “Caiga Quien Caiga” en Telecinco. El programa, que había vuelto a la parrilla con Santi Millán, Lorena Castell y Pablo G. Bastida al frente, se despidió tras apenas unas semanas de emisión. La cancelación, anunciada por Mediaset, no fue un tabú para los presentadores, quienes dedicaron el episodio a reírse del abrupto final y hasta a buscar soluciones poco convencionales para revertirlo.

Desde el arranque, el equipo dejó claro que asumía la noticia sin dramatismos, pero con una buena dosis de sátira. “Hemos logrado lo imposible, hemos durado menos en el cargo que Mazón”, bromeaban, aludiendo a la corta duración del presidente de la Comunidad Valenciana. La incertidumbre también dio pie a chistes sobre posibles salvaciones inesperadas: “Solo nos queda una semanita más… presuntamente”, lanzaban con picardía, dejando entrever la mínima esperanza de que Telecinco rectificara.

El programa jugó con la idea de encontrar un «indulto» que evitara su final. Hasta la reina Letizia se convirtió en protagonista involuntaria del momento cuando un reportero de “Caiga Quien Caiga” le entregó las icónicas gafas del formato en un acto oficial. La monarca las aceptó con amabilidad, pero no hubo milagros televisivos: el programa no obtuvo su salvación real.

Ante la falta de intervención regia, la búsqueda de un plan B llevó a Carles Tamayo a protagonizar un reportaje con una misión peculiar: encontrar a alguien capaz de hacer milagros. Para ello, contactó con un supuesto «sanador» que aseguraba solucionar cualquier problema. «¿Es usted el Maestro Omar y hace milagros?», preguntó Tamayo en una llamada telefónica, a lo que el hombre respondió sin dudar: “Has llamado a la persona que puede arreglar todos los problemas”.

El periodista acudió a la cita con el supuesto milagrero, grabando la experiencia de forma encubierta y descubriendo, con la ayuda de un traductor, que todo era una estafa destinada a sacarle dinero. Un giro que, aunque no salvó a “Caiga Quien Caiga”, sirvió para cerrar su etapa con uno de los reportajes marca de la casa: denuncia social envuelta en humor ácido.

Con la cancelación ya oficial, el programa terminó con un último chiste a modo de despedida. Santi Millán cerró la noche con un toque de resignación cómica: “Bueno, voy a actualizar el currículum”. Fin de temporada… y de etapa en Telecinco.

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