Melania Trump no acompañó al presidente electo, Donald Trump, cuando este acudió este miércoles a reunirse en la Casa Blanca con el actual presidente, Joe Biden. La futura primera dama sí se entrevistó con Michelle Obama hace ocho años, cuando su marido fue elegido presidente por primera vez, y como es tradición. Melania Trump parece dispuesta a romper con algunas de esas tradiciones y, según han señalado diversas fuentes a la cadena CNN, es poco probable que se mude a Washington a tiempo completo en su segunda etapa como primera dama.
La mujer de Donald Trump, que no acompañó al presidente electo en su visita a los Biden de este miércoles, pasará tiempo en Florida y Nueva York
Melania Trump no acompañó al presidente electo, Donald Trump, cuando este acudió este miércoles a reunirse en la Casa Blanca con el actual presidente, Joe Biden. La futura primera dama sí se entrevistó con Michelle Obama hace ocho años, cuando su marido fue elegido presidente por primera vez, y como es tradición. Melania Trump parece dispuesta a romper con algunas de esas tradiciones y, según han señalado diversas fuentes a la cadena CNN, es poco probable que se mude a Washington a tiempo completo en su segunda etapa como primera dama.
Según dicha información, Melania Trump repartirá probablemente su tiempo entre la Casa Blanca, la mansión de Mar-a-Lago en Palm Beach (Florida) y la vivienda de la Torre Trump en Nueva York. La próxima primera dama ha desarrollado una vida y un círculo de amigos en Florida durante los últimos cuatro años y probablemente continuará pasando mucho tiempo allí, según la CNN. El hijo de Donald y Melania Trump, Barron, ha empezado a estudiar este año en la universidad en Nueva York, lo que le permitiría estar cerca de su hijo.
Pese a que se espera que Melania Trump pase la mayor parte del tiempo en los próximos cuatro años entre Nueva York y Palm Beach, las fuentes citadas por la CNN insistieron en que estaría presente para eventos importantes y tendría su propia plataforma de actuación y marcaría sus prioridades como primera dama.
La mujer de Trump ya mostró un perfil inusualmente bajo durante la reciente campaña electoral. Declinó intervenir en la Convención Nacional Republicana de Milwaukee en julio, donde solo se la vio la noche de clausura junto a su marido y otros familiares del entonces candidato republicano. No hizo campaña en solitario, a diferencia del marido de Kamala Harris, y tampoco acompañó a Donald Trump en sus mítines, con la excepción del que dio en el Madison Square Garden de Nueva York, en el que pronunció unas breves palabras. Reapareció en la fiesta de celebración de la victoria de su marido en el Centro de Convenciones de West Palm Beach, en Florida, el pasado 5 de noviembre.
También hizo una declaración a través de las redes sociales tras el intento de asesinato de su marido en Butler (Pensilvania) en la que llamaba “monstruo” al atacante. “No olvidemos que las opiniones divergentes, la política y los juegos políticos son inferiores al amor. Nuestro compromiso personal, estructural y vital —hasta la muerte— está en grave riesgo. Los conceptos políticos son simples cuando se comparan con nosotros, los seres humanos”, afirmó en un comunicado publicado en X.
Después, fue noticia por defender en su libro de memorias el derecho al aborto, causando un cierto revuelo al respecto. Es un tema que Trump ha rehuido en campaña, señalando que son los Estados quienes deben regularlo.
Este miércoles, Joe Biden recibió a Donald Trump en la Casa Blanca junto a la primera dama, Jill Biden. Los tres se fotografiaron juntos sonrientes. Jill Biden le entregó al presidente electo una carta manuscrita de felicitación para su mujer, en la que también expresaba la disposición de su equipo a ayudar en la transición y se ponía a su disposición para lo que necesitase.
Melania Trump, sin embargo, ya conoce la Casa Blanca tras los primeros cuatro años de presidencia de su marido. La estadounidense de origen esloveno, de 54 años, será la segunda mujer en la historia de Estados Unidos que ejerza como primera dama en dos mandatos no consecutivos.
“No estoy ansiosa porque esta vez es diferente. Tengo mucha más experiencia y mucho más conocimiento. Estuve en la Casa Blanca antes. Cuando entras, sabes exactamente qué esperar”, dijo en una reciente entrevista con Fox News.
Antes que ella, el único precedente es el de Frances Cleveland, que se casó en junio de 1886 con el presidente Grover Cleveland, la única boda presidencial celebrada en la Casa Blanca. Grover Cleveland conocía a Frances, hija de un compañero de trabajo, casi desde recién nacida. Le compró un carrito de bebé y otros regalos. Luego, cuando su padre murió en un accidente de carruaje en 1875, teniendo ella 11 años, se convirtió en su tutor. Cuando ella tenía 21 años y él 49, se casaron. Cleveland perdió las elecciones de 1886, pero ganó las de 1892, con lo que él volvió a ser presidente y ella primera dama.
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