Más del 90% de niños de entre 4 y 10 años supera el límite recomendado de exposición a las pantallas

Los especialistas detectan un aumento de los problemas asociados a un exceso de exposición, como insomnio, miopía o sobrepeso Leer Los especialistas detectan un aumento de los problemas asociados a un exceso de exposición, como insomnio, miopía o sobrepeso Leer  

Más del 90% de los niños y niñas entre cuatro y 12 años pasa más tiempo del recomendado delante de las pantallas. Así lo señala un estudio realizado por el Instituto Tecnológico del Producto Infantil y del Ocio, AIJU, y la Fundación Crecer Jugando en el que han participado pediatras, psicólogos, psiquiatras, oftalmólogos, otorrinos, neurólogos, nutricionistas, fisioterapeutas, y también padres con hijos e hijas de 0 a 17 años.

Más del 95% de los médicos consultados en el sondeo indican que el uso excesivo de pantallas está relacionado con problemas en el desarrollo infantil y subrayan que los menores no deben consumir pantallas antes de los 4 años.

Con estos datos «se puede afirmar que España es una realidad apantallada a nivel de infancia», ha señalado en rueda de prensa el coordinador del departamento de Investigación Infantil y valores educativos de AIJU, Pablo Busó, quien ha alertado que estas cifras tienen un impacto con «consecuencias médicas reales: problemas de sueño, miopía, ansiedad, sobrepeso, dificultades de atención», informa Europa Press.

En ese sentido, más del 80% de los especialistas ha detectado un incremento de enfermedades asociadas a ese consumo excesivo. Por ejemplo, para los pediatras, el trastorno del sueño y los problemas relacionados con salud mental y el sobrepeso están asociados al uso excesivo de pantallas. En el caso de los psicólogos, estos detectan especialmente irritabilidad, dificultades en la socialización, ansiedad y estrés. Los neurólogos señalan la hiperactividad, el incremento de cefaleas y el déficit de atención. Los oftalmólogos coinciden en que esa sobreexposición se traduce en un aumento y anticipación en los casos de miopía y, finalmente, los nutricionistas señalan que el exceso de pantallas puede derivar en sobrepeso y obesidad y modificar hábitos de alimentación saludable.

Según los especialistas, antes de los cuatro años el consumo de pantallas debe ser cero. De los 4 a los 6 años, el tiempo no debería exceder los 20 minutos al día; de los 7 a los 9 años, los 40 minutos, y en la franja de 10 a 12 años, de una hora al día.

Sin embargo, el estudio revela que, en 2025, el 91% de los niños entre 1 y 12 años superan el tiempo recomendado de exposición.

Aunque el 96% de las familias manifiesta establecer normas en el uso de las pantallas, un 71% reconoce que tienen dificultades para mantener el control en los tiempos.

En la rueda de prensa, los profesionales han asegurado que es «urgente» una estrategia de prevención multidisciplinar. «La tecnología no es el problema, sino cómo, cuándo y para qué se usa», ha señalado al respecto la psiquiatra infantil y de la adolescencia en el Hospital Niño Jesús, Beatriz Martínez Núñez.

Asimismo, ha denunciado que hay «un aumento preocupante de trastornos de la conducta alimentaria, autolesiones y ansiedad en menores, en gran parte por la exposición a redes sociales sin supervisión». «Dejar a un niño una hora sólo con internet puede ser como soltarlo una hora en un entorno salvaje», ha declarado.

La Asociación Española de Pediatría también se ha pronunciado este jueves a favor de las restricciones a las pantallas en la infancia. En concreto, el Grupo de Salud Digital del organismo ha propuesto un cambio de paradigma para transformar la educación y proteger la salud infanto-juvenil. En ese sentido, defiende que el aprendizaje de la competencia digital en el entorno escolar se desarrolle sin usar pantallas.

La formación en competencia digital actualmente «suele depender casi exclusivamente del uso de pantallas, incluso en las etapas más tempranas. Este modelo plantea importantes riesgos para la salud infantil, desde trastornos del sueño, fatiga visual, sedentarismo, deterioro de la memoria, dificultades de concentración, aislamiento social o desarrollo cognitivo fragmentado», señalan los pediatras en un comunicado.

La competencia digital no implica solo saber manejar una pantalla, argumentan los especialistas. También implica «pensar críticamente, protegerse en entornos digitales, entender cómo funcionan los algoritmos, identificar bulos o participar activamente en una sociedad conectada, contenidos que pueden empezar a trabajarse sin necesidad de recurrir a dispositivos», añaden.

Los pediatras apuntan que estas bases se pueden adquirir mediante herramientas analógicas a través de dinámicas de grupo, juegos de estrategia, materiales manipulativos, debates y simulaciones, que favorecen un aprendizaje más profundo y protegen el bienestar físico, emocional y social de los niños y los adolescentes.

Como parte de su posicionamiento, el grupo de Salud Digital del CPS-AEP recomienda que la puesta en marcha de un proyecto piloto en centros educativos que permita validar esta metodología en la práctica

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